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Desde Japón a Serrano

6 marzo 2013

Esta semana han visitado al Asefa Estudiantes un grupo de diez entrenadores japoneses que han participado activamente en los entrenamientos de los equipos de cantera y visitado el Palacio de Deportes. El técnico de cantera Sergio Ruiz, como coordinador de la visita, estuvo con ellos a sol (naciente) y sombra, nos cuenta desde dentro una experiencia enriquecedora bajo el lenguaje común del baloncesto.

Desde Japón a Serrano

Yoshuda no habla mucho. Pero cuando lo hace sus palabras rasgan un silencio máximo. El respeto a su sabiduría es absoluto, un código estricto en la cultura japonesa hacia las personas de mayor edad. El gesto serio y el corpachón de Kenji-san le identifican como patriarca entre un grupo repleto de adolescentes que bromean con facilidad. A él le cuesta sonreír, hasta que un viejo colega es capaz de suavizar su semblante.

“Cuando le he visto la cara le he reconocido”. Txus Vidorreta alarga la mano para estrechársela a aquel con el que se enfrentó hace once años y que ahora le identifica en el otro lado del planeta, en el corazón del Antonio Magariños. “En Japón queríamos jugar muy rápido con jugadores pequeños. Esa España nos demostró que también era posible tener ese estilo con hombres grandes. Recuerdo a Txus. El entrena en un equipo universitario y en una equipo profesional, pero ellos se han quedado de nuevo por el destino o la fortuna. Es un honor para encontrarnos de nuevo”, afirma Kenji Yoshuda, seleccionador nacional de Japón entre 2002 y 2003, cuando un combinado ‘B’, con el actual entrenador del Asefa Estudiantes como ayudante de Paco García, viajó hasta el país asiático para jugar y ganar la Kirin Cup. Jordi Trías fue el MVP.

“Era la segunda vez que iba a Japón. También estuve con la U20 un año antes. No me importaría volver a jugar allí, aunque primero tendré que preguntarle a mi mujer”, bromea Germán Gabriel, uno de esos ‘predecesores’ de lo que luego sería el desembarco dorado en Saitama en el Mundial.

Fue justamente ese inolvidable 3 de septiembre del 2006 cuando los ‘Golden Boys’ demostraron a los aficionados japoneses que el baloncesto no sólo procedía de Estados Unidos. Colocó a España en su punto de mira. Ahí se gestó el embrión de una pequeña aventura que ha traído a un grupo de diez entrenadores nipones a nuestro patio –también visitaron el Espacio 2014 de la FEB y vieron partidos del Real Madrid– para conocer desde más cerca los secretos de este éxito y, de forma más concreta, conocer los métodos de trabajo, estructura de cantera y filosofía del Asefa Estudiantes.

Durante cinco días se han introducido en el día a día de todos los equipos, desde minibásket a profesionales, interactuando en la pista como un técnico más. “Lo mejor ha sido visitar al Asefa Estudiantes, el Ramiro de Maeztu y el Magariños porque nosotros podemos ver el baloncesto español desde dentro, como se trabaja en un entrenamiento, como los niños juegan… Eso es lo mejor”, explica Shin Mizuno, jefe de la expedición y responsable de la empresa Erutluc Inc, que ha organizado el viaje y se encarga de la formación de entrenadores de baloncesto en Japón. “Uno de nuestros viajeros ha dicho que estar aquí es para él una utopía, porque el ambiente de baloncesto que se respira aquí y el que tenemos es Japón no tiene nada que ver”, continúa Shin.

 Los viajeros han tenido tiempo para conocer al detalle cómo se desarrolla un club profesional de las características y volumen del Asefa Estudiantes gracias a las charlas de Himar Ojeda, director deportivo del club, y Pablo Borrás, director técnico de la cantera.

En Japón las categorías formativas se desarrollan especialmente en colegios, institutos y universidades, por lo que conocer la simbiosis del club del Ramiro ha sido un verdadero descubrimiento para ellos. “Ahora entreno en la universidad de Tsukuba, porque en Japón tenemos introducido el sistema americano. Después de venir aquí nuestro propuesta es trasladar el sistema español”, afirma Kenji Yoshuda.

Para poner un simple ejemplo ilustrativo, en Japón sólo hay una categoría minibásket, por lo que los jugadores pierden varios años sin poder competir de forma igualada por sus características físicas, algo que también pasa en sus primeros años en el instituto y la universidad, retrasando su evolución.

La sonrisa de Llama

Llama tiene guasa. Derrocha simpatía y con sus muecas se comunica más fácilmente que con su limitado inglés. Taka afina más con el idioma. No le queda otra porque en unos meses se irá a Akron, la ciudad de Lebron James, para unirse a un college.  Tampoco importa mucho. El baloncesto es un lenguaje universal y una sonrisa el verbo con el que se explica todo. Alaia y Javi, benjamines de la Escuela, pillan a la primera lo que les indica Llama con tres gestos.

Están encantados con sus nuevos entrenadores, aunque no se sabe muy bien quién disfruta más con la experiencia. “Ahora tenemos que pensar cómo introducir las cosas que hemos aprendido aquí en nuestro sistema de entrenamientos. Es una forma diferente, pero fundamentalmente tenemos que hacer que los jugadores se diviertan más. Aquí se lo pasan bien, disfrutan y por eso quieren jugar. Nosotros somos muy serios, nuestros jugadores lloran en los entrenamientos y algunos entrenadores son muy estrictos. Nosotros amamos el baloncesto y los jóvenes jugadores tienen que sentirlo así, ser felices”, apunta Shin Mizuno.

El sentimiento del Ramiro les llegó bien adentro y no dudaron en enfundarse los colores celestes, después de una distendida reunión con Pepu Hernández, para ir el domingo a animar al que ya es su equipo en el partido ante el Blancos de Rueda Valladolid. Todos se quedaron muy impresionados por el ambiente del Palacio y los cánticos de la Demencia. “En Japón no hay este ambiente en los partidos, pero en la final se llena los pabellones”, afirma Hiroki Iwabe, un más precoz de los entrenadores con 19 años y asistente de un equipo de minibásket. En su móvil enseña orgulloso el vídeo de sus muchachos con un torneo ganado hace pocos meses junto a unas tristes fotos de un pabellón arrasado por el terremoto de 2011.

Aya Kuramoto, la única mujer del grupo, aprovecha los descansos entre entrenamientos para pasar un breve cuestionario a todos los jugadores y jugadoras de un equipo alevín. Estudiante de la universidad de Fukuoka y entrenadora asistente de un equipo femenino, está realizando su tesis doctoral sobre el baloncesto español.

“Poder estar con campeones del mundo como Pepu Hernández, Berni Rodríguez o Jorge Garbajosa ha sido increíble, pero lo más importante es que diez entrenadores han podido tener una experiencia en España y ellos van a poder difundir a sus compañeros estos nuevos conocimientos”, comenta Yoshihiro Tomita, traductor de la expedición y gran amante del baloncesto español que repite visita en el Asefa Estudiantes.

Fiesta final

A Daisuke Yoshioka todos le llaman Dice. No se aparta de su cámara. El tópico de los turistas japoneses y la tecnología se cumple y muchos de los entrenamientos han sido grabados por triplicado con permiso del club. Dice fue miembro del staff técnico de los Grouses un equipo de la BJ, una de las dos ligas profesionales japonesas que la temporada próxima se unirán. Escucha atento las explicaciones de Alberto Lorenzo, entrenador ayudante de Txus Vidorreta, durante el clínic de táctica individual organizado especialmente para los colegas japoneses.

La última noche los visitantes quieren agradecer al club su hospitalidad con una pequeña fiesta en el gimnasio del Magariños. Las bromas en ‘spanglish’ se suceden mientras los vídeos de Humor Amarillo (Takeshi Jo en Japón) afinan las carcajadas. Pablo Borrás le regala el libro ‘Club Estudiantes: 60 años de baloncesto’ para ayudarle con sus progresos del castellano y su demencia, mientras Masahiko Sumi aguarda su turno para preguntar qué tiene que hacer para convertirse en entrenador de baloncesto en España. Llama sigue haciendo de las suyas retando con una pelea de judo con quien quiera.

“Este es el primer paso para seguir creciendo y aprender una manera de entrenar y organizar un equipo como en el baloncesto español”, sentencia Yoshihiro Tomita. Con la familia del ‘Estu’ como ejemplo. “Nos llevamos la idea de que un equipo, un club es como una familia”, sentencia Kenji.

Sergio Ruiz Antorán (@puertatras)
Entrenador de cantera, coordinador de la visita y periodista