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España afrontaba, como ha sido habitual en las «ventanas FIBA», la última convocatoria del clasificatorio para la Copa del Mundo con tres jugadores actuales de Movistar Estudiantes (Brizuela, Vicedo y Arteaga) y otros tantos viejos conocidos del club (como los canteranos Beirán y Sáiz, el ex Colom y el lesionado Jaime Fernández).
Con el pasaporte para China 2019 sellado hace tiempo, la selección española tenía en juego únicamente el orgullo.
En el primer partido, en Letonia, España salió con un quinteto muy colegial: Colom, Brizuela, Abalde como «fichaje», Vicedo y Sáiz. Parecía controlado al descanso, pero acabó siendo un thriller donde el escolta de Movistar Estudiantes Darío Brizuela (17 puntos, 3 rebotes y 1 asistencia, 30 minutos saliendo de titular) fue decisivo: 62-67.
Vicedo también fue titular, disputó 14 minutos en los que anotó 2 puntos y capturó 2 rebotes.
Y Arteaga, desde el banquillo, jugó 12 minutos en los que consiguió 6 puntos y 6 rebotes.
En el segundo y último partido de las ventanas FIBA, en Tenerife contra Turquía, España no especuló y ganó sin problemas 74-58.
El mejor del partido fue el jugador de Movistar Estudiantes Edgar Vicedo, que saliendo desde el banquillo y en apenas 15 minutos de juego anotó 13 puntos (impecable en el tiro: 5/5 en tiros de campo y 1/1 en tiros libres), capturó 2 rebotes y dio 2 asistencias para 19 de valoración.
Buen partido también para Darío Brizuela, que volvió a salir de inicio: en 29 minutos anotó 16 puntos, capturó 5 rebotes y dio 2 asistencias para valorar 14.
Víctor Arteaga jugó 14 minutos en los que anotó 2 puntos y capturó 1 rebote, para 4 de valoración.
Terminan las ventanas
Con estos resultados, España ha terminado con 10 victorias en 12 partidos las «ventanas FIBA». Ahora, cuando en verano los jugadores NBA y Euroliga queden liberados por sus competiciones, lo más probable es que la mayoría de jugadores que han permitido a la selección clasificarse para la Copa del Mundo se queden fuera de la convocatoria.
Un motivo más para enorgullecerse de su labor y compromiso, sacrificando días de descanso o entrenamiento con sus clubes para lograr un objetivo que quizá no puedan disfrutar.
