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10 años de la Copa de Vitoria: Así la recuerdan los aficionados (y 3)

11 febrero 2010

Amor, amistad, vidas salvadas y bares vacíos en un frío lunes madrileño son los ingredientes de la última entrega de las “batallitas” de los seguidores de Asefa Estudiantes en el décimo aniversario de la Copa que ganamos en Vitoria. PARTE 1 // PARTE 2

10 años de la Copa de Vitoria: Así la recuerdan los aficionados (y 3)

No puedo creerme que hayan pasado diez años de aquel viaje a Vitoria en el que mis “amigos del baloncesto”, con Belinchón al frente, nos decidimos una vez más a disfrutar de una Copa del Rey de baloncesto. Siguiendo nuestro estilo anárquico, salimos de manera precipitada y en varios coches desde distintos puntos de Madrid, por lo que decidimos quedar en el camino para tomar algo y sincronizar nuestros viajes.

Fue una parada especial, ya que a la emoción del fin de semana que teníamos por delante se unió la curiosidad del grupo por conocer a Ana, la chica que me acompañaba al viaje y de la que habían oído hablar; pero que aún no conocían. El buen ambiente hizo que, de manera natural, se estableciera una complicidad entre Ana y mis amigos. Antes de que acabara el fin de semana, Ana era ya uno más del grupo.

El baloncesto y esa Copa del Rey de Vitoria constituyeron una excusa maravillosa para convivir intensamente con los amigos, hacer turismo, disfrutar de la gastronomía, tomar unas copas y a la hora de los partidos, animar y vibrar con nuestro deporte favorito. Pero si por algo recuerdo esa Copa del Rey es porque me fui con una novia y me volví con la sensación de que había encontrado a mi chica para toda la vida.

Año y medio más tarde Ana y yo nos casamos y, aunque muchas veces proteste porque mis ganas de ver baloncesto y después tomar unas cañas con los “amigos del baloncesto” no han disminuido ni un ápice con los años, aún me acompaña a muchos partidos del Estu con nuestra hija y disfrutamos de lo lindo con lo bien que se lo pasa la pequeña en el Madrid Arena.

José Luis Langa  


  COPA DE SEVILLA. Grave accidente de Marcelo Nicola en una semifinal Estudiantes-TAU. Un medico madrileño, seguidor del Estu desde sus tiempos de estudiante del Ramiro, y que ha acudido desde Madrid a ver el torneo, salta desde la grada y atiende a Nicola y le saca de la parada cardiorrespiratoria en el mismo lugar de la caída. Inmediatamente lo evacua en una ambulancia a un hospital sevillano, aguardando en Urgencias hasta que Nicola recupera la conciencia. Vuelve al campo ya con el partido finalizado. Coincidiendo con la COPA DE VITORIA 2000, escribe una carta a Querejeta, recordándole lo anterior y, a vuelta de correo, el gerente del TAU le contesta y le envía dos entradas en el palco para presenciar los partidos en los que ve que el Estu gana la Copa. Ese soy yo, Alfonso Andériz.  


  LUNES DE COPAS Era lunes, hacía frío y encima daban el partido por el plus. No quedaba otra que verlo en un bar. Quedé con un amigo con el que estaba abonado para ver si las buenas sensaciones que estaba dando el equipo se confirmaban levantando la copa. En el bar, el camarero se quejaba de que la final de la Copa fuera en lunes, decía que lo suyo era que se jugase en domingo como si fuese a poner el baloncesto habiendo liga de fútbol. El caso es que éramos cuatro gatos y sólo mi colega y yo atentos al baloncesto.
  Recuerdo un partido con el equipo enchufado desde el principio, concentrados y con mucha intensidad. Con un equipazo de los que te hacen identificarte para siempre con ellos. El alumno más aventajado de la clase, Nacho Azofra, haciendo jugar a todos los compañeros. Siempre con alguna de sus genialidades. El jugador más grande del equipo con menos altura: Gonzalo que aportaba al equipo todo lo que necesitaba cuando Nacho no estaba en la pista, como el año que se evitó el descenso en la última jornada. El espectacular Chandler Thompson y el gran Shaun Vandiver, americanos que estuvieron bastante tiempo en el club y a los que se tenía mucho cariño.
  Y mientras una cerveza porque se llegaba al descanso y las cosas no iban mal pero quedaban 20 minutos para completar la hazaña. Ahora era turno de la mejor versión de Aísa, qué gran jugador, que como los buenos vinos mejoraba cada año. Y un triple de Robles mientras Jiménez sigue a lo suyo, un rebote más, otra canasta y suma y sigue. Llegan los últimos minutos pero esto está ganado, Felipe y Alfonso se abrazan igual que yo con mi amigo. Alfonso es MVP y aquella fría noche de un lunes de enero me parece maravillosa. 
Eran más, era Luis Muñoz, Asier García y por supuesto Pepu. Todos ellos forman parte de mi memoria de aquella juventud que asocio de manera inseparable al baloncesto y al Estudiantes. Aquel equipo ganó algo más que un título. Se gano el derecho a ser parte de la memoria de muchas personas como yo, que a las 12 de la noche de un lunes celebraban en un bar vacío la victoria de una Copa del Rey perfecta, a la que se llegó sin hacer ruido y en la que se dio la campanada ganando a los tres primeros clasificados.
Creo que es ahora, diez años después, cuando volveré a poner la cinta de vídeo que conseguí días después y que guardo como un tesoro. Creo que es el momento de recordar lo que me gustaba jugar, lo que me gustaba ir al Palacio, patalear en las gradas del fondo (cómo sonaba aquello) y volver a recordar lo que sentí aquel lunes 31 de enero de hace diez años. Esta vez lo veré con mi novia, ganada esta misma temporada para la causa. Pondré mi vídeo y disfrutaré de nuevo de aquella noche de lunes única y mágica.   Ángel Cobos Real