
Sierra Nevada es un sitio especial. Cuando amanece despejado, la luz que refleja el Veleta y las sombras que se crean hacen dibujos inverosímiles. A medida que va avanzando la jornada el sol ilumina un espacio único. Cuando subimos del C.A.R.D. ya no da directamente, parece que empieza a ocultarse pero falta lo mejor.
Un poco antes de las 22:00 h. el sol se torna en un color anaranjado brillante que provoca un momento único. Mientras termina de ponerse detrás de un lejano monte nos quedamos hipnotizados. Después de 15 años presenciando este espectáculo valoramos cada vez más que el Campus de Sierra Nevada es difícil de mejorar en lo que al entorno se refiere.
Hoy ha sido la primera jornada completa del segundo turno. Los grupos ajustados en su composición definitiva, los jugadores terminando de conocerse y primer desayuno. Batidos y barritas de cereales para mantener la energía a media mañana. Los primeros entrenamientos, centrados en la técnica individual. Mejorando el bote, el pase, el tiro. Primera configuración de parejas y tríos de gente desconocida que sirven para terminar de romper el hielo. Este entrenamiento suele ser intenso puesto que los jugadores dan toda la energía que tienen. Hemos conocido un taller nuevo. Su monitora responsable es Alba, que además es debutante en el Campus. El taller consiste en que cada jugador fabrica un par de cariocas. Las cariocas son unos instrumentos de origen brasileño formados por una cuerda y un objeto esférico con lo que podemos hacer figuras de malabares. Los jugadores fabrican las suyas con arroz y globos. Después de comer y descansar volvemos a la actividad. Las primeras competciones se ponen en marcha. El 1×1 y las competiciones de tiro se resuelven con finales emocionantes resueltos con canastas en el último segundo y rachas de puntos espectaculares. En el taller de deportes alternativos practicamos el rugby y el futbol con Inés. En el campo de fútbol el sol a media tarde parece que no calienta pero se han empezado a ver las primeras caras coloradas. Cena y distribución de veladas. Tres distintas: los mayores “apalabrados”, los medianos han preparado algunos monólogos y los pequeños han salido a conocer las constelaciones que quedan dibujadas en la despejada noche que cubre la sierra. El cansancio se apodera de los asistentes al campus y en muy poco tiempo las habitaciones están en silencio. Mañana será un día especial.
Iñigo Marcotegui
Entrenador de cantera de Asefa Estudiantes
El almuerzo en el CAR
Las cariocas del nuevo taller