
De todas las actividades que se realizan en un día de campus sólo hay una que repetiremos: el desayuno. Mañana viernes desayunaremos antes de viajar. Para todo lo demás, es el último, o la última. La última bajada de la mañana, el último entrenamiento, la última actividad, hoy gymkana, en donde los grupos han pasado varias pruebas y que ha terminado con una guerra divertidísima de globos de agua. La última subida a comer y la última comida.
Los entrenamientos reflejan el cansancio pero la energía que se transmite por parte de todos los asistentes al campus, como intentando mantenerlo vivo sine die, supera cualquier estado de fatiga o molestia muscular. De repente la enfermería se vacía porque todo el mundo quiere pasar las últimas horas con sus compañeros. Pizza, tortillitas de camarones y gazpacho para la última comida. La última siesta nos devolverá las fuerzas para afrontar los momentos más emotivos del campus, que ya se han empezado a plasmar en decenas de fotos. La última bajada por la tarde con algunas pintadas en brazos y piernas simulando tatuajes efímeros. La última competición, 5×5, con varios grupos mezclados y la participación de entrenadores. La merienda, la última claro. Bocadillo y batido. Y el all star, selección de jugadores de todos los grupos contra los entrenadores. Victoria una vez más de estos últimos. El casillero de victorias de los jugadores a lo largo de los años se mantiene a cero puesto que los entrenadores se guardan lo mejor para este día. Despedida por la parte de la dirección y entrega de silbatos a los ganadores del test de reglamento Reparto de carpetas. Por orden de colocación, el diploma acreditativo de la participación de cada jugador, el informe técnico-táctico realizado por el entrenador, el informe físico elaborado por los monitores a partir de los test del primer día, la prueba escrita de arbitraje con las notas de cada uno y las fotos. Cada jugador lo observa con ilusión y con la curiosidad y el interés de cada uno en entender las valoraciones reflejadas en los informes. La última subida, que se hace como una fiesta. Grupos mezclados, grandes con pequeños. Se sube con mucho tiempo para tener tiempo de terminar las maletas. La última cena, hamburguesa, pizza, lasagna… Como la velada es especial todo el mundo se arregla más que de costumbre. Después de la cena y terminar maletas el ambiente en el albergue es de algarabía. Fotos, firmas de recuerdo en informes. Es un poco como un final de curso pero con gente que no volverás a ver hasta dentro de un año en muchos casos. La velada se divide en dos partes. Coreografía de flashmode y proyección de las stop motion hechas en la montaña, y un rato de “discoteca” en donde se deja a los chavales con la música. Hoy se alarga un poco la velada, hasta las 00:00h. La hora de la retirada a las habitaciones es dura. Se remolonea un poco, se piden los teléfonos, se apuran las últimas fotos y se intercambian correos electrónicos. Por supuesto llegan las lágrimas. Lágrimas de tristeza por el final, de emoción por lo vivido, de asumir que la realidad es que ha llegado la última noche. Poco a poco se alcanza el silencio. Un silencio casi imposible cuando 131 corazones no paran de latir al son de una semana repleta de emociones, de sensaciones, de pensamientos increíbles alrededor de dos conceptos inseparables. ESTUDIANTES y BALONCESTO.
Quién esto ha escrito durante el primer turno de la XV edición del campus “la cima del baloncesto” de Estudiantes quiere dar las gracias a: Carlos y Pablo, director y director técnico; Ana, coordinadora de actividades; Óscar, siempre dispuesto y disponible para solucionar lo que sea; Juan, esa persona a quién preguntas si el director no tiene una respuesta; Carlos, el médico, Marta y Alicia las fisios, Gaby el enfermero; los monitores Helena, Inés, Noelia, Gloria, Óscar y Raúl y los entrenadores Fito, Javi, Iñigo, Raúl, Pere, Jorge, Marian, Andrés, Viki, Marta y las entrenadoras voluntarias Tere e Irene. Además al grupo A formado por: Irene, Olaia, Ana, Marisa, Celia, Nerea, Rocío, Sara, Elena, Idoia, Arantxa, Natalia, Beatriz y Lara, por hacerme pasar una semana extraordinaria. ¡¡Pero esto no para!! En dos días empieza el segundo turno. Más chavales, algunos entrenadores y monitores nuevos, otros repetimos y estamos a tope para recibirles el sábado.
Iñigo Marcotegui
Entrenador de cantera de Asefa Estudiantes
NOTA: El Departamento de Comunicación y Prensa de Asefa Estudiantes quiere agradecer públicamente a Iñigo Marcotegui su excepcional trabajo con este blog. Confiamos en que el del segundo turno no será, ni mucho menos, repetitivo, aunque es el miedo que Iñigo tiene. Pero estamos seguros de que alguien que vive con tantísima pasión el Campus de Sierra Nevada sabe encontrar la magia de cada hora y cada minuto que pase allí a más de 2000 metros.