
A las 7:10 de la mañana han arrancado los dos autobuses del polideportivo Antonio Magariños. La escena puede ser parecida a la de la semana pasada pero los jugadores, entrenadores, monitores y árbitros que iban en esos autobuses son actores distintos así que cada uno habrá sentido el gusanillo de campus de una manera personal. A esa hora en el albergue de Sierra Nevada había paz. Los jugadores de campus, dieciocho, los cinco del grupo especial más los entrenadores, monitores y resto de personal que repite turno todavía descansaban.
Mientras los autobuses hacían kilómetros por la A-4 en Sierra Nevada amanecía con alguna nube. Poco a poco todos los huéspedes del albergue han ido amaneciendo. Desayuno y un rato al C.A.R.D. mientras se van preparando cosas para el nuevo turno. A partir de las 11:00 han ido llegando aquellos jugadores que han sido traídos por sus familiares. Poco a poco la vida ha vuelto al albergue. En total unos 90 chavales que se han ido instalando paulatinamente en sus habitaciones. Y los autobuses avanzaban hasta Almuradiel, tradicional punto de parada de viaje. Poco a poco llegaban más al albergue, caras nuevas, otras conocidas, abrazos, despedidas de padres y madres, incluso algún abuelo. A las 13:15 hemos comido los repetidores para que los viajeros no tuviesen que esperar. La primera comida que sirve para recargar las pilas después del largo viaje da paso a un rato de descanso mientras se terminan de hacer las camas y de conocer a los compañeros de habitación.
La bajada al C.A.R.D. se hace de forma especial. Inquietud sobre todo para los novatos, a quienes todo impresiona. Charla de bienvenida por parte de Pablo Borrás, el director, quién presenta las normas básicas para el perfecto funcionamiento del campus. Distribución de cada grupo con su entrenador, presentaciones y a empezar con el primer entrenamiento. Es una toma de contacto para conocer el nivel de los jugadores y hacer los ajustes necesarios y además sirve para que ellos rompan el hielo y empiecen a coger confianza. Después los test físicos. Balón medicinal, salto vertical, velocidad, abdominales, triple salto, son las pruebas que sirven a los monitores para evaluar el estado físico de los jugadores. Finalizadas las primeras actividades del campus se hace la primera subida, en la que las piernas recuerdan el viaje de la mañana y se hace algo dura.
Duchas y a cenar. A pesar de ser 193 jugadores y un montón de responsables entre directores, personal de logística, cuerpo médico, entrenadores, monitores y árbitros, la cena se desarrolla de forma muy ordenada. A las 22:00h empieza la velada. Es necesario que nos dividamos en tres grupos: los pequeños con Inés y Ana, los medianos, con Noelia, Elena y Calisto y el grupo de más mayores con Alba, Gloria y Alejandro. Ellos son el grupo de monitores de este turno, supervisados por Javier. El primer día de campus finaliza con la sensación de que ser más jugadores que la semana pasada sólo puede traer una consecuencia, que la diversión se multiplique. ¡¡A POR ELLO!!