
Ganamos la Copa!!!!!!!!!!!!!! Por un punto y sufriendo hasta el último segundo, pero ganamos el torneo. Después de dos finales perdidas, a la tercera fue la vencida!!!!!!!!! Os envío la crónica!!!!!!!!!!!!
Hay quienes aseguran que existe una especie de justicia poética que te devuelve con creces los esfuerzos realizados, que te otorga regalos inesperados cuando ni siquiera soñabas con ellos. Nosotros, en la temporada más complicada deportivamente hablando que hemos tenido en nuestros seis años de andadura, fuimos invitados a última hora a este simbólico torneo, convirtiéndonos así en la «cenicienta» del grupo.
Con humildad, sin pretensiones de ningún tipo pero sin dar nada por perdido, nos presentamos en Aranjuez dispuestos a realizar un digno papel, fuesen quienes fuesen nuestros contendientes. Y dimos la campanada. En uno de los mejores primer tiempo que se han disputado en esta competición, dejamos sentenciada la semifinal ante los Raperos de Ademo, uno de los favoritos.
Los veinte minutos restantes sirvieron para demostrar que nuestras opciones dependían únicamente de nuestra capacidad para creer en los imposibles; que ante un rival más poderoso, somos nosotros nuestros mayores enemigos; que cuando se lucha cada balón como si fuese el último, somos capaces de ganar a cualquiera.
El 30-18 del final del partido refleja fielmente el devenir del encuentro, con un Rafa colosal e intimidador en nuestro aro; un Fran inspirado en ataque; un Eduardo gustándose; un Amar omnipresente en defensa; un Carlos Molinares efectivo; un Carlos Argudo incansable y fajador; una Sara siempre generosa en los esfuerzos; un Ignacio atento al juego; un José Luis Sebastián centrado; y una Deli dispuesta a dejarse la piel en cada lance.
Y sin que nadie lo esperase nos plantamos en la final. Y allí aguantamos estoicamente la presión y las alternancias en el marcador. Llegamos a ganar de cuatro; estuvimos tres abajo. Logramos ponernos dos arriba a falta de cinco minutos. Perdíamos de dos a falta de cuatro. Empatamos. Y en esa misma jugada, nos pusimos por delante. Un dos más uno, con el tiro libre que dudó hasta el último suspiro si entraba o no.
De ahí hasta el final, minutos eternos en los que nadie logró encestar. Sin terminar de dar crédito a nuestros oídos, escuchamos el pitido final. Los abrazos y los cánticos de los jugadores invadieron la pista: acabábamos de ganar la Copa. Seguimos yendo hasta donde el corazón nos lleve.