
Destacamos uno de los últimos «Blogs de la afición» mediante los cuales los representantes de la afición en el Consejo de Administración de Estudiantes SAD y en el Patronato de Fundación Estudiantes responden las dudas de los seguidores colegialesy comentan la actualidad de la entidad. Os recordamos que podéis enviar vuestras dudas a la dirección portaldelaficionado@clubestudiantes.com
¿CASTIGANDO A QUIÉN?
Cuando me decidí a presentarme a las elecciones del 29 de septiembre para cubrir uno de los dos puestos que La Fundación y el nuevo Consejo habían puesto a disposición de la “masa social”, en aras de la transparencia prometida al hacerse con las riendas del club y consecuentes con la idea de hacer un “Estudiantes de todos”, me preocupaba, si salía elegido, cumplir con la exigencia que me podría llegar desde la afición de poner en práctica esa transparencia: una mayor y mejor información, fidedigna y sin dilaciones. Y eso que no ignoraba que la condición de consejero, por otra parte, me exigiría mantener un grado razonable de confidencialidad respecto de las decisiones del Consejo, es decir que uno sólo puede informar de lo que en el Consejo se acuerda que se debe informar, o que conviene informar, o que no importa informar, y no puede informar de aquello sobre lo que se acuerde mantener discreción, ya sea por circunstanciales razones de gestión, o por otras que se considere que puedan perjudicar al Club.
Nada comparado con lo de César Puche, que se presentó en representación de una peña ya estructurada, la 16j, que supongo le acosará debidamente, no sólo en solicitud de qué pasa y porqué, sino, lo que es más delicado, le apremiará a actuar en consecuencia. Bien consciente de ello, César se apresuró a poner en marcha este mecanismo de conexión con la afición, con un correo para preguntar y este blog para informar. Naturalmente, me veo en el deber de compartir con él esa tarea. Sin embargo, comprobamos ambos, yo con cierto alivio, debo confesarlo, que realmente la exigencia de información, al menos por este conducto, es mínima. No obstante, creemos que de algo sí que debemos informar, aunque supongo que la mayoría preferiríais noticias deportivas, a poder ser buenas. Tenemos que deciros que las expectativas acerca de los resultados de la primera fase de la ampliación de capital han superado, con mucho, nuestros peores augurios. Probablemente no hemos acertado con la comunicación, con la campaña, con las circunstancias deportivas, con las circunstancias económicas que nos afligen a todos, o con todo a la vez. Dicho de otro modo: hay que ponerse las pilas con el resto de las fases de la ampliación y si, de verdad, se quiere al Estu, demostrarlo. Como hago casi a diario, he estado husmeando por el foro de La Nevera y he constatado que hay un malestar por parte de una parte considerable de foreros habituales que no quieren participar en la ampliación y lo justifican empleando un manojo de tópicos que no comprendo cómo pueden circular con tanta ligereza. No entraré en los pormenores descalificantes dirigidos a los que ahora estamos dedicándonos a sacar esto a flote. Acertaremos o no, pero estamos aquí desinteresadamente, para echar una mano en lo que se pueda y, por supuesto, con sueldo cero. Me podría extender en rebatir sus agravios y reproches, y ocasión habrá para ello, pero, por razones de emergencia, ahora me limitaré a insistir en una idea que, afortunadamente, también hay quien la defiende acertadamente en ese foro: Si no se compran acciones como un modo de castigo a la gestión del club lo que va a ocurrir es que dentro de muy poco tiempo ya no se va poder castigar a nadie, porque el Estudiantes habrá desaparecido, al menos como club de la ACB. En julio no seguimos el mismo destino del Akasvayu porque presentamos un plan de viabilidad que, como premisa indispensable, contemplaba esta ampliación de capital.
En la presente coyuntura, la única razón sólida y perfectamente respetable que puede esgrimir alguien que quiera al Estu para no contribuir, en la medida de sus posibilidades, a la ampliación de capital es muy sencilla: porque su economía no se lo puede permitir. Obras son amores.
Saludos a todos, Juan Ramón Azaola 11-XII-08