
21-07: ÚLTIMOS DÍAS
En nuestros últimos días en el campus, hemos tenido una serie de actividades que hacen de esta edición una inolvidable experiencia. El día a día nos ha dejado la sensación de que se nos escapaban las jornadas sin darnos cuenta: Las clases de ingles han seguido su ritmo y ya están todos preparados para presentarse el viernes al examen. Ya hemos recibido los horarios en que cada uno de los participantes realizara su examen. Tendrán que estar 15 minutos antes de la hora indicada, y esos minutos serán fundamentales para quitarse los nervios y hacer un ultimo repaso a lo trabajado durante dos semanas. Anna, Kate y Lynne, sus profesoras, están convencidas de que una gran mayoría de estudiantes pasaran el examen. Y muchos de ellos con Dinstiction. El próximo viernes saldremos de dudas. SIGUEN LAS SESIONES DE BALONCESTO El baloncesto sigue su ritmo. Si bien la semana pasada, la sesión de la tarde estaba dedicada a fundamentos técnicos individuales, como el tiro o el uso de pies, esta semana se dedica a competiciones. Desde el 1×1 hasta el 5×5, pasando por concursos de tiro, o mezclas de 5×5 entre los grupos para generar unas mayores oportunidades de jugar todos contra todos. El cansancio se acumula en las caras de los participantes, pero la ilusión de seguir jugando sigue intacta. DE PICNIC CON RIESGO El martes, tras las sesiones normales de inglés y baloncesto, nos arriesgamos a irnos de picnic. Y cuando digo “arriesgarnos” es porque el tiempo en este lado de la isla, es tan impredecible que no sabes si te va a hacer sol, lluvia o viento. Era una actividad que hemos ido retrasando día tras día, buscando una tarde en que el sol hiciera acto de presencia. Pero ese día no llegaba y se iban acabando las opciones para poder realizarlo. Así que el martes nos arriesgamos a recorrer la campiña británica y hacer un picnic. La tarde era gris y nublada, pero no amenazaba lluvia. Empezamos a caminar buscando el curso del rio, tratando de encontrar el mejor paraje para sentarnos y pasar una tarde agradable. Rodeados de pastos, flores y praderas totalmente verdes, fuimos recorriendo metros y metros, mientras íbamos conociendo el entorno. Finalmente encontramos el curso del rio y lo seguimos hasta dar con un claro, totalmente salvaje. Allí cada grupo se sentó a sus anchas, tumbándose para comenzar a comer los sándwiches y frutas que llevábamos en nuestra bolsa de papel. Una vez finalizada la comida, los frisbees, los balones de rugby y la música que algunos llevaron, hicieron el resto. La vuelta fue un poco mas complicada y a fuerza de seguir el curso del rio, nos metimos en un paseo público, que no era el de la ida. Pastos enormes llenos de vacas que pacían tranquilamente hasta nuestra llegada poblaban la ultima parte de nuestra vuelta. PASAJE DEL TERROR Y el miércoles llego la actividad estrella de este campus: el pasaje del Terror. Solo la preparación y la puesta en marcha supone una sobredosis de adrenalina en todos nosotros. Los chicas y chicas, porque no paran de ver como la oscuridad se apodera de Bredon y lo que normalmente son luces artificiales, se cambian por ventanas solo iluminadas por la débil luz de las velas que lo pueblan. Y para los entrenadores y profesores que, mientras se disfrazan de momias, piratas o novias de la muerte, disfrutan y se asustan entre ellos. De nuevo, la experiencia es un éxito, y todos los chavales aplauden sin cesar cuando la actividad termina, y los actores/entrenadores salen al patio. Ya solo quedan pocas horas para el examen y para dar por finalizada la segunda edición del campus de Inglaterra.