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Crónica de un partido triste para que no se repita

9 abril 2013

Raúl Moreno, entrenador del Cadete C Masculino de Asefa Estudiantes, nos trae la crónica de un partido del que por desgracia toca más hablar de qué pasó en la grada que de canastas y puntos. Pese al tiempo transcurrido, es la penultima jornada que jugó este equipo y se difunde ahora para que no se repita en ningún partido y menos aún en categorías de formación. Esto es ba-lon-ces-to.

Crónica de un partido triste para que no se repita

Partido jugado el domingo 17 de Marzo en San Agustín de Guadalix. Nos jugábamos quedar segundos de grupo y evitar la fase de descenso en categoría A2 de Cadete preferente. Teníamos una renta de + 7 en el average directo con ellos, gracias al partido ganado en el Magariños.

 Partido con inicio dentro de los parámetros normales, con igualdad en el marcador, el primer cuarto acaba 14 a 13 para los locales. El segundo comienza con una rección por nuestra parte que nos hace ir por delante durante prácticamente la totalidad del mismo, destacar que la totalidad de los puntos conseguidos por el equipo local provienen de tiros libres, no consiguen ninguna canasta en juego. Al descanso el marcador refleja un 22 a 23 a nuestro favor. En dicho cuarto comienzan los incidentes, cuando antes de finalizar el mismo, varios de nuestros jugadores se quejan de que les están molestando con un puntero laser, en ese momento paro el partido para transmitírselo a los árbitros y se decide que el delegado de campo suba a la grada para detectar quién es para que pare de hacerlo.   Al comenzar el tercer cuarto, entra más gente al pabellón y el ambiente comienza a cargarse, sobre todo por parte de un grupo de entre 20 y 30 personas que comienza a increpar a nuestros jugadores y el público en general sube el tono con los árbitros. Bajo un clima de alta tensión, presión e insultos desde la grada contra nuestro equipo, San Agustín aumenta el nivel de contacto en defensa y consigue, gracias a la permisividad arbitral, un parcial de 14 a 7 para acabar ese cuarto en 36 a 30 a su favor. Aún así, en ese momento seguimos clasificados, gracias al + 7 en el average que nos proporcionó la victoria en el partido jugado en el Magariños contra ellos.   El último cuarto lo comenzamos totalmente coaccionados, debido a que los gritos e insultos hacia nuestros jugadores hacen mella en nuestra moral, el equipo local continúa con una defensa muy agresiva y aumenta más todavía el nivel de contacto sin que los árbitros penalicen prácticamente ninguna de las acciones.   Hasta que a falta de 2.34 para el final del cuarto cuarto, decidimos parar el partido e informar a los árbitros y delegado de campo de que nos están insultando, llamándonos «Hijos de Puta», agregando insultos racistas del tipo «Puto Negro», «Mono de Mierda» y amenazando con que nos van a matar, a pegar una paliza a la salida del partido etc… De hecho uno de los aficionados se asoma a la barandilla situada detrás de nuestro banquillo agrediendo verbalmente, con actitud sumamente violenta, y si no llegamos a parar el partido, no sé si físicamente.   Entre tanto, hay momentos en los cuales se insulta a nuestros padres cuando se disponen a animar a sus hijos, cuando cantan Estu-diantes se les responde desde la grada al grito de Hijos de Puta.   Se decide que hay que llamar a la policía, y el partido no se reanuda hasta que dos agentes de la Guardia Civil acuden al pabellón para controlar la situación.   Entre tanto hay jugadores que me piden el cambio porque no pueden jugar bajo este tipo de presión y a otros se les ve tremendamente afectados y alterados por los insultos. En general existe un sentimiento de coacción.   Una vez se obliga a calmarse a los «aficionados» del equipo local nuestros jugadores reaccionan consiguiendo un parcial de 5 – 0, pero ya es tarde y el partido acaba con San Agustín de Guadalix anotando otros dos tiros libres y una canasta para dejar el resultado en 52-38. Siendo destacable que en este último cuarto, San Agustín solo anota dos canastas en juego y el resto provienen otra vez, al igual que en el segundo, de tiros libres.   Se finaliza el partido, con un ambiente que no es propio de un partido de baloncesto de cantera (ni debería serlo en profesionales tampoco).   Por último, cuando el árbitro me da el acta, veo que no ha reflejado nada de lo sucedido en el mismo, ni el puntero láser del segundo cuarto, ni los insultos, ni que tiene que acudir la Guardia Civil, le insisto en que tiene que ponerlo en el acta y se va sin hacerme caso.   Datos objetivos del partido:   Faltas en contra de San Agustín de Guadalix 16, a favor 26. Tiros libres tirados por San Agustín de Guadalix 40. Tiros libres tirados por Estudiantes 10. Parcial del partido antes de producirse insultos y amenazas desde la grada contra Estudiantes:     San Agustín de Guadalix 22 – Estudiantes 23 Parcial desde el momento en el que se empiezan a producir insultos y amenazas:     San Agustín de Guadalix 30 – Estudiantes 15     Como conclusión, te vas a casa dolido por haber vivido una situación que no corresponde a un partido de cantera, intentando animar a tus jugadores ya que alguno se plantea incluso dejar la práctica del baloncesto y con la sensación de que algo se está haciendo mal, porque lo que no puede ser es que chavales jueguen al basket con miedo.   Por último algunas reflexiones: ¿existe una sola razón por la cual un niño o un chaval tenga que ser insultado y amenazado en una cancha de baloncesto? y ¿a esto le llamamos educación a través del deporte? ¿no deberíamos entre todos hacer más esfuerzos para que este tipo de situaciones no se repitan nunca más?  

Raúl Moreno.
Entrenador de cantera de Asefa Estudiantes