Casi 48 horas después de que en el Palacio de los Deportes de León sonara el bocinazo final y Movistar Estudiantes se convirtiese en equipo de Liga Femenina 1, me llamaron de un podcast de baloncesto en el que suelo colaborar para contar todo lo que había sucedido durante estos mágicos días en León. Y ya casi al final de mi intervención, el presentador me pidió que me mojara, y que dejando un lado las simpatías que haya cogido a lo largo de esta temporada siguiendo a las “Women In Black”, dijera a la jugadora más destacada del equipo, a la más importante.
Mi respuesta fue rápida y no tuve que pensarlo. Ninguna y todas (viene a significar lo mismo en realidad). Y os puedo asegurar que no fue la típica respuesta diplomática para quedar bien. No, fue la respuesta más sincera, justa y real que se podía dar a esa pregunta. Y estoy seguro que cualquiera que haya seguido lo más mínimo a este equipo y haya tenido la suerte de conocer a las jugadoras y al cuerpo técnico sabe que es así.
Evidentemente a nivel estadístico a todos nos sería muy sencillo acudir a la página de Liga Femenina 2 y ver que las más destacadas en este apartado son Alejandra Quirante, Mariana González e Irene San Román. Pero por fortuna en el baloncesto y en la vida no todo son números.
Este equipo sería imposible entenderlo sin lo que significan y aportan, dentro y fuera de la cancha, todas y cada una de las jugadoras (incluidas las juniors que han ayudado ya sea en entrenamientos o en partidos) y cada uno de los miembros del cuerpo técnico (Fito, Lipe, Yorch y Amaya). Ahí, en formar ese grupo humano que es como una familia, es donde está el verdadero éxito de esta temporada. Lo que ha venido después (el ascenso, las 18 victorias seguidas etc…) es consecuencia de eso…y por supuesto de mucho trabajo por parte de todo el equipo y de los responsables del club.
El inicio de una maravillosa aventura
Mi aventura colaborando en el Departamento de Prensa del Estudiantes arrancó allá por el mes de septiembre y la tarea que me encomendaron fue la seguir al equipo femenino. Os podría engañar diciendo que era un habitual del equipo desde hace unos años, pero sería mentira, ya que mi seguimiento al Estudiantes femenino no iba más allá de ver los resultados más o menos de forma semanal y muy de vez en cuando (3 o 4 veces en los últimos años) ir a ver algún partido al Magariños.
La temporada a nivel de resultados comenzó de manera regular, con más o menos el mismo número de victorias que derrotas en casi toda la primera vuelta (siempre en positivo a partir de la quinta jornada). Pero lo más importante que yo podía ir apreciando, tanto en los partidos como en los entrenamientos a los que me podía acercar, era que a fuego lento, como los buenos guisos, se estaba cocinando un equipo de leyenda (para mí y para todos los aficionados estudiantiles ya lo son).
Eso se empezó a transformar en grandes resultados tras el parón navideño. Una a una fueron cayendo varias victorias seguidas y Movistar Estudiantes ya empezaba a ser un candidato real a estar en la Fase Final. Aun así en el club y en el equipo no se quería hablar de esa posibilidad. Y no por miedo a gafarla, si no porque como bien dice Fito todo esto que se ha conseguido no ha sido un objetivo, ha sido una consecuencia del trabajo bien hecho día a día y en la sombra.
Partido a partido, o mejor dicho pasito a pasito y des-pa-ci-to, las “Women In Black” siguieron ganando todos sus partidos y en la jornada 23, tras derrotar a Olímpico 64, certificaron su clasificación para la Fase Final. Y ni aun así pararon en su impresionante marcha, ya que ganaron los siguientes tres partidos para cerrar la temporada regular con un balance de 21-5, 14 victorias seguidas y segundas del Grupo B.
Foto: Juan Lorenzana
A disfrutar
El día antes de viajar a León me acerqué al último entrenamiento para hablar con varias de las jugadoras sobre como afrontaban la Fase Final. Y todas con las que hablé me señalaron que iban con el objetivo de disfrutar de la Fase Final como el premio que se habían ganado a lo largo de la temporada, y sin presión alguna por lograr un ascenso que no era obligatorio. Os puedo asegurar por lo que he vivido en León que no eran palabras de postureo, eran una realidad. Lo que han hecho en León es disfrutar del baloncesto y de la convivencia de un grupo de amigas durante varios días.
Eso es algo de lo que me di cuenta nada más empezar el viaje de ida en el AVE cuando Natalia López e Inés Orselli atendían con las mayores de las simpatías a una señora que se quedó impresionada con la altura de algunas jugadoras como Mariana González o Linda Rubene, o también durante la primera comida conjunta del equipo, en el que las bromas y las risas de las jugadoras no estaban ausentes más de un minuto seguido.
También lo pude apreciar en la primera cena, en la prueba que pusieron a Ana Coedo y Laura Prats, las juniors de la expedición (os haré esperar al vídeo para saber cual fue). O en como Mariana González contaba los tutoriales de Yoga que vio a las 7:30 de la mañana el día que acabó anotando la canasta ganadora contra Les Corts (es posible que todavía Irene San Román siga intentando descubrir la nacionalidad de la instructora).
Y por supuesto se apreciaba en todos y cada uno de los viajes en autobús, en los que Alejandra Quirante ejercía de DJ. Fuera lo que fuera lo que estaba en juego después, las “Women In Black” seguían su rutina habitual, y esa es la de disfrutar del viaje en autobús con su música y sus bailes.
Lo que pasó luego en los partidos no lo voy a contar porque ya es de sobras conocido por todos, y porque mi principal intención con este artículo es el de transmitir ese sentimiento de equipo, de familia, que son las “Women In Black” fuera de la cancha.
Foto: Juan Pelegrín.
Simplemente, gracias
Ya por último quiero dedicar estas últimas líneas para dar las gracias por estos cinco inolvidables días en León, por hacerme vivir la que hasta ahora ha sido mi mejor experiencia profesional (también ha sido magnífica a nivel personal) ya que nunca había tenido la oportunidad de vivir una concentración de un equipo desde dentro, y poder hacerlo además con un equipo como éste es, simplemente, irrepetible e inolvidable. Y ahora si me lo permitís si voy a individualizar.
¡GRACIAS ANA!
¡GRACIAS LAURA!…Éste va por Prats
¡GRACIAS LAURA!… Éste va por San Bartolomé
¡GRACIAS NATALIA!
¡GRACIAS LINDA!
¡GRACIAS INÉS!
¡GRACIAS TERE!
¡GRACIAS ALEJANDRA!
¡GRACIAS ROCÍO!
¡GRACIAS CLARA!
¡GRACIAS IRENE!…Éste va por San Andrés
¡GRACIAS IRENE!…Éste va por San Román
¡GRACIAS MARIANA!…y ¡perdón por las notificaciones de Twitter, vecina!
¡GRACIAS FITO!
¡GRACIAS LIPE!
¡GRACIAS YORCH!
¡GRACIAS AMAYA!
¡GRACIAS A TODAS Y A TODOS POR HABERME HECHO SENTIR PARTE DE LA FAMILIA DURANTE ESTOS CINCO DÍAS PESE A SER ESE ENTE NO HABITUAL EN LOS VIAJES DEL EQUIPO!
Y por supuesto también gracias al Estudiantes (en especial a Eire y a Santi) por haber confiado en mí toda la temporada y por haberme enviado a León.