WhatsApp: (+34) 91 745 88 50
Buen fin de semana el que hemos vivido en el Trofeo Ciudad de Linares con el equipo junior.
El Torneo, aunque breve, ha sido una de las mejores experiencias que hemos vivido como equipo en lo que va de temporada. Hemos competido, nos hemos divertido y lo más importante, hemos convivido.
En Linares, hemos disfrutado de un Torneo con una excelente organización y hemos recibido un trato exquisito y muy personal de todos aquellos involucrados en la competición. En todo momento se han preocupado por nosotros y nos han llevado a todas partes, en un entorno ideal, con un pabellón magnífico -el Julián Jiménez- y en un hotel muy acogedor, a solo cinco minutos andando del recinto deportivo.
Los partidos han sido de una exigencia competitiva muy alta, y el equipo ha dado en todo momento la cara y ha competido al máximo nivel hasta el último minuto de la final.
Aún mermados por un virus que han pasado casi todos, los chicos han dado en todo momento una lección de humildad, sacrificio y esfuerzo. Así se trabajó la victoria contra Baloncesto Sevilla y se disputó una competida final contra Unicaja, en la que durante muchos minutos llevamos la iniciativa, pero nos faltó fuerza para matar el partido cuando tuvimos oportunidad de hacerlo.
Aprender y trabajar para tener la oportunidad de enfrentarnos a ellos más adelante. Por ese sueño trabajamos cada día, y son muchos los momentos en los que este equipo junior nos hace disfrutar, dentro y fuera de la pista.
Los estudios estuvieron presentes durante todo el fin de semana, y los apuntes y libros “salían a pasear” constantemente por el tren o el hotel. También hubo alguna paradita para jugar a las cartas, echar unas risas o recordar algunos momentos entrañables, como la salida de Torres en la primera presentación, la pelea de Bernat con las escaleras, el triple de Maura a lo Llull, a pesar del “piquete de ojos” en el calentamiento de su amigo Bernat, o el asalto a los bocadillos de lomo más queso, patatas, pimiento y tortilla. Nuestro querido Bartek cumplió 18 años bien rodeado, y aunque no pudimos regalarla la victoria y aún está convaleciente del virus que nos ha asolado, lo hemos pasado bien a su lado.
Sueños y alegrías, lo necesario para cargar las pilas ante la final que se nos presenta el jueves en Villaviciosa de Odón ante uno de los equipos más aguerridos de la liga EBA, un Casvi que también se juega la vida contra nosotros. Esperemos estar a la altura y poder competir y luchar por nuestros objetivos, sin otra herramienta que el trabajo y la ilusión.
