
En una tarde nubosa, con una temperatura que no invitaba a salir de casa, un gran número de personas esperaban a la puerta de la productora Vértice 360 en Madrid, la encargada de desplegar toda la maquinaria necesaria para grabar cada semana ‘El Hormiguero’. La gente aguardaba expectante a que llegaran las 18:00 para poder acudir en tromba a la grabación de un programa que desde su nacimiento en 2006 no ha dejado de crecer.
Una vez dentro, mientras Pablo Motos dirigía la primera parte en el plató principal, Guillermo Herrero calentaba (o al menos lo intentaba) en un escenario anexo. Su labor: mostrar a Mario Vaquerizo las claves para realizar un mate en la sección denominada ‘Las Mariolimpiadas’, donde Vaquerizo ha protagonizado pruebas como los 100 metros lisos o el salto con pértiga.
Llegó el momento, y tras el exitoso mate de Herrero, Vaquerizo intentó dar la réplica en la misma canasta, pero con distinta suerte. Después, con la ayuda de unas gomas y una cama elástica, pudo machacar en una canasta que estaba a una altura equivalente a un primer piso, arrancando los aplausos del público presente.
«HABLANDO CON MARIO LOS NERVIOS DESAPARECIERON»
Herrero dijo que “la experiencia ha sido inolvidable. Hemos venido para un rato pero nos hemos quedado toda la tarde, y quieras o no, hemos podido ver el ajetreo que se da en un programa, gente que conoces entrando por tu puerta y saludándote. Ha estado muy bien”.
“Lo que más me ha sorprendido es que en este programa, que todo puede parecer muy de risas, está todo controlado y es muy serio”. Sobre la tensión antes del mate, el jugador afirmó que “había estado un rato antes practicando, y también he estado hablando con Mario y los nervios desaparecieron”.
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