
La pasada semana MMT Estudiantes visitaba al Real Madrid, sin duda el rival con el que más veces se ha visto las caras el Estudiantes. Y para esta jornada el calendario ha querido que reciba a otro de los rivales clásicos, otro de los poderosos con los que Estudiantes lleva “partiéndose la cara” más de medio siglo: la sección de baloncesto del FC Barcelona.
Lo de medio siglo no es un recurso literario, no. El enfrentamiento entre Estudiantes y FC Barcelona arrastra ya una historia de 53 años. La primera vez que se vieron las caras fue ya antes de la fundación de la Liga Nacional, en 1955, en el partido de consolación de la competición copera, ganado por los azulgrana 56-51. De cincuentas va el juego, y en aquella década de los cincuenta la Copa era del Generalísimo y el Barcelona en vez de Fútbol Club era Club de Fútbol. Lo primero es que sonaba muy extranjero a los mandamases de aquella España tan españolísima.
Desde aquella primera vez, los primeros equipos de Estudiantes y Barcelona se han vuelto a cruzar en un total de 142 ocasiones: 131 de ellas en Liga, 9 en Copa y 2 en Copa Korac. El balance, como es de esperar, demoledor para los azulgrana: el Barça ha ganado en 100 de esas ocasiones.
Con respecto a la creación de un campeonato de Liga que abarcara todo el territorio nacional, ésto tuvo lugar en 1957, con el nombre de –para qué complicarse la vida- Liga Nacional. Y con este campeonato hay un dato curioso en cuanto a la historia de los Estu-Barça: Estudiantes, pese a no haber ganado ningún campeonato, ha disputado todas las ediciones, mientras que el Barcelona, que acumula 14 títulos, no. Disolvieron temporalmente su sección de “básquet” en 1961, aunque al año siguiente dieron marcha atrás. En estos 51 años de Liga, el balance es favorable al AXA FC Barcelona, pese a que su competitividad siempre dependía de los vaivenes de la directiva culé de turno, que decidía apostar más o menos fuerte por el baloncesto según fuera la sección de fútbol: de 131 enfrentamientos, ha ganado 89, por 42 victorias colegiales.
Un joven Azofra dobla el balón ante Ferrán (foto: MA Fòrnies) |
Pero ha sido en los 25 años de la era ACB cuando realmente el enfrentamiento AXA FC Barcelona – MMT Estudiantes ha adquirido la categoría de máxima rivalidad deportiva, coincidiendo con el ascenso de los blaugranas al papel de grandes dominadores de la competición, tomando el relevo del Real Madrid que arrasaba en la anterior etapa de Liga Nacional.
En los enfrentamientos de liga regular no era especialmente raro que el Estu encontrase el punto débil de los catalanes y les sorprendiera alguna que otra vez. Entre estas victorias colegiales ante los culés, destacamos dos relativamente recientes: cuando en 2000 en el Palacio de los Deportes el Estu que ese año sería campeón de Copa dejó en unos ridículos 45 puntos a un Barça que defendía su título de liga. Y el severo correctivo que se llevó en el Palacio Vistalegre el que posiblemente sea el mejor Barça de la historia, el que logró el triplete en 2003, por 83-55.
Pero ¡ay qué mal fario debería dar a los aficionados colegiales escuchar a la Demencia cantar eso de “riau riau riau, nos vamos al Palau” cuando toca jugarse algo importante!. En los cruces, en las eliminatorias de los últimos 20 años, es cuando los azulgrana se ganaron la merecida fama de bestia negra colegial.
Desde 1989, MMT Estudiantes y AXA FC Barcelona se han visto las caras en 12 eliminatorias entre playoffs de ACB, Copa del Rey y Competiciones Europeas, y el Estu solo pudo salir airoso de una, los cuartos de final de la liga ACB de 2005, recordados por supone el final de la “era Pesic-Bodiroga” en el equipo catalán y cuya clave estuvo en los dos tiros libres anotados en la última jugada del primer partido en el Palau Blaugrana por Carlos Jiménez.
Como dato curioso, el protagonista de la gran mayoría de estas eliminaciones colegiales a manos del FC Barcelona fue uno de los más ilustres alumnos del Ramiro: Aíto García Reneses, técnico barcelonista durante 15 años. Sin piedad con sus raíces.
Entre las cuentas pendientes que el Estudiantes tiene con el Barça en la era ACB encontramos tres finales, que además se perdieron de forma dolorosa, contribuyendo a crear la leyenda de “gafe” del Estu y de “bestia negra” del Barcelona.
Por orden cronológico, la primera sería la final de Copa del Rey en Zaragoza en 1991. El Estu había llegado a la final tras eliminar a los potentes CAI Zaragoza y al Joventut, y tuteó en el choque decisivo al Barça de Boza Maljkovic… pero ¡ay! La última jugada del partido fue para los del Ramiro, con los culés arriba 67-65, y así se narra en el libro “Club Estudiantes, 60 años de baloncesto”: fue una jugada perfectamente construida y ejecutada: pases, bloqueos, dos opciones y, al final, Alberto Herreros salió desmarcado para recibir en clara posición de tiro de tres. Además, frontal, de los facilitos (para los grandes tiradores como él, claro). Se elevó y ejecutó su preciosa y precisa mecánica, pero el balón rebotó en el aro sin entrar y allí se acabaron las opciones. Menos mal que al año siguiente el Estu se quitó la espinita con su segundo título de la historia, también la Copa, en Granada 1992.
Desolación de Braña, Felipe Reyes y De Miguel en el banquillo del Palau (foto: As) |
La segunda final que Estudiantes perdió ante la sección de “básquet” del Barcelona fue la de la Copa Korac en 1999. En la primera y única final europea de la historia colegial. Ya es mala suerte… y por qué no, exceso de confianza y falta de ambición colegial. Esta competición, la tercera en importancia por entonces del baloncesto continental, fue una fuerte apuesta del club como opción real de conquistar títulos, y el camino era más que correcto. El formato de esta final era el de doble partido: ida en cancha colegial, vuelta en el Palau Blaugrana. Durante toda la Korac el Estu había jugado en el Polideportivo Magariños, remozado para la ocasión, pero esta vez la demanda de entradas fue tal que se trasladó el partido al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, que de este modo vivió una de sus noches más mágicas. Pese a que los de Pepu Hernández contaban sólo con un extranjero, Vandiver, por la gravísima lesión de Thompson, dieron todo un recital de juego ante el Barça de Djordjevic, Gurovic, Rentzias, Nacho Rodríguez o Dueñas y les arrollaron: 16 puntos de ventaja.
Pepu declaró: “Tras este partidazo no me importa nada de lo que suceda en el partido de vuelta; ha sido maravilloso”… Y mejor que no le diera importancia, porque la humillación colegial en el Palau Blaugrana fue de las que hacen época. Una encerrona en toda regla en la que los culés impusieron su ley desde el principio. Y no sólo remontaron los 16 puntos que se habían llevado de Madrid, sino que aumentaron su ventaja dejando claro que por mucho que la Korac fuera poco para ellos no iba a venir el equipillo del colegio a arrebatarsela en sus narices: 97-70. ¡Vaya metamorfosis en sólo una semana!
Y la última final está bastante más reciente. La de la liga ACB de la inolvidable primavera de 2004, tan cercana y tan lejana a la vez. El Estu ya había roto todos los pronósticos al haber eliminado a Real Madrid en cuartos y sobre todo, Tau Cerámica en semis, ya que los vitorianos eran uno de los favoritos para llevarse el título. Pero no quiso conformarse. “Felicidades por lo conseguido en Vitoria, felicidades por estar en la final. Supongo que ya habéis cumplido el objetivo, ¿verdad?” cuenta la revista Gigantes que le preguntaba Pesic a Pepu antes de este primer choque. “No, no, ya que estamos aquí vamos a por el título” le respondió el técnico colegial.
Y vaya si fue, de tal modo que para muchos para muchos el Estu es el ganador de aquel título de Liga. Pero no para el mundo de los resultados que constan en acta, que a la postre es el que cuenta. Los dos primeros partidos en la cancha maldita que es el Palau Blaugrana tuvieron sendos finales polémicos: el primero, unos pasos inexistentes de Carlos Jiménez; el segundo un agarrón de Dueñas a Patterson que existió para todos menos para el árbitro; ambas jugadas en momentos decisivos del último cuarto de sus respectivos choques.
Captura de la retransmisión de TVE de los polémicos «pasos» de Jiménez |
La eliminatoria cambió totalmente de aspecto al llegar al Palacio Vistalegre. Ahí el color del campeón fue clarísimamente azul, sin grana ni historias. En el tercer partido un buen Estu salvaba el “match point” con un 82-72 y se pudo ver una advertencia en forma de pancarta desde la grada a los hombres de Pesic: “Estáis a tiempo de rendiros”.
No lo hicieron, y en el cuarto partido Carabanchel vivió lo que parecía efectivamente la celebración del primer título liguero de Estudiantes. Un auténtico sueño el que vivieron en directo 15.350 personas, viendo a un descaradísimo Estu destrozar sin piedad al equipo que tantos disgustos les había dado: 85-68.
Pero quedaba un último disgusto, como no, en el quinto y definitivo partido en el Palau Blaugrana. 69-64, merecida victoria culé, y en toda la familia estudiantil una extraña sensación. Seguía la euforia, la alegría, el “que nos quiten lo bailao”… pero aquello era un “coitus interruptus” en toda regla. La realidad volvía a golpear al Estudiantes.
Ahora, el partido del domingo no parece el mejor momento para tomarse la venganza, siempre deportivamente hablando que en Estudiantes nos gusta poco eso de comparar el deporte con guerras y violencia, de tantas afrentas. Pero no estaría de más recuperar el lema de hace cuatro años: “lo veo tan chungo, tan rematadamente difícil… que hasta es posible”.
Un lema inolvidable para una primavera inolvidable |