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Aunque he empezado por el final…vamos a poner en contexto los cambios que se estaban produciendo esos años. En dicha temporada la medida más importante tomada desde la Federación Española de Baloncesto fue la supresión del campeonato de reservas, idea que se quedo algo anticuada ya en aquella época. La mayor parte de las protestas llegaron desde el Real Madrid, conjunto cuya política era el fichaje de jóvenes prometedores que fogueaba en su equipo reserva.
Raimundo Saporta, entonces directivo de la FEB, dio visto bueno a la creación de clubes satélites. Ese año, el equipo B de Estudiantes recuperó su nombre original, llamandose Ramiro de Maeztu. Muchos años más tarde el Estu contaría con otro vinculado, el Colegio Logos. La temporada 1954/1955 se incorporaron dos equipos satélites a la competición.
Abreu, cambio de Estudiantes por el Real Madrid
No sería la última vez que Estudiantes sufría una baja en el equipo en favor del eterno rival. José María Abreu, conocido como el Niño, fichó por el Real Madrid. La máxima estrella colegial del momento se encontraba en una situación difícil. En aquella España de la posguerra con una vida muy difícil las circunstancias personales de Abreu fueron fundamentales en su marcha del ‘Estu’.
José María era huérfano. Su padre había fallecido durante la Guerra Civil y en aquella época la orfandad significaba en la mayoría de ocasiones pobreza, puesto que no teniendo los ingresos del cabeza de familia la supervivencia se complicaba en gran medida.
La idea de incorporarle llegó por el mítico jugador-entrenador Ignacio Pinedo. Máximo Arnáiz se puso manos a la obra y ofreció a Abreu 25.000 pesetas por el fichaje (unos 60.000 euros en la actualidad), salario mensual y primas por victorias aparte. La oferta fue comentada rápidamente a su madre, que ordenó a su hijo dejar los sentimientos a un lado y aceptar el dinero y vestir de blanco, cuestión que ayudaría mucho a la modesta economía familiar.
La plantilla
Los jugadores que representaron a Estudiantes, con la ausencia del Niño, fueron: Rafael Laborde, Antonio Díaz-Miguel, Emilio Laguna, Pedro Perea, Leopoldo Codina, Luis Martínez Arroyo, Manuel Fernández Centeno, Emilio Wünsch, Mohamed «Mimi» Mimoun y Luis Salaverría, alias el Pájaro por sus saltos y vuelos hacia el aro.
No fueron los únicos, puesto que se pudo ver en alguna ocasión a Epifanio González Linaje, aunque era más habitual verle con el conjunto B. El entrenador no era otro que Rafael Laborde, también jugador del equipo.
Arriba Mariano Gallego, Manolo Cavido (material), Wunsch (Winchi), William Preston, Rafa Laborde, Teodo Rodríguez (delegado). Abajo: Luis Salaverría, José Abreu, Leopoldo Codina y Antonio Díaz Miguel
Momentos de la temporada
Lo más destacado de la 1954/1955, además del título, fueron los duelos frente al Real Madrid, donde Estudiantes se impuso en ambas ocasiones al conjunto blanco entre anécdotas y polémicas que han hecho de los derbis un partido con su aroma especial.
El gobierno estadounidense reclamaba al pívot puertorriqueño Willo Galíndez, que había finalizado ya sus estudios de Medicina en la capital española. Saporta intentó alargar lo máximo su estancia y la despedida del interior fue lo más amarga posible, al terminar el equipo colegial como el ganador de un duelo jugado en la víspera de Reyes de 1955 (31-25).
Fue un partido disputado al aire libre, lo habitual para la época y por esas fechas en Madrid el mercurio bajaba de los cero grados. A los pocos minutos de iniciar el encuentro, las figuras del Real Madrid ya tenían varios golpes y poco después los dos puertorriqueños abandonaron la pista con protestas, argumentando que en esas condiciones no se podía practicar el baloncesto.
El día decisivo fue el 25 de marzo de 1955, fecha en la que tuvo lugar en feudo madridista (el frontón Fiesta Alegre) la segunda batalla entre Estudiantes y Real Madrid. Mediada la primera mitad el conjunto merengue dominaba 22-6 con un reincorporado Willo tras conseguir el permiso necesario de las autoridades estadounidenses. La remontada tuvo lugar en los minutos siguientes, en los que el marcaje de Perea sobre Willo Galíndez y otras acciones, permitieron que el marcador fuera al descanso con igualdad máxima (33-33). El marcador final fue de 53-63, lo que suponía, tres jornadas antes del final de la Liga, la consecución del primer título en la máxima categoría madrileña.
Éxitos de la temporada
El Ramiro de Maeztu, conjunto vinculado del Estu, cosechó de nuevo la victoria en la Copa de Primavera madrileña. Mientras, el conjunto de categoría Infantil se alzó con el título de la categoría. Ambos éxitos se unían a la proclamación como mejor equipo de Madrid con sólo siete años de historia, un logro que ilusionaba en casa y asombraba al resto de equipos.
