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EUFORIA DESATADA EN VALLADOLID

10 marzo 2008

La canasta sobre la bocina de Pancho Jasen no daba a MMT Estudiantes ningún título, ni ninguna clasificación. Es más, ni siquiera saca al equipo de los puestos de descenso. Pero viendo al medio millar de aficionados colegiales que poblaron las gradas del Polideportivo Pisuerga celebrando la victoria sobre el Grupo Capitol bien que lo parecía.

EUFORIA DESATADA EN VALLADOLID

Abrazos, besos, bufandas al viento, incluso alguna que otra lágrima. MMT Estudiantes ayer ganó simplemente un partido más de liga regular en esta durísima temporada, pero la alegría de los seguidores colegiales que abarrotaban el fondo del Pabellón Pisuerga es comparable a la de las grandes ocasiones.

Aun queda mucha liga, y puede que este subidón de moral que da ganar así en una cancha tan difícil sea el inicio de la remontada en la tabla que tanto necesita MMT Estudiantes. Esa es la sensación que los ayer extremadamente cariñosos (por eso de los constantes abrazos) seguidores del «Estu» se llevaron de Valladolid.

La invasión estudiantil en la capital castellana empezó a eso de las 12 del mediodía, cuando llegaron los 300 viajeros del «Tren de la ilusión«, que se fueron desperdigando en pequeños grupos por las calles pucelanas. Alrededor de las 2 llegó el autobús que había fletado la Demencia, que como de costumbre sí se hizo notar mucho más con sus cánticos y su buen humor por el centro de la ciudad. 

Sobre las cinco de la tarde la marea estudiantil se fue desplazando a los alrededores del Polideportivo Pisuerga, especialmente y como manda la tradición desde que el CB Valladolid juega allí, a la puerta del bar situado justo enfrente. Desde allí conectaron los compañeros Bonofiglio y Castañón del programa de radio «Es tu pasión» en directo para dar un poco de envidia a los seguidores de MMT Estudiantes que no habían podido viajar a Pucela. Mientras, iban llegando más y más seguidores estudiantiles en coches particulares.

La mayoría de esa marea colegial se situó en uno de los fondos altos del pabellón, tiñéndolo casi por completo de azul, con los chicos de la Demencia en pie con sus banderas liderando los cánticos de animación. Optimismo, euforia, frustración (¡cómo se crece siempre el veterano Yebra ante el Estu!), pero una sensación total de que MMT Estudiantes jugaba casi como en casa.

El final ya lo hemos contado. Canastón de Pancho Jasen de esos que tan pocas veces entran y euforia incontrolada. Y tan incontrolada, que le pregunten al médico del equipo, Juanjo Pérez, que se tuvo que diagnosticar a sí mismo una lesión en el gemelo provocada en el salto para celebrar la increíble victoria colegial.

Dos veces hicieron salir los 500 aficionados del Estu a los «toreros», encabezados como no podía ser menos por el capitán y héroe de la noche. Después, y pese a las pegas iniciales de la policía, una buena parte de los aficionados fue a esperar la salida de los jugadores, que se mostraban como es lógico tan pletóricos como los seguidores. Fotos, bromas («Russell, ¡una foto! No, no, pero no te pongas, que nos la hagas tú») y más y más abrazos.

La salvación es posible, está clarísimo. Después, la celebración se trasladó para la mayoría a Madrid en el tren de la ilusión, que hizo honor a su nombre y fue toda una fiesta sobre ruedas con el vagón cafetería hasta arriba y gente con fama de serios como Velimir Perasovic o Domen Lorbek quitándose esa fama. Otros, los dementes, tradujeron su euforia en hacer nuevamente la caja del año en el bar del barrio de Cantarranas que invaden cada temporada, y que como muestra de ello luce una bufanda de su grupo. Todos y cada uno de los miembros de la familia estudiantil se acostaron ayer, u hoy, con una sonrisa de oreja a oreja, y una idea en la cabeza: nos quedamos.