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Intercambio de sonrisas: Fede al Ramiro y Tariq a Badalona

9 mayo 2014

FIATC Joventut y Tuenti Móvil Estudiantes hicieron esta temporada -viscisitudes del mercado- un curioso intercambio de efímeros pero inolvidables ídolos foráneos. En una suerte de guiño a la revista que homenajea a los dos clubes, Fede Van Lacke fue al Ramiro, y Tariq Kirksay a Badalona. Dos jugadores que, con una sonrisa como carta de presentación, han sido capaces de ganarse en apenas unos meses a dos aficiones muy exigentes. ¿Por qué? Nos lo explica Santi Escribano.

Intercambio de sonrisas: Fede al Ramiro y Tariq a Badalona

En baloncesto hay muchos tipos de jugadores, pero muy pocos tienen la capacidad de ganarse el cariño incondicional de la exigente afición de un club de cantera que siempre considerará que el que viene de fuera está tapando el hueco del jugador joven que se ha formado en sus categorías inferiores. Y menos aún que sean capaces de hacerlo en apenas unos meses.

Pero, como queriendo dar razón a los miles de aficionados de uno y otro equipo que sienten una especial unión con el que será su rival este domingo, FIATC Joventut y Tuenti Móvil Estudiantes hicieron esta temporada -viscisitudes del mercado- un curioso intercambio de efímeros pero inolvidables ídolos foráneos.

En una suerte de homenaje a la revista que homenajea a los dos clubes, se pudieron decir eso de “Tú al Ramiro y yo a Badalona”: Fede Van Lacke, previo regreso a Argentina, fue al Ramiro, y Tariq Kirksay, este sí desde el verano, a Badalona.

La sonrisa argentina
El argentino de Tuenti Móvil Estudiantes sólo jugó un año en Badalona, una plaza acostumbrada históricamente a ver defender sus colores a algunos de los mejores jugadores extranjeros de Europa.

Pero como explica el periodista del “Diari de Badalona” Enric Ribó, Fede Van Lacke en sólo un año “caló hondo por su entrega y su garra en la pista, pero también por cómo se ilusionó con lo que significa aquí el Badalona. Era habitual verle en las canchas de la cantera, participaba en encuentros con la afición… fuera de la cancha se involucró y su hija nació en Badalona”.

Van Lacke todavía no se ha enfrentado a su anterior equipo en la Liga Endesa, a esa Penya que en sólo unos meses también hizo suya. Cosas del mercado. Tras no llegar a un acuerdo de renovación con los verdinegros hace dos campañas, regresó a la liga argentina, donde destacó primero en Bocas Juniors y después con el Obras Sanitarias hasta que recibió la llamada de un deprimido Tuenti Móvil Estudiantes que ocupaba puestos de descenso tras una primera vuelta nefasta.

Llegó a Madrid el día de la cena entre equipo y afición al grito de “Aquí no se rinde nadie” y ya en su primer partido, con 10 puntos en la ajustada derrota contra Unicaja, dejó claro a qué venía: a ayudar a hacer realidad ese lema. La cara colegial con Van Lacke cambió.

Contagió su rabiosa sonrisa a sus nuevos compañeros, y eso se reflejó en el balance de Tuenti Móvil Estudiantes que desde que llegó el argentino, es de 7-7. El Tuenti Estu logró la salvación que en diciembre parecía una utopía, y ha competido en todos los partidos con la excepción de la derrota de este jueves en Zaragoza.

La sonrisa del Bronx
Antes, ese papel, esa sonrisa rabiosa, ese efecto contagio, en el Estu era cosa de Tariq Kirksay. Al igual que Van Lacke, Tariq llegó con la temporada empezada con el objetivo de ayudar en la salvación de un equipo que parecía desahuciado, en la temporada 2011-12. Casi lo consiguió.

“He visto a la gente llorar, y me he quedado para hacerla sonreir”, declaraba el trotamundos estaounidense cuando renovó al año siguiente, al no certificarse en los despachos el primer descenso de la historia de Tuenti Móvil Estudiantes. Y eso sí lo consiguió: devolver la sonrisa a la sufrida afición colegial. No sólo con sus actuaciones en la pista (¡qué primera vuelta!), con los resultados del equipo (para la historia queda la victoria ante el Barça que, con favorcito precisamente de la Penya, metía a los colegiales en la Copa) sino también con sus frases, sus detalles, sus gestos.

Pese a ser un ídolo de la afición y un referente para cuerpo técnico y compañeros, así es el basket en los despachos, no renovó con Tuenti Móvil Estudiantes. Pero el genio de la cinta en la cabeza pronto encontró acomodo en el sitio más parecido al Ramiro que podía encontrar en toda Europa: Badalona, el «bressol del basquetbol». Desde inicio de temporada.

Y ya desde su presentación se convirtió en un referente para la entidad afición badalonesa. En un proyecto arriesgado donde las perlas de la cantera verdinegra estaban arropadas por jóvenes apuestas extranjeras que debutaban en ACB (Cochran, Shurna y Joseph), los tres viejos guerreros: Miralles, Savané y el propio Kirksay serían los encargados de guiar su crecimiento.

Y lo han hecho. Kirksay, con esa sonrisa que como explica Enric Ribó “parece que está de vuelta de todo, pero en el modo más positivo: no tiene presión ni miedo, y esa es una buena lección para los chavales, quita ansiedad a todos. Es un jugador que vive y piensa el baloncesto de un modo distinto”.

Es el jugador más valorado del equipo verdinegro (14.7 val) ya que pese a ser alero es su mejor reboteador (6.8 rpp), además del tercer máximo anotador (11.3 ppp) y por supuesto, el mejor recuperador de balones (1.4ppp), siendo por tanto uno de los pilares de que esta Penya “low cost” llegue a falta de dos jornadas con plenas opciones de playoff.

En la ida en el Palacio la ovación al genio del Bronx fue atronadora, y en la vuelta en el Olimpic la que se llevará el argentino no será menos. Esa es la única apuesta segura del clásico del basket de este domingo.


Foto: Gonzalo Schiaffino

Santi Escribano (@santiescribano)