
MMT Estudiantes está de aniversario, y para celebrarlo, entre otras cosas, desde el próximo día 11 de febrero saca a la venta el libro «Club Estudiantes, 60 años de baloncesto», que a lo largo de mil páginas en dos tomos repasa la historia del club colegial. Para ir abriendo boca, clubestudiantes.com publica otro par de fragmentos, relativos a los años en que se jugaba en el Polideportivo Magariños, posiblemente la época donde se fraguó la leyenda del Estu.
FRAGMENTOS DEL LIBRO “CLUB ESTUDIANTES, 60 AÑOS DE BALONCESTO”, editado por la Fundación Estudiantes.
Autores: Felipe Sevillano (coordinador), Carlos Jiménez, Alonso de Palencia y Santi Escribano.
1974 [Crisis deportiva]
Para corroborar este retorno estudiantil, qué mejor que una victoria en el Palau Blaugrana por 88-95. La crónica de Vicente Villa en As empezaba calificando con sobresaliente a todos los jugadores de Estudiantes excepto a Juan Martínez Arroyo. Para él, una matrícula de honor. Y se extasiaba:
Fopma fue –¡asústense ustedes!– el auténtico dominador bajo los dos aros. José Luis Sagi-Vela volvió a erigirse en el internacional pletórico que lleva dentro. Gonzalo Sagi-Vela tuvo la inspiración de los elegidos. Beltrán, Mariano García y el junior López Rodríguez tuvieron su noche. ¿Martínez Arroyo? ¿Pero se había retirado o es que volvía de un curso de perfeccionamiento en Estados Unidos? No sé, no sé… pero retuvo hasta el aliento con sus pases al hueco, sus fintas, su cadencia.
Fernando Bermúdez había preparado una defensa en zonas que enmarañó de tal forma a los azulgrana que nunca supieron cómo librarse de ella. Y cobraba los réditos de sus elogios (merecidos) a López Vicente y Páez, que volvieron a pitar con valentía y ecuanimidad. Es agradable ver cómo tiene recompensa el dar la cara por otros cuando es lo justo. La colosal victoria abría el camino hacia la salvación. A estas alturas ya nadie pensaba que faltaban tres exámenes para sacar el aprobado. Estudiantes volvía a ser grande. Fernando Bermúdez lo resumió así: “Ha sido nuestro partido del siglo”.
1980 [Derbi empatado en el pabellón de la Ciudad Deportiva el año del subcampeonato]
En este encuentro hubo varios hitos fundamentales en la historia de Estudiantes. Para empezar, los dementes que acudieron a verlo, liderados por el carismático Gavioto, lucieron por vez primera chilabas y turbantes en su atuendo. Apenas un año atrás, la revolución islámica del ayatolá Jomeini había triunfado en Irán con la expulsión del emperador Mohamed Rezha Pahlavi, acontecimiento que sorprendió al mundo entero por su carácter inaudito.
Así que los dementes, tal como habían hecho en su nacimiento, interpretaron este hecho a mitad de camino entre lo jocoso y lo onírico: era una señal que el profeta Mahoma les enviaba desde La Meca, ya que había hecho coincidir el surgimiento de dos nuevos poderes, el de la República Islámica de Jomeini en Irán y el de Estudiantes en el panorama baloncestístico español. A partir de entonces, los elementos islámicos se harían habituales para una hinchada que muy pronto empezaría a cantar “España mañana será musulmana”. (….)
Un antiguo jugador estudiantil ahora en las filas blancas, Randy Meister, fue el designado para sacar de fondo y buscar un pase largo que rompiera la defensa presionante de los de Codina, pero el pobre Randy, azorado con los nervios, lo que hizo fue dar un pase perfecto a Slab Jones, quien se levantó y anotó mientras sonaba la sirena. Un silencio sepulcral se hizo en el pabellón blanco, y además el árbitro principal dio por bueno el enceste, hasta que, de pronto, un caballero de la mesa de anotadores llamó a los de gris para decirles que el tiro se había hecho fuera de tiempo. Como el empate era un resultado válido, el marcador se quedó tal cual, 94-94, y no el 94-96 que hubiera sido justo (…)
Juan Carlos López, «El Sapo» con dos dementes musulmanes |
Un Estudiantes sin extranjero: Juan y Fernando Martínez Arroyo, Cambronero, Cienfuegos, Sanz. |