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Tres jugadoras del bando castellano han vestido la elástica estudiantil en las últimas temporadas. La primera en aterrizar en la capital de España fue la base catalana Rosa Pérez, quien disputó dos temporadas (04/06) con las del Ramiro.
Su primera campaña en el por entonces denominado USP-CEU Adecco Estudiantes la pasó “a la sombra” de una jovencísima Silvia Domínguez que por aquel entonces ya daba sobradas muestras de su calidad. Fue en la 05/06 cuando Pérez y Domínguez formaron un excelente tandem de bases que llevó al equipo de la calle Serrano a disputar los playoffs por el título. La valenciana María Pina es otra de las que saben lo que es jugar en el Magariños como local. Dos campañas en Madrid (05/07) y fue la última, mal recordada por ser la temporada del último descenso a LF2, donde Pina se convirtió en la jugadora más utilizada por Nacho Martínez. Una joven alero que destacó por su enorme garra y por la gran facilidad para repartir asistencias entre sus compañeras. En aquella temporada 06/07 también formaba parte del equipo colegial la escolta madrileña Patricia Arguello quien, dentro de lo que sucedió esa desafortunada campaña, fue una de las jugadoras que mejor sabor de boca dejó entre los aficionados de la calle Serrano. Hoy por hoy su papel en el CB FEVE San José es más secundario siendo la jugadora exterior que menos minutos disputa por partido. Pero el MMT Estudiantes LF cuenta también con una ex-leonesa en sus filas, se trata de la americana Brooke Wyckoff quien llegó a León para visitar a una amiga y terminó jugando un mes en el Acis Incosa, la historia es la siguiente: Brooke decidió pasar unos días de relax en España, más concretamente en la capital leonesa, donde por aquel entonces jugaba su gran amiga Tuukkanen, una pívot finlandesa que la temporada anterior había jugado en Mann Filter Zaragoza. A la semana de llegar a León, el Acis Incosa decide “cortar” a su pívot estadounidense Andrea Gardner y los dirigentes piensan en Wyckoff como sustituta temporal de la americana. Brooke no se lo piensa y viste la elástica “cazurra” durante tres semanas, apenas 20 días en los que refuerza el juego interior de un equipo que finalizaría la fase regular en quinta posición.
