Más de 1000 aficionados estudiantiles se desplazaron a Vitoria y, pese al mal partido en la cancha, nos recordaron por qué «ser del Estudiantes nos parece mejor».
De la ilusión al orgullo, pasando, claro está por la estupefacción y la decepción. «Yo te quiero Estudiantes, aunque no ganes ni a las canicas».
La rebeldía ante una realidad tozuda, que es ver a tu equipo haciendo un partido terrible en el momento menos oportuno: «este partido lo vamos a ganar» mientras los triples taronjas sentenciaban. Sublime. Y también relativizando la importancia del baloncesto en esta vida, acordándose en toda una Copa del Rey de la reivindicación de un derecho social.
Este es un homenaje al mayor patrimonio, junto a la cantera, de Asefa Estudiantes: su afición.
GRACIAS.
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