Tal día como hoy dentro de dos meses cumpliré 50 años, si, el mismo día que España se proclamó campeona del mundo de fútbol hace ya unos años.
Soy de la generación del 66, década de gran explosión demográfica en España. Todos los de mi generación hemos vivido en primera persona los pequeños tropiezos de nuestros equipos nacionales de fútbol, de baloncesto, nuestros tenistas vagaban por las pistas de tierra, al waterpolo no jugaba nadie, en fin, que conocemos en primera persona el lado oscuro del deporte.
Vivíamos ilusionados el comienzo de cualquier campeonato y sufríamos la pronta eliminación de los mismos, pero nunca perdíamos la fe, ¡ya verás la próxima vez! Pero mi amigo Manolo y yo sufrimos menos, somos de equipos que nunca, o casi nunca, ganan nada, el lado oscuro es nuestro hábitat natural. Supervivientes natos, esclavos de las derrotas, tanto, que somos capaces de disfrutar de ellas.
Pero eso sí, de vez en cuando la vida nos da pequeñas alegrías y a estas las sacamos todo el jugo. Y las mayores alegrías las hemos encontrado en toda una vida siendo del Estudiantes.
•Toda una vida disfrutando con una afición que no conoce el desaliento.
•Toda una vida emocionados con los chavales que desde la cantera son capaces de llegar hasta la NBA.
•Toda una vida siendo cantera del baloncesto español y sobreviviendo gracias a ello.
•Toda una vida encantados con los chavales que juegan en los tiempos muertos, aunque nos privemos de las piernas de las cheerleaders.
•Toda una vida viendo jugar a americanos que parecían nacidos en el Magariños, porque antes fichábamos “americanos”.
•Toda una vida cantando “qué nos vamos a Estambul…” y felicitando al Joventut por eliminarnos a las primeras de cambio.
•Toda una vida ganando la copa de 1992 y recordando ese equipo, Aisa, Orenga, Winslow, Herreros, Pinone, Azofra, Pedro Fernández, Alfonso Reyes, los chavales, el Cura y Pepu, ¡madre mía que equipazo!
•Toda una vida animando a De La Fuente, que nos machacó en el quinto partido por la liga del 2004 y al que acogimos en su retiro.
•Toda una vida despidiendo a Carlos Jiménez, el mismo día que hace unos años, el día de la madre, perdimos la categoría que sólo el vil metal nos permitió recuperar.
Y hoy, el día después de la derrota contra el UCAM Murcia, que prácticamente nos manda a los infiernos, nos queda TODA UNA VIDA PARA NO RENDIRSE, porque el baloncesto nos necesita lo mismo que nosotros necesitamos al baloncesto y aunque es verdad que somos un equipo de patio de colegio, de vez en cuando nos gusta ganarle al Real Madrid en el Palacio, llegar a una fase final de la Copa, darnos una vueltecita por Europa……
We will survive!!
Antonio Trotonda (11/05/2016)