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…Corría el año 79 del siglo pasado y aún, el que esto escribe, ni siquiera era alumno del Ramiro.
Allí tuvo lugar mi primer contacto con el Magata siendo un auténtico «renacuajo». Fue en una temporada que estuvo a punto de hacer temblar la supremacía merengona en el basket hispano. Era el mes de marzo y a la última jornada llegaban empatados los equipos de baloncesto de dos clubs de futbol. El Barcelona de Antoni Serra, dominador de las Copas por aquella época que contaba en su plantilla con Solozabal, Ansa, Sibilio, De la Cruz (¡menudo idilio el de estos dos!), Epi y un larguísimo y engoladísimo yanky llamado Bob Guyette, y los tramposos de la Castellana que dos temporadas antes y a fuerza de talonario nos habían quitado a Randy Meister (¿que raro, no?).
Nuestro equipo, bastante más modesto, pero con muchas más hormonas masculinas que los blaugranas lo componían: Vicente Gil ¿a qué esperamos para que sea el presi de este club?; el «sapo» López Rodriguez; el «patas» Beltrán; nuestro llorado Garrido; Nacho Pinedo; Larry Gibson (pedazo de americano teníamos, ¡oiga!); Burgués; un imberbe junior llamado Fernando Martín, ¿os suena?; y desde el banquillo nos dirigía el que para mí ha sido, el mejor entrenador del estu en toda su historia: Chus Codina.
El Barcelona, que por aquella época lucía un pantalón blanco (por eso no ganaron la liga) vino al Magariños crecidito y pensando que iban a ganarnos sin bajarse del autobús, pero hete aquí que se encontró con un señor equipo de (como lo diría Pepu) ¡ba-lon-ces-to!.
87-83 fue el resultado y para los que lo vivimos en directo fue muy emocionante. Desde entonces no he podido desengancharme ni del basket, ni del Estu y ya ha llovido…
AGUSTIN GUTIERREZ (clear & dark blue)
