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Y eso a pesar del paso adelante de dos jugadores jóvenes ante los problemas de dos de los titulares. En un partido empantanado y lleno de faltas, especialmente en la primera mitad- Barnes se dejó llevar por la intensidad y se cargó muy pronto de faltas (una de ellas técnica cuando se dirigía al banquillo y otra antideportiva) mientras que la pólvora de English hoy estaba mojada.
Ante esto, Lucas Nogueira –a pesar de que también se cargó prontísimo de faltas- y Kyle Kuric fueron los jugadores más destacados: 14 puntos y8 rebotes para 22 de valoración el brasileño; 17 puntos el estadounidense.
Bien secundados, eso sí por un Germán Gabriel que logró sacar ¡11 faltas! y un Tariq Kirksay que ha nacido para poner calma en partidos tan alocados y de jugadores por los suelos como este. Pero todo esto no fue suficiente ante los hombres de Velimir Perasovic, que lograron mantener las ventajas y no dejar finiquitar ningún amago de remontada a Asefa Estudiantes para conseguir no solo la victoria sino recuperar el basket average.
INICIO CLAVE
Ya desde el salto inicial -con saque de honor de una fallera- vimos un partido físico e intensísimo en la Fonteta. Lucas Nogueira, hoy titular, fue la primera víctima de este ritmo infernal, con dos faltas prácticamente seguidas que le relegaron al banquillo y que parecían decir que no iba a ser la tarde del brasileño…
Esta agresividad también propició varias pérdidas que dieron las primeras ventajas a los taronjas: 13-6 tras triple de Kelati sobre la bocina. Entre Pietrus y Barnes hubo más que palabras, y la antideportiva del estudiantil sobre el “Balotelli” taronja propició la máxima a los locales: 24-13 al acabar el cuarto.
UN CUARTO LOCO, QUE NO DEMENTE
El segundo cuarto trajo la reacción colegial: dos triples seguidos (Clark e English) metieron a Asefa Estudiantes en el partido (24-19). El cuarto se volvió completamente loco. Más ritmo ofensivo (vaya vuelos sin motor de Kuric y Faverani) pero también faltas por aquí y por allá.
La técnica a Barnes por protestar tras cometer la tercera falta y cuando se dirigía al banquillo podría haber hecho a cualquier otro equipo tirar la toalla. Pero a Asefa Estudiantes no. Aunque Valencia Basket se volvió a poner once arriba (38-27), en Serrano 127 está prohibido rendirse.
SALIMOS VIVOS DEL CAOS
Y así, a base de casta y contra viento, marea y un criterio arbitral que no gustaba ni a locales ni visitantes (30 faltas a estas alturas), Kirksay, Kuric y Nogueira volvieron a meter a Asefa Estu en el partido: 44-38 al descanso.
MOPA´S TIME
El paso por vestuarios cambió la dinámica del partido. Más vistoso sin dejar de ser intenso: Kirksay desde el 6,75 ponía el 49-43. La diferencia estaba siempre entre los 5-6 puntos para un Valencia Basket que sabía responder a cada parcial colegial. Germán hacía el baloncesto fácil en la pintura, pero es que Doellman también. Los mopas tenían que salir cada dos por tres a secar el sudor de los jugadores que se dejaban la piel, casi literalmente, por cada balón.
Asefa Estudiantes logró reducir la diferencia hasta tres puntos (51-47), pero un mal final de cuarto, perdiendo algunas posesiones importantes, lanzaron de nuevo al Valencia Basket al 64-55 con el que se llegó al cuarto definitivo.
DEFENSA SIN PÓLVORA
Lo abría Kirksay con un triple rápido, pero tardó cuatro minutos en volver a romper la maraña taronja. La buena defensa no se correspondía en ataque, y a falta de 6 minutos el marcador de la Fonteta lucía 69-58 tras fallar Nogueira dos tiros libres.
Lo arregló con el alley-hoop que le tiró Kyle Kuric para romper la sequía, 69-60. Kuric estaba enchufado, pero respondía al triple del ex de Louisville Thomas Kelati con dos consecutivos que lo ponían complicado a falta de 3 y medio: 77-63.
PIETRUS Y KELATI SENTENCIAN
Asefa Estudiantes se agarraba al 4,60 al haber logrado poner pronto en bonus a Valencia Basket, pero Pietrus se agarró al aro con dos mates tremendos como para decir que no, que no iban a relajarse nada. 79-66 a falta de 2 minutos y medio para el final.
Y no pudo ser. Los colegiales intentaron salvar el average pero tampoco fue posible ante un Valencia Basket que fue sinónimo de intensidad durante los 40 minutos.
