Que en Bilbao andaban preparando un proyecto Euroliga no sorprende, que la culminación del mismo haya llegado tan pronto, sí. Tras vencer al Real Madrid en las semifinales de los Playoffs del pasado año, el equipo dirigido por Fotis Katsikaris consiguió clasificarse para el torneo continental y este verano ha montado un equipo con vistas a competir de tú a tú con los principales equipos europeos.
Por la ciudad vasca se conocía la dureza de una competición como Euroliga, y, aun con una plantilla preparada para ello, están sufriendo la adaptación de tener que jugar dos veces por semana ante equipos que exigen un alto nivel competitivo –esto no es la Eurocup-. El inicio del nuevo “Gescrap” Bizkaia, está marcado por una sorprendente irregularidad. Parecía que el equipo de Katsikaris iba a sufrir lejos del Bilbao Arena e iba a aprovechar su fortaleza en casa para ir sacando victorias, como los triunfos ante Olympiacos y Real Madrid, pero las derrotas como las sufridas ante Fenerbahce y Cajasol Banca Cívica encendieron todas las alarmas y la palabra crisis comenzó a sobrevolar en el equipo. Pero es que lo suyo es cuestión de días, como pudimos ver en la sorprendente victoria en la cancha de sus vecinos del Caja Laboral en Euroliga. RENOVAR PIEZAS CLAVES El primer paso que tomaron para afianzar y confirmar un proyecto fue renovar las piezas principales. De ello se encargó Pedrag Savovic este verano, y la primera noticia que el equipo dio a su afición fue la de la renovación del timón y máximo estandarte del éxito del equipo la pasada campaña: Aaron Jackson. El base de Duquesne sigue siendo la pieza principal esta temporada, aunque de momento su inicio también está marcado por la irregularidad que afecta al equipo, pero es la máxima amenaza para Asefa Estudiantes el próximo domingo. Otros que continúan con respecto al año pasado son Alex Mumbrú y Marko Banic, formando un poderoso Big Three en el equipo de Katsikaris. El primero, tras su primer dubitativo, consiguió volver a su mejor nivel la pasada campaña, y en el inicio de esta sigue demostrando que puede estar cuando el equipo le necesita. Poco se puede decir además de un jugador como Banic, un jugador que representa a la perfección la clase en un pívot, al igual que una inteligencia innata que siempre afecta a Asefa Estudiantes de manera especial –basta con ver sus últimas actuaciones ante nuestro equipo-. SIGUE LA DUPLA GRIEGA Además, el Gescrap Bizkaia sigue siendo el equipo de “la fiebre griega”. A Fotis Katsikaris se le suman dos hombres que también continúan esta temporada: Kostas Vasileiadis, en su línea de actuaciones brillantes/desastrosas que se asemejan a la línea del equipo, y Dimitrios Mavroeidis, que tras pasar el inicio de campaña lesionado ha vuelto al equipo para aportar estabilidad. Dos jugadores muy peligrosos que ponen la nota gladiadora al equipo, ya que la “Ley de Kostas” sigue imponiéndose por los campos de Europa y que no despierte a la bestia que lleva dentro es clave de cara a las opciones de triunfo el próximo domingo. MÁS CONTINUIDAD Para garantizar la estabilidad no basta solo con garantizar la renovación de las principales espadas, además hay que mantener el bloque haciendo lo propio con jugadores cuyo trabajo es necesario y tienen labores de jugadores de rotación. Por ello continúan además en el conjunto de Katsikaris jugadores como Janis Blums o Josh Fisher. El lituano, tirador muy racheado que ya ha demostrado su calidad contra nosotros en determinados encuentros, se encuentra en su peor momento en el Gescrap Bizkaia, y vive, en parte, en el ostracismo con Fotis Katsikaris. Por su parte Fisher es el hombre de confianza para labores defensiva, y la misma le ha llevado a completar actuaciones aceptables también en el apartado ofensivo, por lo que ha dado un salto en el equipo con respecto al año pasado. POCO RETOQUE, PERO DE CALIDAD Si en Bilbao tenían claro que querían continuidad, también sabían a la perfección los puntos débiles del equipo en los que se tendrían que realizar pequeños retoques en forma de fichajes de calidad. El primer puesto clave a reforzar era el de base, tras el fracaso de Javi Rodríguez, y el club puso sus ojos en un jugador con un talento descomunal, experiencia y el único pero del riesgo por las lesiones. Hablamos de Raúl López, que ya ha demostrado el porqué de su fichaje tirando del carro en este inicio de temporada. Su clase no la ha perdido, y su acierto en el T3 descongestiona el ataque de los de Katsikaris que tienen en el jugador un perfecto complemento de Jackson. Otro jugador necesario a fichar era el de un jugador físico, el clásico 5 intimidador que aportara músculo tanto en defensa como en ataque. D´or Fischer fue el elegido y de momento tampoco está decepcionando. Por último, el equipo necesitaba otro jugador de rotación exterior que realizará el trabajo sucio, con experiencia de sobra en Europa y acostumbrado a un rol que no fuera el de anotador principal. Con Roger Grimau dieron en el clavo, y aparte de hacer lo que sabe a la perfección, ya se ha destapado en algún partido siendo la referencia ofensiva –siendo esto una muestra clara de que el equipo no está bien, todo sea dicho-. Un seguro de vida. Tres fichajes de lujos a los que se unió Stevic a inicio de campaña. El serbio llegó sustituyendo al lesionado Hervelle y se marchó tras la recuperación del pívot, que ha vuelto a sufrir un percance, viéndose obligado el equipo a encontrar un nuevo refuerzo. Krupalija ha sido el elegido y podría debutar este domingo ante el conjunto colegial.