Acostumbrados a cotas altas tanto en competición nacional, como continental, el equipo malagueño ha sufrido las dos últimas temporadas en la zona media de clasificación peleando por meterse en Playoffs como objetivo principal. El Unicaja de Málaga, con plantillas más débiles que en años anteriores, no consiguió asimilar sus objetivos, y el vivir por encima de sus posibilidades le han llevado a vivir cambios de entrenador, de jugadores y tensiones a mitad de temporada que han lastrado el rendimiento del equipo.
Pero este año la cosa ha cambiado. En verano se decidió apostar por una plantilla completa y equilibrada, con más hombres que nombres, y con un proyecto que partió de cotas más bajas y una humildad que le ha llevado de nuevo a los puestos altos de la clasificación, humildad que ya fue clave del éxito en las temporadas anteriores. Se apostó por la continuidad de Chus Mateo en el banquillo y la construcción de un equipo que de momento está cumpliendo. POR ENCIMA DE TODOS: JOEL FREELAND El británico, compañero de batallas en su selección con el colegial Daniel Clark, es, sin duda, la sensación de esta nueva campaña. Sensación, pero no sorpresa, puesto que el jugador ya apuntaba a que iba dar el paso definitivo esta campaña, y por ello apostó el club malagueño, con acierto, ya que se ha encontrado con un jugador capaz de anotar a media distancia, desbordar a cualquiera por dentro, machacar el aro con potencia cuando recibe de cara, y rebotear de manera magistral. Es actualmente el jugador más valorado de la liga, tras Gustavo Ayón, con promedios que asustan, y la gran amenaza visitante el próximo domingo en el Palacio de los Deportes. Veremos si Simmons puede frenar al de Aldershot, que pese a todo llega en su “peor” momento posible tras hilar un par de partidos “flojos”. ACIERTO EN SU PAREJA EXTERIOR Uno de los problemas que sufrió el equipo malagueño el pasado año fue el bajo rendimiento que ofreció su pareja exterior. Terrel McIntyre llegaba a Málaga como jugador franquicia y un sueldo de estrella, pero las lesiones le impidieron brillar y un proyecto planificado en función de un hombre se vino abajo. Además, el supuesto anotador, Taquan Dean, tampoco cuajó, y los problemas de Juan Dixon, del que el club estuvo pendiente hasta última hora no ayudaron a reconducir la plantilla. Este año se apostó por jugadores en pleno auge que han brillado en ligas menores pero que aseguran adaptación a la competición europea. Para dirigir al equipo llegó EJ Rowland, internacional por Bulgaria, que está cumpliendo a la perfección con anotación y un ritmo frenético adaptado al equipo a la perfección. La sorpresa positiva es Tremmell Darden. El jugador americano está cuajando un inicio espectacular, anotando desde cualquier posición y dejando jugadas para el recuerdo con una potencia física que asusta. Al contrario que muchos jugadores de su corte, es además bastante regular, y no suele fallar en casi ningún partido. SANGRE BALCÁNICA EN LA PINTURA Uno de los puntos débiles de Joel Freeland es la debilidad en defensa y en ocasiones, la falta de garra ante pívots más peleones y de menor calidad. Para complementar al británico el Unicaja de Málaga buscó dos jugadores luchadores como Zoric y Peric, sangre balcánica para la zona. Luka Zoric, procedente del Zagreb, equipo en el que compartió puesto con Ante Tomic antes de que fichara por el Real Madrid ya ha dejado partidos de calidad, rebote y mucho esfuerzo, y Horvje Peric, defenestrado al inicio, ha conseguido, a base de trabajo, ganarse un puesto en la plantilla, sorprendiendo incluso al propio Chus Mateo, con un rendimiento en ocasiones superior al de Freeland y el croata. El jugador nacido en Dubrovnik pero con pasaporte bosnio es un “tres” alto que el entrenador malagueño utiliza para sacar ventaja jugando al poste ante defensores rivales, algo que hace mucho daño a los equipos contrarios. Para completar el plantel interior, otro conocido que ha conseguido madurar de forma tardía. “Más vale tarde que nunca” sería un refrán aplicable a Nedzad Sinanovic, el “canterano” del Real Madrid, tras varias etapas fallidas, consiguió dar el golpe sobre la mesa el pasado año en el Clínicas Rincón, y tras disputar ya algún exitoso partido con el primer equipo el pasado año ha encontrado la regularidad esta temporada. PAREJA CONOCIDA… La plantilla de Unicaja de Málaga se completa con jugadores perfectamente conocidos en el panorama nacional. Por una lado una pareja que, aunque ha pasado por Fuenlabrada, no llegó a coincidir en el equipo madrileño. Hablamos de Kristaps Valters y Gerarld Fitch. El primero, que protagonizó el fichaje culebrón de este verano, ya ha demostrado el acierto y justificado que el equipo malagueño peleara tanto por él en el mercado estival. Demoledor desde el 6,75 y muy difícil de parar en transiciones rápidas, sigue sin encontrar la regularidad en su juego, aunque esta vez en complemento de Rowland le viene perfecto. El caso de Fitch es diferente al del letón. Llegó el pasado año como temporero salvador y fue de más a menos, aunque el club apostó por su continuidad. Parece que de manera errónea, porque su temporada hasta el momento roza su versión mala. Y VIEJOS ROCKEROS. La veteranía y los galones en Unicaja los ponen dos jugadores que se reencuentran el próximo domingo con amigos como Germán Gabriel, y compañeros de triunfos nacionales como Carlos Jiménez. Hablamos de Jorge Garbajosa y Berni Rodríguez, necesarios siempre cuando el equipo lo necesita. Por tanto Unicaja se presenta al Palacio con un equipo muy competitivo que viene además de arrasar al Caja Laboral en la última jornada. Con la clasificación para el Top16 en la Euroliga encarrilada, el equipo de Chus Mateo buscará no despegarse de los puestos de cabeza y cumplir el primer objetivo de la temporada, amarrar de forma definitiva la clasificación para la Copa de Rey. Paso a paso.