Tras batir el récord de asistencia a un partido de baloncesto femenino en España el pasado mes de marzo, Movistar Estudiantes quiere repetir. Como lanzamiento del 30º aniversario de los equipos femeninos en el seno del club colegial, el próximo domingo 3 de noviembre, las «women in black» jugarán su partido de la Jornada 5 de Liga Femenina 2 contra ADB Avilés en el WiZink Center.
Pronto el club informará sobre cómo conseguir las entradas para un encuentro que también coincidirá con partido oficial de Liga Endesa: el que enfrentará al Movistar Estu con el Iberostar Tenerife.
Así se anunció en el acto de presentación oficial de la temporada 2019-20 de Movistar Estudiantes en el Espacio Fundación Telefónica, en el bloque dedicado al equipo femenino.
«Queremos baloncesto con identidad»
Sobre qué espera de la temporada, el entrenador de este equipo de Liga Femenina 2 de Movistar Estudiantes, Alberto Ortego, contó que «el club ha hecho un esfuerzo para formar un equipo competitivo. La prioridad es acoplar al equipo e intentar hacer un basket atractivo, con identidad. Queda mucho trabajo y vamos a por todas, sin límites».
La capitana, Mariana González, es como el «coach» cauta y optimista con respecto a la temporada. Destacó que su labor de capitana está siendo fácil porque todo el grupo colabora, y especialmente «las chicas de cantera llegan con muchas ganas y una buena educación deportiva».
Se desveló que desde el club se está preparando un documental sobre su trayectoria, pero reconoció «no sé mucho más. Me da algo de vergüenza, pero estoy muy agradecida por el cariño que recibo de la afición y del club».
Por su parte, la escolta Paula Palomares contó que «ya ha pasado la peor parte de la recuperación de mi lesión» (producida justo antes de empezar el Mundial 3×3 con la selección española). «Ahora estoy motivada, con ganas de llegar a la meta, lo que queda depende de mi trabajo».
Sobre el 30º aniversario, se mostró orgullosa de «ser parte del basket femenino en Movistar Estudiantes. Empecé aquí, estudié en el Ramiro. Solo puedo estar agradecida a esas primeras chicas que subieron al despacho del director a decirles que querían jugar al baloncesto también. Merecen un homenaje de todas las que después hemos aprovechado el camino que abrieron».