Lo que bien empieza, bien acaba (aunque toque sufrir): 84-74

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No, las ocho de la tarde de un miércoles no parecen la mejor hora para que el colosal WiZink Center luzca como debe. Pero como cantaban Queen… “the show must go on”, y como decía el taurino “en peores plazas hemos toreado”, y al balón eso le da igual. Así, con poco público pero con ganas de basket, salían a la pista los ya habituales cinco para empezar: Cook, Brizuela, Landesberg, Suton y Brown. La “Mamba Vasca” sólo necesita eso, un balón naranja para motivarse: 8 puntos seguidos de Darío, y sendos triples de Suton y Landesberg servían para abrir la primera brecha de un partido frenético mediado el cuarto: 14-6.

El tiempo muerto de Cargol no sirvió para frenar el ritmo estudiantil: la primera aparición del Landismo ponían el 25-8 en un abrir y cerrar de ojos, a la que se sumó la conexión Cook- Caner Medley para seguir sumando. La vuelta de Cvetkovic, tras su lesión en el dedo, completaba las buenas noticias del primer cuarto, que acabó con un clarísimo y salvaje 34-16.

El inicio del segundo cuarto metió al público, que poco a poco iba siendo más y más en un goteo continuo, descontento con un par de decisiones arbitrales pero también con ganas de fiesta, especialmente los coles. Ya que vas un miércoles al WiZink no es para estar con cara de seta. El debutante Xavi Rey le ganaba la partida a Arteaga en la pintura, y al efecto del nuevo se agarraba el Tecnyconta Zaragoza en los primeros minutos de este periodo. Pero Hakanson y Cvetkovic decían que tururú: 39-20.

Aunque firmaba el Tecnyconta Zaragoza un parcial 0-6 para el 39-26, una genialidad de Brizuela al contraataque de espaldas volvía a lanzar a Movistar Estudiantes y confirmaba que el partido en esta primera mitad era azul como el mar azul, como el azul del cielo nació entre los dos: 46-26. Una pequeña reacción zaragozana hizo a Salva pedir tiempo muerto (46-31) y frenó la revuelta rojilla. Al descanso, 51-33.

Como ya se ha visto en otras ocasiones esta temporada, Movistar Estudiantes es capaz de hilar parciales a favor y en contra tremendos, pero hoy los colegiales no querían regalar un viaje en la montaña rusa a su fiel público, así que se lo regaló de las barquitas esas que van por un riachuelo y en la orillas se ven ositos y cosas bailongas. Relax. Gary Neal, solo ante el peligro intentándolo pero errando una y otra vez, resumía muy bien el inicio de la segunda mitad: 53-33.

Pero… pero. Ese relax llegó a los ataques, que se volvieron espesos e individualistas, lejos de la máquina de basket que se había visto en el primer cuarto. Tecnyconta Zaragoza intentó aprovecharlo: 58-44 a falta de 2:30. “Se masca la tragedia” ironizaba la Demencia. Un palmeo de Xavi Rey les ponía a 10: 58-48. Caner-Medley y Arteaga salieron al rescate, pero Zaragoza ya había entrado de lleno al partido: 62-51 para afrontar el último cuarto, tras un parcial de 11-18.

Un triple de Vicedo abría el periodo decisivo, y dos gorros, de Arteaga y el propio Edgar, a Neal demostraban que esta no era la noche del de Baltimore (68-56), que ya no volvió a jugar.

Movistar Estudiantes volvió a jugar moviendo la bola con criterio en ataque y a pelear cada rebote. Un triple, con mucha suerte, de Suton sobre la bocina tras capturar un rebote largo daba algo de tranquilidad a falta de cinco minutos: 71-56. Tras tiempo muerto, el propio Suton respondía al triple de Stoll y se partía el lomo en el aro rival para no dejar que los maños redujeran la ventaja: 76-62.

Un triple de Suárez volvió a ponerles a 10, a falta de 1:44 (77-67), y uno de Barreiro les dejaba en 9, 79-70, quedando un minuto por disputarse. Tras tiempo muerto, erró Blums bajo el aro y Suton de nuevo capturó el rebote, sentenciando el partido luego Caner-Medley desde el tiro libre (81-70).

Al final, la cuarta victoria consecutiva llegó no sin sufrimiento y con un trabajo coral: 84-74. 13ª victoria para seguir luchando en esa zona media-alta de la Liga Endesa, a falta de 7 jornadas.

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