
Día de emociones fuertes en el Barclaycard Center, que terminó, por suerte para Movistar Estudiantes, con final feliz. Los colegiales consiguieron un importante triunfo ante Rio Natura Monbus Obradoiro, en un partido no apto para cardiacos que se decidió en los últimos 10 segundos y que terminó por decantar un tiro libre de Jaime Fernández a 1 segundo y 1 décima del final.
La igualdad de los dos equipos en la clasificación y la importancia del choque para ambos hacía presagiar del Movistar Estudiantes – Rio Natura Monbus Obradoiro una guerra de guerrillas. Si le sumamos que los de Moncho Fernández se caracterizan por ser un equipo molesto en defensa -la 6º mejor de la liga- e intenso cada minuto del partido, parecía claro que el espectáculo ofensivo no iba a abundar en el choque.
El primer cuarto siguió el guión esperado, y los gallegos comenzaron mejor el encuentro ante un Movistar Estudiantes atascado (9-13). Laprovittola comenzó el partido con su traje local habitual de superhéroe (2 triples consecutivos), pero pronto empezó a ahogarse con la defensa de Donnie McGrath, y a desaparecer la fluidez en el ataque colegial. Pese a todo, el escaso acierto de los visitantes, que buscaban su primer triunfo en Madrid ante los del Ramiro, dejaba el choque igualado al final de los primeros diez minutos, 15-16.
CALOIARO, DESEQUILIBRANTE
A la apatía ofensiva de ambos equipos no le ayudaba demasiado el criterio arbitral en el partido: cada contacto era sancionado con falta personal -24 en la primera mitad-, y el juego se caracterizaba por constantes interrupciones. Solo Angelo Caloiaro conseguía romper la monotonía del choque con gran talento ofensivo, para hacer que Rio Natura Monbus dominara el marcador durante todo el segundo cuarto. El italoamericano, con 11 puntos, marcaba las diferencias, pero Movistar Estudiantes, haciendo la clásica goma, no permitía que los gallegos se escaparan, sumando principalmente desde el 4,60. Al descanso, 30-33.
MIEDO EN EL PALACIO
Fue en el inicio del tercer cuarto cuando los de Moncho Fernández estiraron la ventaja y comenzaron a meter el miedo en el cuerpo a las más de 10.000 almas que se dieron cita en el Barclaycard Center. No mejoró Movistar Estudiantes en ataque tras el descanso, y el mayor acierto visitante permitió que la diferencia fuera incrementando, hasta alcanzar los 10 puntos, tras una canasta de Tyler Haws, muy activo en este periodo, en el minuto 29.
SIMPSON HACE CREER
Necesitaba la afición colegial entonces agarrarse a algo que le permitiera creer en la victoria, y encontró en la garra, sin perder la sonrisa, el clavo ardiendo perfecto. El americano anotó 8 puntos consecutivos, con un par de acciones espectaculares -mate en la cara de Triguero, y 2+1 tras rebote ofensivo al final del tercer cuarto- para dejar la diferencia en 49-53, y lo que es más importante, terminar de meter en el encuentro a la grada del Barclaycard Center, cuyo apoyo debía ser fundamental en el último cuarto.
Martín y Laprovittola redujeron la ventaja a tan solo 2 puntos al inicio del último periodo, pero Obradoiro mostró tablas mantiéndose en el choque y frenando a los colegiales. El partido se convirtió en una guerra de intercambio de golpes, para la que Movistar Estudiantes reclutó a filas a su veterano de Vietnam, Javi Salgado, que fue vital en estos instantes con 2 triples y poniendo pausa al encuentro (+16 con él en pista), para evitar el despege definitivo de los visitantes.
ÚLTIMO MINUTO PARA EL RECUERDO
Dos tiros libres de Laprovittola igualaron el choque a 70 a falta de 1 minuto, y entonces comenzó el thriller. El balón le quemó a ambos equipos, que se perdonaron la vida mutuamente, hasta que a falta de 10 segundos sucedió una carambola de jugadas que a buen seguro permanecerán en la retina de los seguidores colegiales por mucho tiempo. Pepe Pozas, totalmente solo, fallaba una bandeja clara cuando Sergio Valdeolmillos ya preparaba la pizarra y el tiempo muerto para montar jugada, y una falta inocente de Kolesnikov sobre Jaime permitía al colegial sumar 1 punto desde el tiro libre que dejaba el 71-70 en el marcador a falta de 1 segundo y 1 décima. Mocho Fernández diseño una jugada casi perfecta en la réplica, pero el palmeo de Alec Brown no entró, y la afición colegial respiró satisfecha por una victoria que puede valer oro, pese a no conseguir remontar el basket-average de la ida (73-71 en Santiago).
Poco importó ese dato después de un partido para el recuerdo. No sabemos si fue el karma, la justicia divina, la maldición de Obradoiro en Madrid o simplemente un golpe de suerte que siempre viene bien tras una temporada donde la fortuna ha dado la espalda a Movistar Estudiantes, pero lo importante es que la victoria se quedó en casa, los colegiales salen del descenso 28 jornadas después, y afrontan las últimas jornadas de Liga Endesa dependiendo de sí mismos.