Ya está aquí el derbi madrileño. Y aunque se hayan jugado más de 200 entre competiciones nacionales e internacionales, en el Ramiro un derbi “es otra historia”.
Nos lo contaban “Beibi” Mimoun, Vicente Ramos y Emilio Segura, históricos jugadores colegiales durante los años 60.
Tienen bien claro que un Movistar Estudiantes-Real Madrid no es un partido más. No lo es ahora en el mundo del baloncesto hiperprofesionalizado… pues muchísimo menos lo era en aquellos tiempos en los que eso de “somos un equipo de patio de colegio” no admitía debate alguno.
– Beibi: “Podías perder contra el Helios, contra el Águilas… pero contra el Madrid era otra historia”.
– Vicente “Una victoria ante el Madrid podía justificar una temporada entera”
– Emilio “Sí, les ganábamos una vez al año como mínimo”
– Beibi “Bueno, ¡en la temporada 62-63 me acuerdo que les ganamos las tres! Los dos de Liga y la final de la Copa, ¡nuestro primer título nacional!”
El dominador absoluto de aquellos inicios de las competiciones nacionales de baloncesto era el Real Madrid, la sección de baloncesto de un club de fútbol gigantesco totalmente profesional ya en esos tiempos.
Mientras tanto, el joven equipo de baloncesto creado por un profesor del Instituto Ramiro de Maeztu lograba plantar cara no sólo a este equipo grande, sino a quien se le pusiera por delante. Pero el vecino… ¡era el vecino!
-Vicente “El día de derbi en Estudiantes se vivía de forma equivalente a jugar una final de Copa de Europa en otros clubes”
-Emilio: “Sí, realmente, lo esperabas durante todo el año”
-Beibi: “Sobre todo se esperaba con ansia en el Ramiro”
La afición
En aquellos tiempos el Estudiantes era ante todo el equipo del Ramiro de Maeztu.
-Emilio: “Antes todo era 100% Ramiro”
-Beibi: “Ahora Estudiantes no está tan limitado. En Casablanca, en Melilla… he estado hablando del Estudiantes con gente que no tiene nada que ver con el Ramiro y sienten el mismo cariño que nosotros por el club”.
Y eso de que el equipo de tu colegio le plante cara al sempiterno campeón de Liga… tiene un no-sé-qué.
-Emilio: “El ambiente en el Ramiro cuando se acercaba el derbi era especial durante toda la semana”
-Vicente: “Lo importante es que lo esperábamos con la misma ilusión y ganas tanto la plantilla como la gente de la grada”
– Beibi: “Nosotros antes de ser jugadores es que ya habíamos vivido derbis en la grada, animando a los Díaz Miguel, Abreu…”
-Vicente: “¡Y llegábamos roncos a casa!”
-Emilio: “Lo que sí es cierto es que el ambiente era muy deportivo. Sí, siempre había cánticos ofensivos al Real Madrid, a los jugadores que cambiaban de equipo… pero se quedaba ahí”
Cuando a aquellos chavales criados animando a sus ídolos vestidos de azul les tocaba convertirse ellos en los ídolos, sabían más que de sobra qué podía significar su victoria ante el vecino rico.
– Beibi: “Sí, la verdad es que ese partido te lo preparabas mejor. Salías a la cancha sintiéndote responsabilizado”
Vicente Ramos cuenta una anécdota que lo deja claro: “los jugadores que fumaban mucho, por eso de que estudiaban por las noches, la semana del derbi estudiaban menos para así fumar menos también… y de este modo potenciar su resistencia cardiopulmonar”.
Así, a base de resistencia cardiopulmonar, garra, coraje u otra cosa que empieza por co… se superaba de cuando en cuando a aquel todopoderoso Real Madrid. No se han prodigado mucho las victorias y hubo años de sequía, así que…
– “Cuando ganábamos un derbi estábamos durante unas horas flotando” – dice Beibi-. “¡No digamos ya si coincidías con algún seguidor o directivo que te quería invitar! Nos llevaban a tomar cañas, a comer gambas… Y al día siguiente ir al Ramiro y notar como te miraban los chavales del instituto, la alegría que había ese día…”
Desde la cuna
El baloncesto se vivía en todos y cada uno de los rincones de Serrano 127. En aquellos tiempos de nacionalcatolicismo obligatorio, uno de los centros educativos orgullo del sistema franquista se permitía amar sobre todas las cosas algo que no fuera Dios: su Estudiantes. Una religión con su particular “anticristo”, que vestía de blanco y era profesional.
– Beibi: “A los jugadores que vivíamos en el Internado nos inculcaban la importancia de este partido… ¡incluso a veces nos dejaban repetir plato para así motivarnos!
– Emilio: “Cuando los alumnos empezábamos a jugar en infantiles, que todavía no existía el minibasket, ni nos planteábamos llegar al primer equipo. Era lo que se hacía en el Ramiro. Luego ya sí ibas soñando con jugar algún día en el Liga Nacional”
– Beibi: “¡… y ya en la cantera te inculcaban esas ganas de ganarle al Madrid!”
-Emilio: “Es que los derbis en las categorías inferiores en las que también tenía equipo el Real Madrid se vivían del mismo modo… aunque en otra escala más pequeña, claro. Pero yo recuerdo igual que mi canasta que les quitó la liga, que cuando les ganamos el campeonato de España en categoría juvenil. No sabía igual que ganar a otros equipos también grandes como el Juventud”
-Emilio: Incluso en estas categorías se notaba la diferencia entre los dos clubes, ellos siempre transmitían más profesionalismo, mientras que nosotros éramos aficionados. También era muy bonita la continuidad: en cantera jugábamos contra Lolo Saínz, Sevillano… enfrentarse a ellos en Liga Nacional unos años después hacía ilusión” .
Y ahora… ¿cómo se ven los derbis desde la barrera?
-Vicente: “Yo creo que los derbis ahora llevan asociada una carga de tensión que antes no tenían. Salíamos con relativa tranquilidad, con la emoción de enfrentarse al que era el equipo más fuerte siendo nosotros aficionados. Ahora hay más en juego” .
Y aunque parezca que esto de los derbis es más importante en la casa del humilde… lo cierto es que en Concha Espina tampoco es un partido más…
-Beibi: “¡Ferrándiz todavía se sigue acordando de la canasta de Emilio! ¡Es la única liga que no ganó!”