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DEMENCIA

19 diciembre 2007

Su embrión lo forman dos peculiares partidos políticos que actuaban en el Instituto Ramiro de Maeztu, en la ilusionada España de la Transición: el QTR (Que Trabaje Rita) y el Partido Demencial. Acabarían, al igual que pasaba con tantos partidos de la política seria en aquel batiburrillo de siglas que tanto se prodigaban en los […]

DEMENCIA

Su embrión lo forman dos peculiares partidos políticos que actuaban en el Instituto Ramiro de Maeztu, en la ilusionada España de la Transición: el QTR (Que Trabaje Rita) y el Partido Demencial. Acabarían, al igual que pasaba con tantos partidos de la política seria en aquel batiburrillo de siglas que tanto se prodigaban en los años 70, fusionándose, bajo el nombre de Demencia. No animan, no han nacido para eso sino para reírse del estado de las cosas, simplemente se divierten, aunque saben aprovechar el espacio que les brindaban las gradas del equipo de su instituto, el Estudiantes.

Así pues, realizan manifiestos y sus descabelladas ideas se escuchan en el Magariños. Algunas de sus ideas son directas herederas de las que ya pregonaba la “Claque” en La Nevera, como la adoración a Garibaldi, ese que “dicen que se ha muerto” (¡uh!). Pero otras aparecen en aquellos años, como la ascensión al santoral demente de la reina castellana Doña Juana La Loca, injustamente marginada de los papeles principales de la historia. De ahí surgen los míticos líderes del grupo. La grada demente del `Magata´ son literalmente un manicomio, desde el que se pide la libertad de los compañeros presos en Leganés o Ciempozuelos. Grada que al principio estaba junto al palco de autoridades, pero que con el tiempo y con la disculpa de las obras que se estaban realizando para acondicionar la cancha de La Piscina, se trasladó a una esquina en el otro lateral. Y es que ya por entonces la Demencia tomó como sana costumbre la crítica continua a la directiva colegial de turno, y aguantarles justo al lado debía ser poco grato para los directivos de entonces.

Para arrancar los años 80, la Demencia se convierte al Islam. Coincidiendo con la toma del poder en Irán del Ayatolah Jomeini, el Estudiantes se proclama subcampeón de Liga, lo que es interpretado como una clarísima señal del cielo sobre cual es la religión verdadera. Las clásicas chaquetas y corbatas propias de los alumnos del Instituto se sustituyen por turbantes y chilabas; y comienzan los desplazamientos para seguir al equipo, al principio organizados por sufridos profesores del Ramiro: Valladolid, Zaragoza, Barcelona… Aquí se forja la leyenda y las señas de identidad de este peculiar movimiento ¿deportivo? ¿festivo? ¿político? ¿todo a la vez? ¿ninguna de las tres cosas? La cercanía de las gradas de Magariños con la cancha les convertían muy a menudo en los auténticos protagonistas de los partidos, ya que tanto jugadores (propios y ajenos), como árbitros y periodistas podían escuchar con suma claridad los epítetos y cánticos de esa recua de poetas bordes y que seguramente hoy en día suspenderían todos los exámenes de corrección política a los que asistieran. Pero en los alegres años 80 de la movida madrileña todo valía. Incluso exigir la independencia del Ramiro.

El traslado al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid fue más traumático y la Demencia desaparece por un corto espacio de tiempo. Pero pronto resurge el grupo, ubicado en la grada del lateral de Fuente del Berro, en su gran esplendor coincidiendo con los mayores hitos deportivos del Estudiantes. Son los años de la Copa de Granada y la Final Four en Estambul, hasta donde llegaron dos mil seguidores estudiantiles, cuyo comportamiento fue alabado por la prensa de toda Europa. Ciudades musulmanas, por cierta. Es la gran consagración de la Demencia, que se dedicó a coleccionar premios de gran prestigio, como el Infantas de España o el Estrellas de la Comunidad de Madrid.  No en vano eran los años en los que tomaba fuerza en España el movimiento ultra violento en muchas gradas, por lo que la existencia de un grupo de animación tan numeroso que rechazaba la violencia como principio fundamental recibió apoyos desde todos los estamentos.

Pero este auge trajo consigo también muchos inconvenientes. Y es que la Demencia se puso de moda hasta niveles surrealistas, con multitud de empresas intentando comercializar un fenómeno que había nacido para reírse de ese tipo de cosas en un Instituto. Tras unos años malos, pese a que el Estudiantes seguía estando entre los grandes, una nueva generación, apoyada por las viejas glorias, tomó las riendas del grupo que renació de sus cenizas. Buena culpa de ello lo tuvo su fanzine Intifada, que ya supera el centenar de números editados, y desde el que los dementes han continuado difundiendo su peculiar visión del Estudiantes, el baloncesto… y del mundo en general.

Los últimos años en el Palacio la Demencia había recuperado todo su esplendor, con los primeros grandes “tifos” a la italiana aunque con el inconfundible sello demente, y con buenos años en lo deportivo (final de Korac en 1999, título de Copa en el 2000). La última campaña en el recinto de la calle Goya estuvo marcada por la caída de parte de la grada del fondo Goya, que tuvo como resultado cuatro dementes heridos.

Tras el incendio que destruyó el Palacio, Estudiantes se trasladó a Vistalegre, y con él una Demencia que sorprendió a propios y ajenos. La Demencia del siglo XXI consiguió increíbles llenos y ambientazo en la plaza de toros carabanchelera, en unos años muy buenos en lo deportivo, destacando la final de Liga ACB en la primavera de 2004. También se volvió al Magariños a acompañar al ascendido equipo femenino.

Muchos son los nombres que le han dado vida a este movimiento a lo largo de estos 30 años: César de Navascués `El Polifemo´, Gavioto, Belinchón, Larry, Garzón, los hermanos Pelijas, Jomeini, Bustelo, Juan Yeti, Chondo, Iñaki el `Vasco´, Kurdo, Antonio el `Ronco´, Franky, Alvarito, Vicente, los hermanos Pamos, Calleja, los Albertos, los Manus… y tantos y tantos nombres que siguen manteniendo vivo este espíritu que se podría resumir en tres cuatro palabras: Estudiantes, cachondeo, antimadridismo y no-violencia. No necesariamente en este orden.