Adecco Estudiantes disputará mañana martes su segundo compromiso en la ULEB Cup frente al BK Ventspils de Letonia. Ayer por la noche, el conjunto estudiantil cerró la séptima jornada de la Liga ACB ante el Real Madrid y pocas horas después, los pupilos de Juan Antonio Orenga se daban cita en el Aeropuerto de Madrid Barajas con rumbo a la ciudad de Ventspils. Para llegar hasta allí los colegiales tendrán que pasar un auténtico infierno: dos vuelos (Madrid – Praga y Praga – Riga) y un largo viaje en autobús de aproximadamente tres horas y media. Un total de 3.563 kilómetros y que tendrán que repetir el próximo miércoles de vuelta a Madrid.
Ya no solamente el hecho de utilizar dos medios de transporte para poder llegar hasta Ventsplis, sino que la normativa de la ULEB Cup exige que el aeropuerto más cercano a la cancha de juego esté a un máximo de doscientos kilómetros de distancia. Aunque la distancia entre Riga y Ventspils es de 178 kilómetros, las carreteras hasta la ciudad letona no son de gran calidad y el trayecto en autobús podría alargarse hasta tres horas, algo que podría hacer mella en los jugadores de Adecco Estudiantes que estarán dos días enteros viajando para disputar su encuentro correspondiente a la tercera jornada de la ULEB Cup. Precisamente el cansancio podría ser el principal enemigo de Adecco Estudiantes en esta semana, ya que tras regresar de Ventspils los colegiales se ejercitarán dos días en el Madrid Arena ya que el sábado se enfrentan al Pamesa Valencia en la octava jornada de la Liga ACB.