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Luis Casimiro es el primero que cree a pies juntillas en un modelo que empezó a gestarse en media docena de canchas con 100 partidos al mismo tiempo: en la cantera, en unos valores, en una idea. ¿Es capaz de definir a Estudiantes?
R. Es un club inclasificable por todo lo que conlleva su idiosincrasia. Materia reservado de alto riesgo, que dirían los políticos [se ríe]. Amor por el baloncesto, fomenta unos valores que no todos los clubes aprecian como nosotros. No somos el último mohicano, somos más bien románticos.
P. Su carrera de jugador fue corta. R. Fugaz, diría yo. Era base y luego pasé a escolta. Un amigo de mi padre, muy amigo, decía que si en vez de jugar en Puertollano lo hubiera hecho en Badalona habría llegado más lejos. P. ¿Es futbolero? R. Me gusta. En mi casa siempre hubo tradición colchonera, mi padre era del Atleti y tengo un sobrino que va con la camiseta a todas partes. Yo me dejo llevar por los amigos. P. Lo más ‘cool’ entre el famoseo de Hollywood es jugar al ping-pong. R. Pues yo no desentonaría. No le he echado yo horas en Puertollano. Y el mérito que tenía dar efecto con aquellas palas de madera. P. En Detroit van a levantar una estatua a ‘Robocop’. R. Utilizarán desguaces de su potente industria automovilística: un freno hidráulico por aquí, una batería por allá… Robocop tiene su aquel, pero se la merece más Isiah Thomas. P. ¿A quién haría una estatua en España? R. A Adolfo Suárez, un personaje clave y fundamental en la historia de este país. P. ¿Se la han dado con queso muchas veces en esta vida? R. Como a todos, pero he intentado que sean las menos posibles. Si me la dan con queso, que sea manchego. Dicen que La Mancha es tierra de paso y se la debería conocer más.
P. ¿Tiene más de Quijote o de Sancho Panza? R. De ambos. Por una parte soy soñador, pero también trato de ser realista. P. Para troncharse a carcajadas hay que movilizar 400 músculos. ¿Recuerda la última vez que lloró de risa? R. Hace una semana, con mi madre y mi familia. Me entró tal flojera de piernas que no podía levantarme de la silla. P. ¿Vocación frustrada? R. Dios se ha portado muy bien conmigo. Desde crío tuve el baloncesto entre ceja y ceja. P. Debe pensar Dios que es usted un tío cojonudo, como Mourinho. R. A lo mejor. La frase de Mourinho es genial.
P. ‘The Economist’dice que los españoles somos como los piratas del Caribe. R. ¿Por el parche en el ojo? P. No, por las descargas en Internet. R. Me gusta lo genuino, pero quién no se ha descargado alguna peli o alguna canción… Lo que pasa es que aquí lo decimos y en otros sitios lo hacen y no lo dicen. P. Una senadora belga propone una huelga nacional de sexo hasta que se forme Gobierno de una vez. R. Creo que se quedan sin Gobierno [risas]. P. ¿Por qué se pondría usted en huelga de sábanas caídas? R. Siempre hay una buena razón para abstenerse, incluso sexualmente. P. A las aspirantes a bomberas les hacen tirar una puerta abajo como a los hombres. R. Las de ellas no serán blindadas, ¿no? La normalidad debe ser la igualdad, no miremos al pasado. De todos modos, quizá habría que revisar los baremos físicos de esas pruebas. P. ¿Dónde estaba el 23-F? R. Uf. Tenía 21 años y me pilló en la mili, en Almería. Nos tiramos toda la noche uniformados, con el armero abierto y los vehículos listos. Los mandos nos dijeron: “Preparados para salir a tomar la ciudad”. Sólo cuando el Rey habló en la televisión se tranqulizó el capitán y nos mandó a la cama. Aunque seguía dada la alerta. P. Menudo trago. R. En ese momento ni lo piensas. Eras un mandao, éramos números. Menos mal que no fructificó y España pudo seguir creciendo en libertad. P. Para trago el de los golpistas. En las 18 horas que estuvieron en el Congreso volaron del bar 143 botellas de whisky, 94 de vino y 16 cajas de cervezas. R. Dice mucho del talante de esos sujetos: lo ancho para mí y lo estrecho para tí. ¿Qué pretendían, darse un festín? Menos mal que eran unos chapuceros sin una base sólida. P. Fraga cuenta que fue el único que salió afeitado del Congreso. R. Sus colegas también salieron afeitados, pero de miedo.
