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Punto y final, pero de qué manera. Tres días de máxima intensidad han dado con los huesos del filial en un ascenso que muy pocos, por no decir ninguno, habrían podido adivinar en pretemporada. Álvaro Lobo, uno de los veteranos de la plantilla, describe a la perfección este sentimiento: «Ahora mismo no le damos el valor que tiene. Me quedo con todo el trabajo del año. La recompensa es grandísima, y es lo que esperábamos».
Lobo, que estuvo a un gran nivel en el duelo del domingo, afirma que «la experiencia es inolvidable, te la llevas para toda la vida, y desde luego hacer historia en un club como Estudiantes, con todos los grandes jugadores que han pasado por el EBA, es alucinante».
No obstante, no todo fue un camino de rosas, porque al final no dependieron de ellos mismos, y tuvieron que esperar hasta el desenlace del Plasencia vs Oñati. «Hay gente que se ha quedado a verlo, gente como yo que nos hemos ido fuera y nos hemos enterado después de que habían ganado. La verdad es que ha sido un infierno y lo hemos pasado realmente mal, pero fíjate».
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«Estoy muy emocionado porque llevo ya 12 años en el club, y poder vivir algo tan bonito como esto, con este grupo de gente, es doblemente emotivo. Estos días han sido inigualables. Lo logramos sufriendo, como solemos hacer en este club, así que una experiencia inolvidable», dijo con una sonrisa de oreja a oreja en los delfines.
«En pretemporada nunca pensamos que podríamos lograr algo así. Por entonces nadie daba nada por nosotros», cerró el poste.
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Seguro que el checo se ha empapado de algunas de las tradiciones colegiales. «Hemos disfrutado estos días. Llegamos a la fase con la mentalidad de competir al máximo nivel. Creo que lo hicimos bien, menos un partido que perdimos de uno, pero sobre todo hemos disfrutado. Estoy muy contento por el equipo».
El exterior declaró que «Mariano no nos dijo nada especial el último día, solo que estuviéramos concentrados en nuestras cosas, y que compitiéramos».
SENSACIONES DEL CUERPO TÉCNICO
Javier Lombardía, entrenador ayudante, solo tuvo palabras de agradecimiento para los suyos. «Estamos cansados, pero con este grupo se hace muy sencillo. Nadie esperaba esto. Nadie esperaba que en el último partido de liga estuviéramos vivos. Recuerdo que cuando empezamos la pretemporada nos mirábamos las caras y decíamos uf, a ver en qué jornada estamos salvados, y mira, hemos ascendido».
«De la fase me quedo con la imagen de Carlos Doz cuando gana Plasencia, y el pobre después de los meses que ha pasado, el tío llorando a lágrima viva, y cuando hemos subido al autobús, se ha pasado 50 o 60 kilómetros llorando, y Karl igual», destacó el técnico.
Iñigo de la Villa, otro de los entrenadores ayudantes, se mostró satisfecho: «De estos tres días me quedo con las emociones, con las sensaciones, no solo de la victoria, sino del día a día y lo que ha luchado el equipo. Todo lo que son capaces de transmitir en todo momento y el grupo humano que se ha formado. Diría que ha sido inigualable».
Desde luego, lo que han logrado estos jugadores ya es parte viva de Asefa Estudiantes, y eso es algo que nadie les podrá quitar.
Mauricio Fernández ( @mauri_fa )
