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EL RAMIRO DE MAEZTU NO PUDÓ CON EL BADALONÉS QUE CONSIGUIÓ EL CAMPEONATO

30 abril 2007

El Badalonès se corona como campeón masculino de las Series en un encuentro antológico. Los colegiales sufrieron hasta el final, pero el resutlado se decidió en el último cuarto.

EL RAMIRO DE MAEZTU NO PUDÓ CON EL BADALONÉS QUE CONSIGUIÓ EL CAMPEONATO

Los «Dimonis» del Badalonès, tras superar por 90 a 99 al Ramiro de Maeztu en un encuentro que bien merece un hueco en el baúl de la historia del básquet colegial, pueden decir ya con propiedad que son el mejor colegio masculino de la especialidad en España. En un encuentro retransmitido por LaOtra y ante unos 1400 espectadores, el conjunto catalán tuvo que esforzarse hasta el último segundo para poder llevarse la victoria a casa.

El inicio de la final fue francamente favorable para los intereses del colegio de Badalona. Con Pere Tomàs a la cabeza, y por medio de una gran presión defensiva, consiguieron un parcial de 0-7 que, vistos los antecedentes, parecía marcar desde el primer momento el encuentro. El Ramiro parecía capaz de reaccionar con los puntos de Herrero, pero Pere quería abrir brecha lo antes posible (7-16, minuto 5). Juan Mínguez, entrenador del Ramiro de Maeztu, tenía muy claro cómo parar al Badalonès y no paraba de corregir a sus jugadores y de pedirle más intensidad en defensa para neutralizar el arrollador juego ofensivo rival. En estos minutos, el juego estuvo algo trabado por el gran número de faltas señaladas, pero los estudiantiles supieron adaptarse al juego de su adversario para meterse pronto en el encuentro. Pese a perder al batallador Alzaga por lesión, los locales, con un Fernández inspiradísimo, lograron reducir la diferencia en cuatro puntos al final del primer cuarto: 24-28.

En el siguiente periodo, continuó el buen baloncesto del Ramiro. Fernández en esos minutos parecía hipnotizar a sus contrincantes a base de buen básquet. Jugaba con una suficiencia y una efectividad asombrosa y lideraba a los suyos con sucesivas canastas (29-30, minuto 12). Pero una remontada no es tal hasta que un equipo logra ponerse por encima en el luminoso y, si algo sabe el Badalonès, es de administrar ventajas con maestría. Mediante un claro dominio en el rebote, un Pere Tomàs que demostraba por qué es uno de los mejores jugadores de su edad en Europa y un Armand Solé en estado de gracia, los «Dimonis» lograban distanciarse nuevamente (39-48, minuto 18). Ramiro de Maeztu, no obstante, llegó al descanso con opciones (45-52), gracias a su buen ataque y a los excelentes minutos del siempre efectivo Muñoz-Reja.

Tras la reanudación, pareció que finalmente el Badalonès rompía el partido. En todos los partidos de estas Series han demostrado estar un escalón por encima de sus rivales en cuanto a calidad y, más tarde o más temprano, siempre habían sentenciado los encuentros por la vía rápida. Solé y Ruiz llevaban a los suyos a dominar con solvencia (49-60, minuto 23), pero algo cambió a partir de esa máxima ventaja visitante. Lo que hasta ese momento era un excelente partido colegial se convirtió, desde ese minuto, en un espectáculo absoluto, un homenaje al baloncesto más puro y en un partido para recordar. Fernández, otra vez él, hizo creer con sus puntos a la enorme multitud que se había congregado en Magariños: la victoria era posible. El pabellón, que cuando ruge lo hace como pocos, tembló de emoción. Tras un parcial de 10-0 había partido y el pronóstico resultaba más incierto que nunca.
Era la primera vez en todo el año que el Badalonès se veía en esta tesitura. Igualar un encuentro ante un equipo de tanta calidad parecía una utopía. Pero a Ramiro no le hacían falta milagros para soñar con la victoria. Simplemente, necesitaban seguir con ese baloncesto tan atractivo, ese público tan entregado y esas ganas por la victoria que ejemplifican a la perfección el espíritu de estas Series Colegiales. El Badalonès volvió a irse de cuatro, pero con un triple de Heras (vital en este cuarto por su aportación en ataque y en defensa) y una canasta de Rey, el Ramiro le dio por fin la vuelta al encuentro: 64-63. El pabellón se vino abajo y, con tanta tensión acumulada, sería el momento de los cracks. El carácter de Herrero, los triples decisivos de Balagué, las canastas imposibles de Colomes. Todos querían rendir al máximo y el choque lo agradecía: 70-69 al final del tercer cuarto.

El último periodo fue igual de emocionante. Tras una canasta de Muñoz-Reja, Ramiro de Maeztu tomaba la mayor ventaja en todo el choque (77-73) y por momentos, el Badalonès parecía derrotado y sin ideas. Sin embargo, con un gran juego de equipo y la aportación de todas sus estrellas, lograron reaccionar y parecieron acercarse a la victoria: 83-90. Por si había aún poca emoción, Mauricio Fernández decidió darle más épica a la final y con cinco puntos consecutivos puso en pie nuevamente a Magariños. En esos instantes, para el espectador imparcial, poco importaba ya el ganador. Todos merecían su medalla, una ovación y salir por la puerta grande si era preciso. Los comentaristas de Telemadrid se asombraban, los aficionados vibraban y los chicos hacían lo que mejor se les da: pasárselo bien en la pista.

Herrero tuvo en sus manos a falta de dos minutos la opción de ponerse por delante, pero su triple fallado y el mayor acierto y templanza de los visitantes en los instantes decisivos le dieron la victoria final por 90-99. ¡Campeones de las Series Colegiales ACB 2007! Qué mejor manera de sacarse la espina que llevaban clavada desde la derrota en la final de la pasada edición. Sus aficionados, desplazados desde Badalona, lo celebraban con enorme euforia en las gradas pero los derrotados tampoco se iban de vacío. La grada reconoció sus méritos a pesar de la derrota, y al grito de «¡Ramiro, Ramiro!» abandonaron la cancha satisfechos de su nivel mostrado a lo largo de la competición.

Armand Solé fue designado como jugador más valioso (29 puntos, 13 rebotes, 37 de valoración) pero, además de su actuación, en el futuro podrá decir que formó junto a jugadores del calibre de Pere Tomàs, Albert Belmonte, Eric Balagué o Pere Ruiz, una de los mejores plantillas colegiales que se recuerdan. Como también se recordará, durante mucho tiempo además, una final de tanta calidad, tan vistosa, intensa y emocionante. Los juegos y concursos que la organización del evento programó, los regalos, una afición volcada y dos conjuntos maravillosos hicieron posible tanto espectáculo. El cierre del telón de la competición masculina bien merecía una despedida así.