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Algo que, por otro lado, se sabía de sobra. Conocidos los puntos fuertes del Alvargómez, sólo faltaba pararlos. Y se hizo a la perfección. Todo ello sumado a una fluidez ofensiva, ausente durante la primera mitad del choque, pero que acabaría llegando en el momento oportuno, el último cuarto.
Y es que, la primacía de las defensas llegó hasta tal punto, que el hacer subir un punto al marcador se convirtió en tarea casi imposible. Apenas se vieron canastas en unos primeros dos cuartos, a cuyo final se llegó con 29-28. USP CEU MMT Estudiantes no se mostraba muy acertado en ataque, sin embargo, el trabajo defensivo era suficiente para mantener a las colegiales en el partido. Y ese era uno de los objetivos. No permitir que un rival tan peligroso como Alvargómez cogiera una ventaja que luego pudiera ser insalvable.
Marta Dydek veía cada vez el aro más pequeño, se cargaba de faltas y apenas podía moverse en la pintura. Tampoco Masip se encontraba cómoda en la pista. La defensa individual y la presión toda cancha tras canasta de las estudiantiles, funcionaba y hacía perder muchos, demasiados balones a Alvargómez. Las únicas que tiraban del carro alcarreño eran Lara y Barthold. Sin embargo, la lesión de la segunda a 7 minutos para el final del encuentro; y el trabajo defensivo en los últimos minutos sobre la primera de las colegiales, a la que acabaron desquiciando, acabó decantando el partido en el último cuarto.
Un último cuarto en el que USP CEU MMT Estudiantes, además de defender, fue capaz de atacar con más fluidez y encontrar situaciones de ataque más cómodas. Principalmente, corriendo, evitando así tener que jugar ante la defensa zonal alcarreña en estático. Y eso fue lo que disparó a las colegiales en un último periodo clave y en el que las estudiantiles supieron jugar a la perfección. USP CEU MMT Estudiantes toma aire y evitando hundirse en los puestos bajos de la tabla.
