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Artículo publicado por Alberto Rojas en AULA de El Mundo el lunes 27 de octubre.
«Antes de formar jugadores, debemos formar personas». Ése es el lema al que se aferra una institución histórica, el MMT Estudiantes de baloncesto. Para este equipo lo importante no sólo es la victoria en la cancha, sino preservar las esencias de su escuela generación tras generación.
Se trata del club de baloncesto español con más tradición sacando a jugadores de su magnífica cantera. Nada menos que 60 primaveras lleva sacando jugadores de sus categorías inferiores para la élite del basket nacional. Vinculado al colegio Ramiro de Maeztu, es el equipo con más jugadores de categorías inferiores de todo el mundo, cerca de 900 chavales integrados en 40 equipos.
Mariano de Pablos, entrenador en la ACB la pasada campaña y responsable de esta gran familia, explica las características de tan particular y fructífera escuela deportiva. «Se trata de darles una formación integral, que los chavales lleguen lo más lejos posible, que jueguen al máximo nivel y que comprendan que el deporte significa compromiso, que sepan que se trata de una labor colectiva, que si uno no cumple lo nota el resto del equipo».
Estudiantes cuenta con una residencia para jóvenes deportistas situada en la zona norte de Madrid. Desde allí se desplazan al colegio Ramiro de Maeztu para recibir sus clases y al pabellón adjunto, el viejo Magariños, para entrenar con su equipo, ya sea categoría benjamín, alevín, infantil, cadete, juvenil…
Su cantera ha producido jugadores tan importantes como Fernando Martín, el primer español en jugar en la NBA, Juan Martínez Arroyo, José Ramón Ramos, Nacho Azofra, Carlos Jiménez (el jugador español más laureado), Alfonso y Felipe Reyes…
Todos ellos han sido o son estrellas de sus respectivos equipos y de la selección española de baloncesto. Entre los entrenadores que provienen de sus aulas, puede citarse a José Vicente Hernández (más conocido como Pepu) además de los ya citados Antonio Díaz-Miguel (plata en Los Ángeles 84) y Aíto García Reneses, la historia viva del baloncesto español.
«Uno de los principales objetivos de los educadores o entrenadores es que los jóvenes comiencen a administrar su grado de responsabilidad. Es decir, que tendrán que dividir su tiempo entre los estudios y el deporte. Si no dedican tiempo a los estudios, entonces tampoco podrán seguir jugando. Eso lo sabemos porque estamos coordinados con sus profesores», dice Mariano de Pablos.
Los 60 años recién cumplidos convierten al Estudiantes en un club veterano, pero no anclado en el pasado. En un futuro próximo contará con una ciudad deportiva en Sanchinarro, en el distrito de Hortaleza.
Mariano de Pablos, timonel de este galeón de ilusiones, resume así la progresión de un baloncestista de Estudiantes conforme va creciendo: «Poco a poco, cuando los jugadores van superando categorías, se van dando cuenta de que las exigencias se multiplican, que hay que entrenar mucho. Eso requiere que se planifiquen bien, que se sacrifiquen. No amparamos que falten ni al entrenamiento ni a las clases».
