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Hasta siempre, Fernando Martínez Arroyo

17 mayo 2021

La familia estudiantil está de luto por el fallecimiento de Fernando Martínez Arroyo, alguien que ha sido todo en nuestro club: alumno del Ramiro de Maeztu, jugador en todas las categorías, entrenador, directivo, gerente, patrono… y parte de una de las sagas más importantes del baloncesto español. En el partido Movistar Estudiantes – Monbus Obradoiro se guardará un minuto de silencio en su memoria.

Hasta siempre, Fernando Martínez Arroyo

El club Estudiantes envía sus condolencias y hace suyo el dolor de los familiares y amigos de Fernando Martínez Arroyo, fallecido este 8 de mayo con poco menos de 77 años; y le homenajeó con un minuto de silencio en su memoria antes del partido Movistar Estudiantes – Monbus Obradoiro de esta jornada 36 de Liga Endesa.

Fernando fue prácticamente todo lo que se puede ser en el club Estudiantes: alumno del Ramiro de Maeztu, pronto empezaría a jugar al baloncesto en la cantera de un club que era, literalmente, su familia. Y es que los Martínez Arroyo son una de las sagas más importantes del baloncesto español y el club Estudiantes tiene el orgullo de ser donde se formaron y desarrollaron la mayor parte de su carrera (sus hermanos Luis, Juan, y Manuel, y sus sobrinos Pablo y Gonzalo).

En el caso de Fernando, llegó al primer equipo en la temporada 1966-67, en el que estuvo hasta la temporada 1971-72, con el subcampeonato liguero de su primera temporada como gran hito deportivo.

Una vez que colgó las botas, fue entrenador del primer equipo en los años 70, ayudante de hombres como Jesús Codina o José Ramón Ramos y entrenador jefe en ocasiones.

En los años 80 dio el salto a los despachos, en la delicada temporada 1980-81, tras el recordado subcampeonato de Liga; entrando a formar parte de la directiva. Posteriormente, asumiría el cargo de gerente del club, importante cargo que ocuparía desde 1985 hasta 2001, cuando volvió a ser parte de la directiva. También fue patrono de la Fundación Estudiantes desde su creación, en 2000-01.

Con Fernando Martínez Arroyo en la gerencia y la directiva, se vivió la etapa de crecimiento del Club Estudiantes y las que posiblemente fueran las mejores temporadas deportivamente hablando de la historia: los recordados campeonatos de Copa de 1992 y 2000, la participación en la Final a Cuatro de Liga Europea de 1992, el subcampeonato de Copa Korac de 1999, el subcampeonato liguero de 2004, el título de Copa del Príncipe de 1986 o los primeros ascensos a Liga Femenina son los grandes hitos de esa etapa.

Pero sobre todo, Fernando es recordado por todo el mundo con quien que coincidió, en el baloncesto y fuera de él, como una persona positiva, divertida y honesta.

Que descanse en paz.


Actualización 17/05/2020

Elegía a Fernando Martínez Arroyo

Por Juan Manuel Díaz Reyna


FERNANDO MARTÍNEZ ARROYO: UNA DE LAS GRANDES LOTERÍAS CON QUE SE VIÓ AGRACIADO ESTUDIANTES

Por Nicolás Pérez Serrano 

De crío y adolescente disfruté, también sufrí, cuando en Estudiantes jugaba Fernando Martínez Arroyo. A Estudiantes sólo podíamos pedirle que conservara, y difundiera a través del ejemplo, de su conducta en el campo y fuera de él, las esencias del Club, que no eran otras que el ba-lonces-to en estado puro, sobre todo concebido como la naturaleza misma de un deportista, lealtad a unos colores, señorío, afán de lucha y hasta superación, entrega a una forma de ser a través de un noble juego, aferrarse a unos valores de estudio y perseverancia inculcados en aulas de Instituto, el Ramiro de Maeztu, y en la gloriosa cantera alentada por cuantos pululábamos, de una u otra forma, a su alrededor, en terrosas, luego asfaltadas, míticas canchas que paulatinamente se imponían a otros deportes, disciplina libre (no es una contradicción), respeto a las reglas originarias pero siempre adaptadas a nuestras más propias peculiaridades, idiosincrasia única, acaso irrepetible, fruto de la mezcla de estudio y deporte quintaesenciados ambos.

Eso fue Fernando.

A ese mismo gen pertenecía toda su familia. Nada cambió de todo ello cuando de jugador pasó a ser otras cosas, además, dentro del CLUB, y allí, pues pertenecí a su Junta Directiva no pocos años a partir de 1982, pude comprobarlo, y dar fe de cuanto digo.

El Club ha sido afortunado en muchos sentidos a lo largo de su historia. Fernando fue uno de los premios gordos de que disfrutamos a lo largo de décadas. Por eso, y con el corazón dolorido, evoco hoy, en estas breves notas redactadas a vuela pluma, su figura humana, de muchos ceros tras su unidad, con un rendido ¡Gracias, Fernando, nos vemos en el siguiente tres para tres!