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El “Gimnasio” o “las espalderas” del Polideportivo Antonio Magariños es uno de esos rincones de Serrano 129 que mantiene la esencia del Estudiantes de hace décadas. Una cancha de minibasket que, tras las diversas reformas del pabellón, es el “templo” de la canasta pequeña dentro del mar de canastas que es el Ramiro de Maeztu.
No era muy diferente su aspecto cuando el joven jugador José Vicente Hernández empezaba, de la mano del jugador del primer equipo Peio Cambronero, su carrera como entrenador de formación. Aquel fue el inicio de una larguísima historia que tuvo su culmen en el irrepetible oro en la Copa del Mundo de 2006; y por el camino dejó los mejores resultados de la historia del hoy Movistar Estudiantes; además de decenas de jugadores de elite.
Ese “Gimnasio” de minibasket del “Magata” fue el espacio elegido para que Pepu Hernández impartiera un clínic a los entrenadores de la cantera de Movistar Estudiantes. Entrenadores y entrenadoras que, como él en su momento, se forman para formar jugadores y jugadoras de todas las edades en la mayor cantera de Europa, cada cual a su nivel y con sus necesidades.
Una leyenda activa
Pepu continúa vinculado al club del que fue entrenador durante tantos años, como patrono de la Fundación Estudiantes y también como padrino de la escuela de baloncesto en silla de ruedas EstuAMEB.
De hecho, también este fin de semana, Hernández fue el encargado de hacer el saque de honor en la exhibición de BSR que hizo EstuAMEB en el Movistar Estudiantes- FC Barcelona Lassa con motivo de su primer aniversario.
Hay previstos más clínics de Pepu Hernández dirigidos a los técnicos de la cantera colegial en las próximas fechas.
