Llámanos: (+34) 91 562 40 22
WhatsApp: (+34) 91 745 88 50
Escríbenos: info@clubestudiantes.com

La victoria más importante de Sheila Mangada

28 febrero 2019

Sheila Mangada relata cómo ha sido la recuperación de la anomalía cardíaca que se le detectó en pretemporada. Desde su paso por quirófano, hasta sus intenciones de cara a la próxima temporada, pasando por su estreno con la camiseta de Movistar Estudiantes. Este fin de semana, partido especial para ella, en la cancha de su ex equipo, Pacisa Alcobendas.

La victoria más importante de Sheila Mangada
Foto: David González – FBM

Verano de 2018. Movistar Estudiantes, tras su descenso en Liga Día, confeccionaba la plantilla para competir en Liga Femenina 2 con un objetivo claro: volver lo antes posible a la máxima división del baloncesto femenino español.

Y una de las caras nuevas de la plantilla colegial para lograr esa meta es Sheila Mangada. Procedente del Alcobendas, llegaba con la misión de aportar su experiencia y ocupar el puesto de 3 alto en la plantilla.

Para hacer realidad el fichaje tan solo faltaba un trámite, pasar la revisión médica, pero fue ahí cuando todo se empezó a torcer. En esos reconocimientos médicos se le detectó una anomalía cardíaca que la iba a obligar a pasar por quirófano, o por «chapa y pintura«, como ella misma anunció a través de sus  redes sociales. Fue entonces cuando comenzó su partido más importante.

El momento más duro de todos

«Cuando me lo dijeron era como que no me lo quería creer, como si me estuvieran tomando el pelo. Para mí fue el momento más complicado de todos», confiesa Sheila Mangada.

Eso sí, rápidamente la cardióloga le tranquilizó, y le hizo saber que era algo que no iba a tener ningún tipo de consecuencias, y que aunque era una operación complicada, había que pasar por ella…y en unos meses iba a poder estar entrenando.

Tras pasar por quirófano con éxito, arrancó para ella el proceso de recuperación, en el que al principio reinó un reposo casi total. «En los dos primeros meses no podía hacer básicamente nada, intentando recuperar la capacidad pulmonar, que es lo que peor se queda. Tenía que volver a respirar de manera normal», confiesa.

Tras recuperar la capacidad pulmonar y cerrar el esternón (lo que más tardó), dos meses después de su intervención, recibió el OK médico para volver a la actividad deportiva de forma paulatina.

«Empecé poco a poco con Diego (Diego Barahona es el preparador físico de las Women In Black), y al principio tenía mil agujetas y mil dolores, las sensaciones eran muy raras…pero fui consiguiendo ir a mejor y hasta ahora, que me encuentro realmente bien», admite.

Para su recuperación, consciente de que era un proceso largo y en el que podía haber momentos frustrantes, Sheila decidió ir paso a paso, sin ponerse metas. «El primer paso fue alcanzar la capacidad pulmonar que tenía antes de la operación, luego la movilidad corporal y la musculatura. No me metí prisa ni objetivos de tiempo, ya que era una operación complicada y una recuperación que tenía que tomarme bastante en serio».

Foto: Juan Pelegrín

Vuelta a los entrenamientos del equipo

Tras unos meses de duro trabajo, a finales de noviembre la llegó una importante recompensa: volver a los entrenamientos con el equipo de Liga Femenina 2 de Movistar Estudiantes. Ya estaba un paso más cerca de volver a sentirse jugadora de baloncesto.

«Era una necesidad para mí el volver a tocar pista, especialmente por volver a estar al 100% con el equipo. Antes venía a verlas y apoyarlas, pero al no estar en el día a día no era lo mismo. Con eso volví a encontrarme como jugadora…algo que llevaba haciendo desde hace tantos años y que de repente me había quedado fuera de ello», admite una Sheila que no duda en calificar esa vuelta a los entrenamientos como «el regalo anticipado de Navidades».

Un regreso inesperado

La vuelta a los entrenamientos fue también de manera paulatina. En los primeros días solo fueron sesiones de tiro, para ir incorporando poco a poco el contacto físico con sus compañeras en los ejercicios. Aun así, en su cabeza no estaba todavía planificado el momento de volver a jugar un partido oficial.

Tras el parón navideño, Movistar Estudiantes visitó la pista del Laboratorios Ynsadiet Leganés. Y en ese choque, de manera totalmente inesperada para la propia Sheila, Alberto Ortego decidió darle unos minutos de juego. Solo estuvo un minuto y once segundos en pista, pero ese poco tiempo fue suficiente para vivir un gran momento

«No me esperaba jugar, y cuando Alberto me llamó para salir los nervios me invadieron. Era una sensación que no sabría explicar muy bien, quizá no la sentía desde que jugué mi primer partido con las mayores hace ya bastantes años. Además, al salir a pista, el pabellón aplaudió mucho…fue abrumador y emocionante. Después de tantos años dedicándome a esto, ver el cariño de la gente es algo que se agradece de verdad», reconoce.

«No estaba acojonada…pero sí muy nerviosa. Como si el cuerpo y las manos no me respondiesen y me cansase más de la cuenta, cuando llevaba ya un tiempo entrenando cuatro días a la semana. Ese primer partido era todo, se juntaban los nervios, la emoción, el volver a competir», añade.

Foto: David González – FBM

Temporada de transición

Desde ese partido, las apariciones de Sheila en pista han sido esporádicas. A día de hoy, la alero ha jugado 21 minutos y 33 segundos repartidos en seis partidos, en los que ha logrado anotar 6 puntos y capturar 3 rebotes. Pero ese tiempo limitado en pista era algo con lo que ya contaba.

«Tengo claro que para mí este año es de transición, de volver a sentirme jugadora, de volver a coger sensaciones y de volver a estar a tope físicamente«, admite una Sheila Mangada consciente de que no es fácil volver a hacerse un hueco en la rotación.

«Ahora estoy en mi mejor momento tras la operación, pero nuestra plantilla es muy larga y lo que tengo que hacer es adaptarme y aprovechar los minutos que me den, sean muchos o pocos. Y sino, a apoyar al equipo a muerte y dejarme la garganta celebrando las canastas y las buenas defensas de mis compañeras. Ahí voy a estar para lo que sea».

Por eso, Sheila espera el año que viene sacarse la espinita clavada de esta temporada de transición en su estreno con Movistar Estudiantes. «Estaría muy guay poder repetir en el club, empezando la temporada desde el principio sin sustos y sorpresas alguna. Quiero demostrar lo que se buscaba de mí en esta temporada y que no he podido dar por las circunstancias», admite.

Eso sí, deja la puerta abierta a una opción de no seguir en el club y con la que estaría feliz. «Ojalá subamos a la Liga Día y quizá no pueda mantenerme en Movistar Estudiantes un año más porque están en primera».

Foto: David González – FBM

«Una suerte más que una putada»

A lo largo de su carrera deportiva, Sheila Mangada ha tenido que enfrentarse a una dura lesión del cruzado, que le mantuvo más tiempo alejada de las canchas que esta anomalía cardíaca. Pero no duda en calificar ésta última como la batalla más importante que ha vencido.

«Éste ha sido otro rollo. Ha sido menos tiempo de recuperación, pero acojona e impresiona mucho más. Algo así te cambia, te hace abrir los ojos y disfrutar de las cosas de otra manera. Con todo el mundo que lo hablo, les digo que en realidad, esto ha sido más una suerte que una putada. Era algo que tenía ahí y que gracias a Dios me lo descubrieron. Ahora ya está superado y queda ahí la cicatriz de la batalla ganada», finaliza.

Iñaki González