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Todo empezó como la canción «desde Aluche a Serrano…»
Yo soy de la generación del 69, de Aluche y empecé a jugar al baloncesto en 5º de EGB, en el equipo del colegio público Amadeo Vives, y a practicar Karate. Tenía asma y alergia al polvo, con lo cual el médico me recomendó realizar deporte. Fútbol no podía practicar porque me ponía malísimo con el polvo que se levantaba. Sin embargo, mis amigos del colegio y del barrio jugaban al fútbol, y casi todos eran del Atlético de Madrid. Así que empecé a jugar al baloncesto.
Entonces, año 78-79, sólo conocía a los equipos del Madrid y el Joventut de Badalona, y era del Madrid porque mis padres eran del Madrid. A pesar de ser pequeño y delgadito para mi edad, jugaba de escolta. Estaba todo el día tirando a canasta y con un balón de basket. Mi pasión era ser base del equipo, pero mi entrenador me puso de escolta, cosa que yo no entendía entonces, en el equipo B del cole donde jugué hasta 8º.
El equipo A era muy bueno, de hecho, un chaval por aquel entonces que jugaba de pívot con nosotros fue fichado por el Estudiantes como base (Miguel Grande Núñez), y casualidades de la vida este señor sigue vinculado al club deportivo de Estudiantes. De hecho ahora su hermano es vecino mío de comunidad.
Al empezar el bachillerato, año 1984, en la edición de Juvenalia fui a visitarla y pase por el stand de Caja Postal y de repente, unas canastas y me dije “a tirar”. Resultó ser un concurso que se hacía cada media hora, en el cual tirabas tiros libres en series de tres, y se iban eliminando las personas que metían menos tiros. El premio era un balón de baloncesto. Resultó que gané en esa tanda, pero se olvidaron de darme el balón y me dijeron que me clasificaba para la final de ese día.
Me quede sólo, porque a mis amigos el baloncesto como que no les iba mucho. Me dije “a por el balón, hay que ganarlo”.Total, llegué a la final del día y todos iban con su balón menos yo (menos mal porque si no me hubiera ido antes con el balón a casa y no hubiera conocido al Estudiantes), y gané la final de ese día. Me lleve dos balones y una camiseta de Caja Postal, y me clasifique para la final de las finales el último día de Juvenalia: el premio era: para el primero 2 abonos para ver al Estudiantes, y una equipación completa del “Estu” (camiseta, pantalón, chandal, etc). Para el segundo sólo la equipación.
El día de la final no se me olvidará en la vida, porque ahí empecé a conocer a Estudiantes. Aparecieron chavales que jugaban en el Madrid, en el Virgen de Atocha, etc, tíos de casi 2 metros. Me dije “esto está muy difícil”. El día de la final aparecieron Pinone, García Coll (“el rata”), y Carlos Montes. Total, otra vez a tirar tiros libres. Yo no fallaba uno, y de hecho Pinoso no hacía más que aplaudirme y animarme ya que era de los más canijos, pero metía todos los tiros. Quedamos finalmente sólo dos en final, un chaval que jugaba en el Madrid y yo. Me dijo la azafata “este no ha fallado ningún tiro ningún día de los que había venido” y yo le dije «bueno, pues ya fallará». Pinoso venga a reírse hasta que después de media hora tirando los dos sin fallar de repente fallé los tres tiros seguidos, pero el otro chaval también los falló, y me dije “esto lo gano yo”… y lo gané.
Final de fiesta: foto con Pinone, el Rata y Montes, mis 2 abonos (para mi padre y para mi) y un sitio para ir a recoger la equipación. Ahí conocí al Estudiantes, gracias a Juvenalia y a la Caja Postal.
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«Al Magariños» desde Aluche a Serrano…, al entrar, ¡qué espectáculo!: la Demencia animando sin parar, yo con mi equipación del Estu puesta, y con mi padre buscando los sitios de nuestros abonos. Aluciné: 4ª fila detrás del blanquillo visitante, detrás del padre de Nacho. Primer partido en directo que veía al Estudiantes y me dije “este es mi equipo y este es mi deporte”. Le dije a mi padre que yo ya no era del Madrid, ya que el fútbol no me gustaba, y que el Estudiantes me había llegado al corazón. Con lo chiquitín que era como animaba. Y ¡qué gusto de Demencia!.
Los años siguientes iba a algún partido cuando ahorraba algo de dinero, ya que no tenía dinero para renovar el abono. De hecho iba sin entrada a muchos de ellos, y oía el ambiente detrás de las puertas, en alguno de ellos una vez empezado me dejaban pasar, ya que sólo tenía dinero para ir y volver en el metro y poco más. Incluso el señor Fernando Martínez Arroyo me dio varias veces entradas para mi y algún colega que ibamos a animar al Estu (como se lo agradecía). Cuando tenía dinero compraba la entrada.
Me apunté a algunos viajes, pocos, y en uno a Huesca conocí a Bustelo porque a través suya pagamos las entradas mis amiguetes y yo.
Luego pasé a la Universidad, a estudiar Ingeniería Industrial, con lo cual el Ramiro quedaba a tiro de piedra. Como no tenía tiempo de entrenar todos los días y jugar en un equipo, me dedique a entrenar un poco a un equipo de cadetes y después juveniles.
Busqué un patrocinador y compramos unas camisetas negras con letras amarillas al igual que el Estu. Ganamos una liga de primavera municipal, pero lo más importante: hice a más de medio equipo abonado al Estudiantes y nos poníamos en el Palacio de los Deportes encima de la Demencia, en la primera fila de la Tribuna Superior. Una hora antes allí corriendo para coger sitio y para animar.
Cada vez se enganchó al grupo más gente: amigos, mi equipo de basket, mis hermanas, sus novios, sus amigos. Total entre 15 y 20. Pensé hasta en formar una peña. ¡Qué bien lo pasábamos!.
Hasta que se quemó el Palacio y cambiamos a Vista Alegre. Fue ahí donde el grupo se redujo, pero mi mujer y algún amigo me siguió también y conocimos a más gente como Carlitos y sus padres, Raúl (que estudio en el Ramiro y ahora lleva a su chaval tambien). Qué tiempos. De hecho venía a animar una chica al lado nuestro que era del Barcelona, pero animaba al Estu toda la temporada, excepto el partido contra el Barça.
Deciros que en mi familia ya son todos del Estu, excepto mi padre. Hasta mi querido perro era del Estu, se llamaba «Yeti» en honor a DANKO CVJETICANIN
Aunque algún día descendiéramos, yo siempre seré del Estudiantes, porque hay gente buena y los que conozco que son del Estudiantes son personas maravillosas (esto va por ti, Bustelo por tu dedicación al club, a ti Jacinto por aguantarme partido tras partido, a Juanjo el de la peña Rafa por su desinterés y amor al club, y a mi mujer María José por aguantarme todos estos años y acompañarme a todos los partidos).
Creo en el deporte y el afán de superación, y creo en el «QUENOBAJAMOS.COM». Creo en Estudiantes, aunque no ganemos títulos.
Me encanta ir a ver los entrenamientos del primer equipo, me encanta comprar la bufanda, camiseta, polo, etc de cada temporada. Grabo todos los partidos que puedo (gracias Sade por pasarme la Copa del Rey que no tenía) ¿Qué haría yo sin el Estudiantes? Que momentos inolvidables, que cantidad de anécdotas, que alegrías, que sufrimientos, que partidos, que afición, etc. «Hasta salimos en una foto del 2º tomo de los 60 años de historia»
El Estudiantes es el afán de superación y la unión de la gente, de todas las ideas políticas, religiosas, etc, es el motivo de AMISTAD y UNION de mucha gente. Sin violencia, sin fortejeos, sin menospreciar a los contrarios, hermanando aficiones (excepto la del Madrid). «La Demencia anima sin violencia»
Sólo pido, aunque soy un romántico y enamorado del Ramiro y el patio de colegio, que el club se profesionalice un poco más, estemos donde estemos, QUE SE CUIDE A LA CANTERA y que todos gritemos a una «ESTU- DIANTES, ESTU- DIANTES, ESTUDIANTES»
Estudiantes = Baloncesto o Baloncesto = Estudiantes, qué dos palabras más bonitas.
Gracias a todos los que hacen posible que Estudiantes exista: jugadores, ex-jugadores, cantera, demencia, directiva, empleados del club, aficionados, patrocinadores, etc.
Miguel Moreno (abonado y accionista del Club Estudiantes)
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