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El ex jugador colegial sucederá en el banquillo a José Vicente Hernández, con el que el conjunto del Ramiro ha conseguido sus éxitos mas importantes, aunque el técnico afirma que no es «relevo de nadie» y que su objetivo es seguir trabajando para que el club continúe entre la élite del baloncesto nacional como lo ha hecho en todos estos últimos años.
«Para mi es todo un orgullo venir a la que ha sido mi casa siempre. Por ello me siento emocionado y muy ilusionado ante la etapa que comienzo», apuntó Orenga que no tiene duda sobre el recibimiento de la afición después de en su etapa como jugador e insistió que su trabajo se realizará desde «la humildad y el esfuerzo que siempre me inculcaron aquí».
Será la primera aventura de Juan Antonio Orenga al frente de un banquillo de la ACB después de actuar este verano como ayudante de Joan Creus en el banquillo de España y durante los Juegos Mediterráneos y su objetivo no se aparta de «luchar por los títulos. Siempre se lucha por ellos. Se está haciendo un buen trabajo, el año pasado se disputó la final de la ACB, este se ha jugado las semifinales y casi se llega nuevamente a la final. Igual que han llegado triunfos en competiciones europeas y Copas también llegarán los otros», afirmó.
Orenga apostó por la continuidad en ese sentido y no quiso hablar de posibles incorporaciones porque antes «debo aterrizar y analizar la plantilla» ya que el nuevo entrenador de Adecco Estudiantes viajó desde Cádiz a Madrid en la mañana de hoy. «Hay que seguir trabajando bien y confiando en nuestros jugadores. Tenemos mucho más ganado que equipos que renuevan totalmente su plantilla lo que provocan que los jugadores pasan sin sentir lo que es el equipo, aquí pienso que no hay ningún jugador que no pase sin sentir lo que es Estudiantes y por eso algunas veces da mucho más de sí», añadió. Sobre su reciente retirada deportiva y su incorporación a un banquillo, Juan Antonio Orenga apuntó que eso es «una ventaja» porque sabe «de que pie cojea cada uno» ya que tendrá que enfrentarse a jugadores que han compartido con él un vestuario. «Es una ventaja a la hora de comunicarte con los jugadores, hay algo que no está escrito y te permite que esa comunicación sea más fácil que con un entrenador que lleva muchos años en el banquillo y se ha olvidado de lo que es un jugador», explicó.
