WhatsApp: (+34) 91 745 88 50
 | |
MMT Estudiantes pudo más que Carlos Cabezas y derrotó al Unicaja por una mera cuestión de actitud, de saber exprimir un arsenal mucho más limitado, pero más dispuesto psíquicamente que el cuadro malagueño, que resucitó de la mano del base internacional y echó mucho de menos algo mejor por parte de los hombres interiores. La temporada pasada la empezó mal en Madrid, en la pista del Real. La que acaba de arrancar también la ha comenzado con un mal resultado. El Unicaja probó la medicina de un MMT Estudiantes construido con las fuerzas justas para manejarse en la Liga ACB y volvió a estrenarse con derrota.
Una cosa es cierta, que el MMT Estudiantes ha asumido, desde el primero hasta el último, que la fórmula para salvar esta temporada y aguardar tiempos mejores pasa por reverdecer muchas de las virtudes ancestrales que han conformado su idiosincrasia. Como bandera, la primera, la entrega incondicional, apretar los dientes. Como objetivo, jugar deprisa, anotar en transición o sacar el contragolpe. El Unicaja navega en una cubierta superior: tres internacionales españoles (Carlos Cabezas, Berni Rodríguez y Carlos Jiménez), una línea interior exuberante en músculo y en centímetros (el senegalés Boniface N’Dong y el puertorriqueño Daniel Santiago), algún fichaje de relumbrón (el estadounidense Marcus Haislip y el croata Davor Kus) y, así, hasta el duodécimo hombre, aparte de contar con un técnico de elite y sobradamente contrastado, el italiano Sergio Scariolo.
Sobre el papel, por tanto, no debía haber excesivos problemas para el conjunto malagueño. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Los tiros libres (diecisiete de dieciocho para los locales por uno de dos para los visitantes), las pérdidas de balón y unos porcentajes atacantes discretos sobrepasaron al Unicaja en la primera parte (33-25). La ventaja colegial se disparó en el tercer periodo ante las dudas del Unicaja, remiso para poner la maquinaria a funcionar. Cuando se vio a catorce puntos, en el tercer cuarto, sí que apretó el acelerador. El MMT Estudiantes iba camino de anotarse el triunfo con una facilidad que nadie esperaba y que no hubiera hecho ningún favor al vestuario malagueño.
Así que llegó el momento de que Scariolo pusiera en práctica sus zonas. Con Carlos Cabezas como revulsivo anotador y espiritual, el Unicaja empató a falta de seis minutos para el final, por medio del base internacional (56-56). Las limitaciones locales, sobre todo en el rebote, donde los hombres de Scariolo impusieron la ventaja en altura y fuerza que les separa de la línea interior madrileña, pese a que los pívots verdes no estuvieron especialmente finos, hicieron el resto. La zona dio la llave para empatar al Unicaja, pero enseguida volvió a defender en individual y así entró en un ritmo de partido que sólo podía beneficiar al MMT Estudiantes. Los locales buscaron la guerra de guerrillas, las acciones relámpago y la defensa a ultranza. Así arañó un puñadito de puntos que le dieron la delantera en el momento preciso, que le permitieron sortear el epílogo y hacer valer el esfuerzo de toda la mañana. El MMT Estudiantes tiene una temporada dura por delante y un calendario de altos vuelos en las primeras jornadas. Haber ganado al Unicaja, que falló los triples de acercamiento finales, le viene muy bien.
MMT Estudiantes 69 (21+12+15+21): Sánchez (11), Urtasun (-), Jasen (11), Lewis (13), Young (8) -cinco inicial-, Clark (3), Pietrus (7), Suárez (-), Lorbek (9), Martínez (7), Torres (-) y Beirán (-).
Unicaja 64 (14+11+21+18): Popovic (2), Kus (12), Sánchez (6) Jiménez (11), Santiago (-) -cinco inicial-, Rodríguez (-), Cabezas (20), N’Dong (2), Gabriel (5) y Haislip (6).
Arbitros: Mitjana, Llamazares y Cortés. Excluyeron por personales a Rodríguez (m.40) y Jasen (m.40).
Incidencias: encuentro correspondiente a la primera jornada de la primera fase de la Liga ACB 2007-08 disputado en el Telefónica Arena de Madrid ante unos 8.000 espectadores.
