
¡16 canastas tiene ahora mismo el “Magata”!… y otras dos a las que le están poniendo el tablero. Lógicamente, no se usarán nunca todas a la vez, pero tras tantas obras en las que uno dudaba que se encontrase ante un pabellón de baloncesto, un vistazo al estado actual de la pista del Magariños deja claro que este es un templo del baloncesto.
De esas canastas, 12 cuelgan del techo. Dos son las históricas que llevan plegadas desde 1998, cuando el primer equipo de Estudiantes volvió a usar el Magariños como cancha en partidos oficiales, los de la Copa Korac, y la FIBA exigió el uso de canastas de suelo homologadas. Sólo durante el transcurso de estas obras los encargados de mantenimiento del “Estu” aprovecharon para moverlas y limpiarlas, ya que tenían hasta restos de confetti de alguna de tantas fiestas que ha acogido la cancha colegial. Las otras 10 canastas colgantes se han instalado en el último mes, y ya están listas casi todas.
Un auténtico mar de canastas. Como reza el cartel promocional en la entrada de la calle Serrano “territorio de baloncesto”. El próximo capítulo, cómo se pintan las líneas del resto de campos.
Una auténtica maraña de canastas |
Las cuatro canastas del centro |
Desde el fondo |