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Tiene la sensación de que nunca se ha ido y confiesa que ha estado un ratito en Estudiantes. Entró como alumno en el Ramiro a los seis años, de mozalbete fue jugador y ha entrenado 17 años a la base y otros 17 al equipo ACB. Me da vergüenza preguntárselo, Pepu. ¿Estudiantes es usted?
No, no… Estudiantes es mucha gente: entrenadores, jugadores, aficionados… Y debemos recordar la historia del club, aprenderla, los buenos y los malos momentos. Ésa es la idea porque fideliza.
¿Y seguir siendo ese equipo de patio de colegio? Sí, no debemos perder nuestras raíces, no es una regla escrita, pero es buena. Lo primero es sobrevivir. Hay que discernir entre ese mal entendido profesionalismo que choca contra el romanticismo. La competencia es feroz. ¿Hace 40 años gritaba usted también desde la grada `¡ha ganado USA!´ o `yankis go home!´cuando Estudiantes jugaba contra el Madrid? Sí, con 13 años es muy probable que lo hiciera. Algo políticamente incorrectísimo, pero con la perspectiva de este momento. Es incuestionable: dos buenos americanos, seguro de vida. Sin ninguna duda, son los inventores del baloncesto. Lo importante es contar con americanos comprometidos y que haya algo más que el baloncesto como nexo. Otra certeza, los españoles estamos siempre cabreados. Nos cabreamos muy fácilmente por demasiadas cosas. Somos propensos al cabreo, pero a los mejores es porque hay motivos. Otoño caliente. Dejémonos de sálvese quien pueda o el último que apague la luz. Es el momento de la imaginación, de un optimismo realista. ¿Y dónde están, políticos incluidos, los que en mayo del 68 gritaban `imaginación al poder´? Posiblemente han sido absorbidos por el mercado, por las teorías políticas o por posiciones más relajadas. Desde luego hay transformaciones sorprendentes. Deberían existir más Stephane Hessel, que, a sus 93 años, es un tipo comprometido y capaz de indignarse. Los indignados al aparato “¡No es democracia, es mercadocracia!”. No sé. Tenemos una democracia que poco a poco ha ido cambiando, es una palabra que se ha utilizado demasiado fácilmente. Habría que volver a su significado etimológico. Dice un proverbio japonés que el tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses. Procuro echar de menos siempre las risas, necesito reírme. Cuando la risa no viene hay que ir a buscarla. ¿Es buen contador de chistes? Tengo mucha memoria y dicen que no soy malo contándolos. El chiste tiene su momento, no hay que sacarlos en batería. ¿Ya también cuenta batallitas de la mili? Hemos aprendido hasta de las cosas incomprensibles. Un conocido mío cuenta una buena anécdota. Estaba de guardia y se le acercó un general: “¿Qué tal la mili, soldado?”. Mi amigo le respondió. “Se me hace un poco larga, mi general”. Y éste le contestó: “Pues a mí no te puedes ni imaginar…” Decía Pavarotti que aprender música leyendo teoría musical es como hacer el amor por correo. Me ha tocado mi punto débil, me habría encantado saber más de música. Por lo demás, de acuerdo con el maestro, la música es sobre todo sensibilidad. ¿Canta en la ducha? Y en más sitios, sobre todo con amigos y familiares. En un karaoke, no. La verdad es que si nos atreviéramos a hablar y cantar más en público nos iría mejor. Salen al mercado unas gafas con sonido “sensorround” y visión 3D para películas. ¿Le reservo unas? No vería ninguna película con ellas. Me gusta compartir el cine con otras personas y meter la mano en la misma bolsa de palomitas. ¿Qué película ha visto más veces? “El Graduado” ¿Le pillaron alguna vez copiando en un examen en el colegio? Es posible, pero no era el clásico copión. Hacía chuletas pero luego no las utilizaba. Me ayudaban a sintetizar. ¿Tiene alma de hippie? No puedo decirle que sí. Me he perdido muchas cosas en mi vida y he sido un personaje un poco anacrónico. Pude vivir “La movida” y no lo hice.
