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Hablábamos de que MMT Estudiantes se había convertido en un equipo errante por los diversos problemas para tener cancha para entrenar por las obras del Magariños y de disponibilidad del Madrid Arena. Pero el súmum de estos desencuentros con la empresa que gestiona el Telefónica Arena fue cuando programaron un evento musical para el viernes 14 y el sábado 15 de marzo… el mismo en que MMT Estudiantes, en puestos de descenso pero en buen momento de forma y ánimos tras las épicas victorias ante Tau Cerámica y Capitol Valladolid, tenía que recibir al Akasvayu Girona. En un principio, dado que ninguna televisión tenía intención de dar el partido, el “Estu” quiso jugarlo en sábado por la tarde, como es habitual cuando no hay teles de por medio. Eso es lo que anunciaba en un principio MMT Estudiantes y así es como se iban vendiendo las primeras entradas, especialmente las de colegios y asociaciones, que necesitan planificarse con bastante antelación (autorización de los padres, alquiler de autobuses…), sobre todo para los de fuera de Madrid.
Una vez vista la coincidencia de eventos, se pensó en cambiar el partido al domingo por la tarde. Pero el Girona no estaba por la labor: habían planeado ya su viaje de manera que pudieran preparar el importante partido y decisivo que jugaban en ULEB Cup el siguiente martes.
De nuevo sin pensar en ningún momento en la posibilidad de cambiar de pabellón, (sonaba demasiado absurdo y no había casi tiempo) se decidió poner el partido en domingo por la mañana, pese a que en ese horario suele resentirse la afluencia de público, y por ejemplo, muchos de los colegios mencionados se echaron para atrás. Pero aquí llegó la tercera en la frente: Madrid EC no podía garantizar que se desmontara toda la infraestructura del evento musical del sábado noche y montar la correspondiente al baloncesto, y ofrecía sí, jugar el domingo por la mañana… pero ¡sin gradas!
Vista la cerrazón de los “caseros”, al “inquilino” Estudiantes no le tocó otra que ponerse a trabajar en dos direcciones: una, buscar una nueva ubicación para el partido, como ha pasado en multitud de ocasiones desde que tocó dejar el Magariños en 1989 (y por eso se ha jugado en ocasiones en Torrejón, Pinto, el Palacio o el “Magata” ) pero con muchísimo menos tiempo, contrarreloj. En el Palacio y en Vistalegre, e incluso en el propio Arena, las fechas en que tocaba mudarse se anunciaban con la suficiente antelación. Y otra, buscar algún tipo de compensación por parte de Madrid Espacios y Congresos por estos hechos.
Al final, tras sopesarse los generosos ofrecimientos de CB Fuenlabrada, que jugaba esa semana fuera, y de los ayuntamientos de Pinto y Torrejón de Ardoz, que nunca han dudado en apoyar al “Estu” en estos casos, se decidió utilizar el Palacio Vistalegre, la que fue cancha colegial durante cuatro temporadas y que estos años está utilizando el Real Madrid. Por otro lado, en los despachos se consiguió un acuerdo que parecía más que satisfactorio para los colegiales: Madrid Espacios y Congresos cubriría los gastos derivados de jugar en el exilio, unos 30.000 euros, y además patrocinaría los correspondientes a uno de los desplazamientos de la afición, que se decidió que fueran los del vital partido en Granada. Aun estamos esperando.
Volviendo a aquellos días de marzo, el anuncio oficial de en qué cancha se jugaría fue ¡¡¡EL MIÉRCOLES 12!!!. Para más inri, sería en el absurdo horario de las 13:30 horas, porque, ironías de la vida, en Vistalegre ¡también había un evento musical el sábado por la noche y había que desmontarlo! ¿Cómo demonios llenar un pabellón de 15.000 personas avisando con apenas cuatro días? Fueron unos días de auténtica locura, que no demencia, exprimiendo a tope todos los canales de comunicación externa del club, volviendo a avisar a los colegios… y por supuesto, a las más de 150 personas que trabajan en cada partido como local de MMT Estudiantes (desde seguridad a azafatas, pasando por mesa de anotadores o prensa). Por si fueran pocas dificultades, el inquilino oficial de Vistalegre, el Real Madrid, jugaba ese jueves un encuentro de Euroliga y por supuesto la prioridad era suya y de su rival, por lo que el “Estu” sólo pudo entrenar en Vistalegre el viernes antes del partido, ya que el sábado se desmontaba todo para el concierto.
Semejante caos se resolvió de la mejor manera posible, y gracias al tremendo esfuerzo de todos los trabajadores del Estu, con especial mérito para los encargados de montar el parqué y el resto de infraestructura necesaria para un partido de baloncesto ACB, que no es poca. Logísticamente, creemos que todo salió bastante bien. En las gradas hubo 10.000 personas, lo que en el Telefónica Arena hubiera sido un llenazo pero en Vistalegre quedaba algo frío. Y en la cancha… demasiado que hubo amago de remontada. Nos tocó sufrir a la mejor versión de Marc Gasol… pero eso ya se cuenta en la crónica oficial del partido.
