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EL RAMIRO DE MAEZTU TAMBIÉN EN LA FINAL FEMENINA DE LAS SERIES COLEGIALES 2008

11 mayo 2008

El Ramiro de Maeztu, merced a un gran último cuarto, consiguió su pasaporte a la final tras vencer a Julián Marías (59-54), que acusó el cansancio en los instantes decisivos y un Magariños volcado con las madrileñas.

EL RAMIRO DE MAEZTU TAMBIÉN EN LA FINAL FEMENINA DE LAS SERIES COLEGIALES 2008

La Escola Vedruna se convirtió en el primer equipo finalista de la gran fiesta de las Series Colegiales gracias, principalmente, a un gran cuarto inicial. En esos diez minutos, las catalanas abrieron una brecha de 14 puntos de diferencia que fue determinante para la victoria final.

En muchas ocasiones, la forma de empezar un partido puede ser decisiva para el desenlace del mismo. Hay veces que una gran renta adquirida en los primeros minutos se convierte en uno de los elementos principales de la victoria, algo que ha ocurrido hoy en el Magariños. Los contendientes eran dos colegios ansiosos de gloria. La Escola Vedruna de Girona y las Jesuitinas de Murcia han ofrecido un gran espectáculo en un choque intenso y muy atractivo.

Las catalanas empezaron muy metidas en el encuentro y gracias a ello le endosaron a su rival, una de las revelaciones del torneo, un parcial de 1-11. Las Jesuitinas no encontraban la manera de anotar y tardaron más de cuatro minutos en encestar su primera canasta en juego. Para entonces, Vedruna había puesto la directa con una Mireia Solé estelar (11 puntos en el primer cuarto). Con 5-16 en el electrónico, tiempo muerto de las murcianas, que pedían a gritos una reacción. Pero no llegó de inmediato, en parte por lo bien plantadas que estuvieron siempre sobre la cancha las jugadoras del Vedruna, que cerraron el primer cuarto con su rival bastante lejos (5-19).

Mediante un juego muy dinámico, las catalanas seguían con la batuta del partido. A problemas como fin de posesión o minutos sin anotar, contestaban con canastas sobre la bocina o dos más uno. Esas acciones, además de su valía en el resultado, tienen una carga psicológica importante. Sin embargo, las Jesuitinas no habían venido hasta Madrid para quedarse mirando y en el segundo cuarto mostraron una cara bien diferente. Más afinadas en el tiro, un parcial de 7-1 a su favor les metía en el partido. La defensa en zona aplicada por las murcianas también había contribuido a ello. No obstante, lejos de permitir acercarse a su contricante, La Escola Vedruna mantuvo esa línea de juego de la que hablábamos al principio. La consecuencia de todo ello fue que, a pesar de la mejoría Jesuituna, el partido se movía a favor del Vedruna, que no hacía concesiones y manejaba muy bien la ventaja adquirida en el primer cuarto. El 24- 36 del descanso lo confirma.

Ya para entonces había hecho su aparición en el encuentro Andrea Martorano, que a los treinta minutos llevaba una valoración escandalosa (18 puntos y 12 rebotes para un 32 de valoración). Su exhibición, junto con los 26 puntos de Mireia Solé y el trabajo en equipo del resto de la plantilla, abrió el camino hacia la final.

El último cuarto fue un quiero y no puedo de las Jesuitinas, que se veían incapaces de rebajar la barrera de los diez puntos. Aún así, no le perdieron la cara al partido en ningún momento y pelearon hasta el pitido final, demostrando ese espíritu y calidad que las ha llevado hasta la gran cita de Madrid.

El resultado final (59-77) señala al Vedruna como firme candidato al triunfo final, siempre con permiso del Ramiro de Maeztu.

Segunda semifinal
El segundo partido de la tarde no fue tan vistoso en cuanto a puntos y juego pero todo ello fue sustituido por incertidumbre y compases finales emocionantes como pocos.

El Ramiro de Maeztu será el rival de la Escola Vedruna en la Gran Final de las Series Colegiales. Si es cierto que el colegio vallisoletano Julián Marías mereció la victoria como el que más, no deja de serlo también que las chicas del Ramiro, que jugaban ante su público, conquistaron una plaza en la final merced a una mejor gestión de los últimos minutos.

El primer cuarto fue una muestra de lo mucho que había en juego. El desacierto en el tiro, las múltiples pérdidas de balón y los nervios de los primeros minutos trajeron consigo un cuarto pobre en anotación pero bonito en lo demás. (11-15 a favor del Julián Marías). La otra revelación del torneo, con Andrea Malanda al timón, adquiría una pequeña renta que solo iba a dejar marchar en el último cuarto. Hablamos de un partido trabado y con porcentajes bajos. En esa tesitura se movía el Julián Marías, que sabía perfectamente que una de sus bazas era no plantear un juego rápido, pues disponían de una rotación de ocho jugadoras frente a las doce del Ramiro de Maeztu. Consciente de esta realidad, el técnico de las madrileñas admitía al final de partido que “hemos jugado con ese hecho, éramos doce y he rotado todo el rato con el objetivo de mantener un buen nivel tanto defensivo como ofensivo y Julián Marías lo ha notado”

No obstante, no fue hasta el último cuarto cuando el Ramiro se puso por delante. ¿Antes? Pues máxima igualdad, con el segundo y tercer cuarto finalizados en empate (11-11 y 16-16). Eso les permitía a las chicas del Julián Marías seguir soñando con la final, a pesar de que conforme pasaban los minutos, las piernas empezaban a pesar.

Ciertamente, lo tuvieron cerca. Suyo es el honor de resistir casi todos los envites del Ramiro de Maeztu. Fueron capaces de sobreponerse, tras la vuelta de los vestuarios, a un parcial de 9-0 que les podía haber sacado del partido. Pero mantuvieron la serenidad y se colocaron de nuevo por delante. La última vez que mandaron en el electrónico, el resultado arrojaba un 47-49 esperanzador. Entonces apareció el cansancio e hizo efecto el cambio de defensa del Ramiro. Las del Maeztu se pusieron tres arriba (52-49) y aunque las vallisoletanas lucharon, la falta de fuerzas había convertido el aro en el que tenían que anotar en algo pequeñísimo, donde no parecía caber ni una aguja. Exhaustas, buscaron triples a la desesperada mientras las locales decidían desde la línea de tiros libres. No se engañen por el resultado (59-54) porque lo visto en la segunda semifinal fue un partido sensacional.

Mañana, la final de consolación a las 11 entre Jesuitinas y Julián Marías. Después, el partido de los partidos, la finalísima entre las dos mejores escuadras, la Escola Vedruna y el Ramiro de Maeztu.