Llámanos: (+34) 91 562 40 22
WhatsApp: (+34) 91 745 88 50
Escríbenos: info@clubestudiantes.com

Gente del Estu: José Luis Antón. De casta le viene al galgo

1 diciembre 2009

José Luis Antón lleva desde era apenas un chaval trabajando en Estudiantes: en su familia es imposible librarse. Le ha tocado desde colocar las redes de la cancha de La Nevera a gestionar la base de datos de los más de 7000 accionistas del Estu. Y por supuesto, de cuidar desde la sombra que nada falte en los partidos del Magariños.

Gente del Estu: José Luis Antón. De casta le viene al galgo

 

¿Cuántos años son los que llevas ya vinculado a Estudiantes?
Pues la friolera 27 años, que se dice pronto. Entré a estudiar en el Ramiro en BUP y mi tío, Satur (utillero del Estudiantes durante décadas) necesitaba a una persona encargada de la pista de La Nevera y de los campos de fuera: dar los balones a los equipos, poner las redes las canastas los días de partido, abrirla y cerrarla… Ahí empecé. 

¿Qué tareas has hecho? Después de empezar encargándome de La Nevera, al año estuve en las oficinas. Fui durante muchísimos años el encargado del tema de socios, haciendo los abonos. También durante los partidos he hecho un poco de todo, lo que ha hecho falta: o estar en las puertas, o en la mesa… primero en Magariños, después en el Palacio, en Vistalegre y ahora en el Arena. Ahora continúo en Magariños organizando un poco lo que son los partidos de Liga Femenina y EBA, pendiente de que todo más o menos funcione.   Ahora ya no me encargo del tema de abonados, pero sí de la base de datos de accionistas. Todo esto además lo he ido compaginando primero con mis estudios, y después con otro trabajo en otra empresa por las mañanas. Llegaba, y sigo llegando, aquí cuando salgo de esa oficina alrededor de las 7 de la tarde… y salgo cuando esté la tarea hecha, que puede ser o a las 9 o a las 3 de la mañana, depende.   Además de ver crecer al club, has debido ver crecer a generaciones de estudiantiles… No podría ni decir la cantidad de niños que he visto pasar por aquí, entre jugadores de la cantera, abonados… mucha gente me ve en el Magariños y me dice “yo te conozco de cuando iba con mi papá a hacerme el abono y me sentaba en tu mesa”… He visto pasar generaciones enteras.   Y sobre el crecimiento del club ¿cómo os organizabais antes? Pues tirando mucho de la familia. Yo entré como ya he dicho por mi tío Satur. La gente que estábamos aquí siempre, al principio éramos Javier (Flores), Rosalía (Aranda), el gerente Fernando (Martínez-Arroyo) y yo. Cuando empecé el gerente era José Pedro Bufalá, pero enseguida entró Fernando en ese cargo. Y cuando hacía falta, tirábamos de la familia: aquí han estado, y a menudo sigue colaborando, mi hermano Miguel Ángel; mis primos, mi novia entonces y mi mujer después, amigos míos, amigos de otros… según las necesidades. En los partidos, en abonos, en días excepcionales… hasta que la cosa fue creciendo y profesionalizándose. Lo de que Estudiantes era un club familiar era literal.   Capítulo aparte merecería el equipo femenino ¿recupera el espíritu de los 80 en Magariños? Sí, desde luego. Además, el baloncesto masculino, la ACB, es un baloncesto cada vez más físico. Pero a mí el baloncesto femenino me gusta más porque es donde ahora mismo sí ves baloncesto, el baloncesto puro. Muchos sistemas, muchas opciones… es agradecido de ver. Siempre me ha gustado desde que empezamos a tener chicas en Magariños. Antes de que el Estudiantes fuera un club mixto, aquí jugó el BEX, que era un equipo de la elite de la Liga Femenina. Luego ya empezó a haber chicas en nuestra cantera… y aquí estamos.   ¿Y cómo ha cambiado que un club masculino de un colegio masculino como el Estu pase a estar en la élite de las chicas? Cuando el Ramiro pasó de ser masculino a ser mixto hubo un pequeño “abandono” por mucha gente de la Demencia, con eso de ver chicas en el colegio dejaron algo de lado el baloncesto (risas)… pero luego todo vuelve a su cauce. Ahora somos el único club con chicos y chicas en máxima categoría, y aunque los dos estén siempre ahí rozando el larguero, no deja de ser una pequeña alegría que los dos compitan ahí.   ¿Cuáles han sido los mejores momentos en estos 27 años? Ha habido muchos. Además que yo disfruto mucho las victorias y sufro mucho con las derrotas, no es que me vaya a casa a llorar detrás de las esquinas pero me joroban mucho. Pero no me olvidaré nunca de ganar al Baskonia en las semifinales de 2004. Aquel quinto partido en Vitoria fue muy grande, porque me acordé de mi tío. Le hubiera gustado estar allí. Me acordé de él mucho. Mucho.   También fue inolvidable el viaje a Estambul en 1992. Los partidos no fueron los más agradecidos, pero el mero hecho de estar allí fue una locura… aquel tercer partido contra el Maccabi… eso fue de las cosas más bonitas que he vivido con el equipo.   ¿En unos años volveremos a tener alegrías como estas? La esperanza nunca se pierde, y espero que sea así. Pero como somos un club que siempre estamos con el tema económico agarrados… es muy difícil. Pero esto es Estudiantes, y aquí cualquier cosa es posible. En cualquier momento coges, enganchas, tiras para adelante, y aquí estamos. Y que sigamos mucho tiempo.

(Entrevista de Santi Escribano publicada en el nº2 de La Nevera del Estu)