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UNA FAMILIA MUY ESPECIAL por Sergio Rodríguez

15 julio 2008

El base de los Portland Trail Blazers Sergio Rodríguez, que dio el salto a la NBA desde MMT Estudiantes, escribe en el diario ABC una emotiva columna recordando su llegada y sus años en el club del Ramiro.

UNA FAMILIA MUY ESPECIAL por Sergio Rodríguez

Después de estar sentado frente al ordenador pensando en qué significa el Estudiantes para mí, me he dado cuenta de que puedo contar cosas sobre cómo es, qué me encontré, qué hice…, en definitiva, qué vieron mis ojos. Pero nunca podré expresar las sensaciones que tuve durante tres intensos años conviviendo con una familia llamada Estudiantes.

Mi primera visión de todo lo que supone Estudiantes fue en el verano de 2003 cuando, tras saber las condiciones que me ofertaban en el club, decidí ir a ver, conocer, escuchar todo lo que me comentaban. Hasta ese momento lo que sabía de Estudiantes es que era un grande de la ACB. Se decía que era como una familia, que era diferente; la Demencia, el Ramiro, Azofra, Jiménez, Pepu…, más o menos lo que todo aficionado al baloncesto en España sabe de Estudiantes. Al entrar en el Magariños sentí algo especial. Caminando hacia las oficinas veía que todo estaba medio roto, los asientos se podía ver por su color que estaban muy usados, el parquet tenía huecos, había bastante polvo en la cancha, un gimnasio un poco cutre en un fondo de la cancha. Y mirando todo esto y aunque parezca una contradicción… me encantó. Tras estar aproximadamente una hora viendo todo (Ramiro, Nevera, Internado…) junto a José Asensio y José Ortiz, me fui de allí con una sensación que pocas veces he tenido y convencido de que ese lugar, Serrano 127, era el lugar ideal para mí.

El primer año en el Club disfruté muchísimo. Jugaba con el equipo EBA y estudiaba en el Ramiro. Había días que llegaba a clase a las 8 de la mañana y salía después de entrenar a las 11 de la noche; más de doce horas en un recinto, que en muchos casos hubiera supuesto un suplicio para mí, era lo normal y lo que me apetecía hacer. En el Ramiro se respiraba un ambiente de baloncesto inigualable. Me acuerdo de los primeros días de ir al colegio y ver partidos en el recreo en los que se chocaba la gente porque igual había tres partidos de «cinco contra cinco» en la misma canasta. Fue algo que me impresionó muchísimo, acostumbrado a haber visto fútbol en el colegio toda mi vida. Tras este año vi lo que suponía ser de Estudiantes, estudiar en el Ramiro y la pregunta que más rondó mi cabeza durante ese año fue «¿Por qué no he estado yo aquí antes?».

Los dos últimos años que viví en Estudiantes fueron años increíbles. Tuve la oportunidad de convivir con jugadores, entrenadores, gente del Club y afición que se portaron conmigo como si de mi familia se tratase. Podría estar mucho más tiempo hablando de anécdotas, personas y momentos felices que pasé…, pero a todo lo que significa Estudiantes sólo puedo decirles una cosa: ¡GRACIAS!

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