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Alicia Magaz es una chica de 17 años como cualquier otra. Salvo porque recientemente ha jugado con la selección española de hockey sala y ha entrenado con la de hockey hierba. Dos deportes hermanos que practican con reglas distintas los mismos jugadores: el hockey sala en invierno y el de hierba en verano y primavera. Alicia ha llegado tan joven a la máxima categoría de este deporte gracias a su habilidad y dedicación, pero sobre todo a que desde muy pequeña lo practicó en su colegio, el Valdeluz, del barrio del Pilar.
Este centro privado de los agustinos está considerado la cantera de este deporte, muy minoritario en España, pero que cada cuatro años, con los Juegos Olímpicos, asombra a los españoles por sus logros. “De las 13 chicas que componemos el equipo de División de Honor del Valdeluz seis o siete hemos estudiado en el colegio”, argumenta esta joven, que según su entrenador, Jorge Donoso, “tiene una gran proyección”. Los números son muy elocuentes: el club, cuyo origen está en el colegio pero que desde hace menos de un año juega en San Sebastián de los Reyes, tiene 420 licencias masculinas y femeninas. De estas, unas 300 son de categorías inferiores. “La verdad es que me gusta cuando nos asocian con el Asefa Estudiantes de baloncesto. Es una buena comparación y me gusta”, argumenta Donoso, que durante varios años ha entrenado al equipo masculino, que se llama Complutense, pero que este año dirige a las chicas. Al igual que Estudiantes, Valdeluz, cuyo nombre ahora es SPV 51, aporta a muchos jugadores que han acabado en la selección española. Como es el caso de Magaz, Lola Riera y Ana Pérez. Y en las categorías inferiores hay otro ramillete más de convocadas: Almudena Magaz, Ana Calco, Cristina Conde, Lucía Jiménez, Cristina Lorenzo, Celia Sánchez, Sara Madrid y Marina Serrano. El ser un equipo de cantera lleva parejo que muchos jugadores puedan acabar rearmando al club rival, a semejanza otra vez del Estudiantes que nutre al Real Madrid. El Real Madrid del hockey hierba es el Club de Campo, cuyas jugadoras cobran pese a ser un deporte amateur en España: y se ha llevado a María Jesús Rosa, al igual que ha hecho el club Caja Cantabria Sardinero, que cuenta con la internacional madrileña procedente de Valdeluz Mar Feito, considerada una de las mejores porteras de hockey del mundo. “Somos un equipo que se encarga de formar jugadores”, explica Antonio Serrano, padre de Marina Serrano, juvenil de primer año y que ha sido convocada para la selección. “Mi hija no es del colegio y llegó al hockey de casualidad. Marina jugaba al golf, pero ella quería practicar un deporte colectivo, para pasarlo bien con las compañeras. Y nos han acogido muy bien”, explica este hombre que recuerda los orígenes de este deporte en Madrid. “Fray Pedro fue quien apostó por el deporte en Valdeluz, y durante muchos años dejaba los sticks en el patio, antes del recreo, para que todos los niños jugaran”. El fraile del que habla Antonio Serrano es Pedro Tapia Fernández, un leonés de 86 años que lo ha sido todo en el hockey español. Jugador, entrenador y hasta presidente de la Federación Madrileña de Hockey. Hoy el club está afianzado y el presidente es Nacho Cobo, uno de los integrantes del equipo que conquistó el subcampeonato de los Juegos Olímpicos de Atlanta.
